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Cuando finalmente habían llegado a su destino, Smile se detuvo cerca de un callejón abandonado. Jeff bajó de un solo movimiento y sin hacer ruido.

—Ya estamos aquí, ¿a dónde vamos?

—¿Ves esa casa de allí? —Señaló— Allí es dónde iremos... tengo un par de cosas guardadas y quisiera llevármelas... por cierto, ¿qué harás para que la gente no te vea?

—No te preocupes niño. Tengo varios métodos pero creo que usaré uno en especial para no llamar atención innecesaria —Dicho y hecho, Smile comenzó a hacerse más pequeño mientras su pelaje rojizo se reemplazó por uno blanco. Ahora parecía mas un Husky Siberiano que un demonio del inframundo— ¿Vamos?

Jeff tenía preguntas pero tuvo que contenerse al igual que su asombro. Miró su sudadera, estaba aún con la sangre de ayer. Se lo sacó y amarró a la cintura, después movió su cabello desordenado para que le tapaba parte de la cara. Aún quedaba su sonrisa pero eso se podía arreglar con poner una mano allí.

—... ¿Qué no te enseñaron la ilusión?

—¿Ilusión? ¿Qué es eso?

—¿En serio?... Uff, escucha bien. Una ilusión es lo que utilizan la mayoría de los creepypastas que tienen una apariencia llamativa como tú. Consiste en tener una buena concentración, siempre imaginando en tu apariencia pasada. ¿Me entiendes niño?

—Sí. ¿Pero crees que pueda hacerlo? Nunca lo intenté.

—Puedes ir practicando desde ahora hasta que volvamos, todos los creepypastas pueden hacerlo. Trataremos de ir por los callejones o las veredas menos transitadas, también hay que tener cuidado con las casetas de vigilancia.

—Entiendo. Ya sé por donde ir en todo caso. Acompáñame.

Ambos emprendieron un recorrido un poco más largo de lo que espero, y mientras que caminaban, Jeff practicaba lo que Smile le iba enseñando. Al principio no pasó nada, pero después, por breves momentos, volvía a "ser" como antes de aquel momento.

Cuando llegaron a aquella casa, se dirigieron al patio trasero para que nadie los viera tratando de forzar la entra principal. Una vez allí, Jeff movió unas cuantas macetas para obtener una llave. La miró por unos segundos y luego caminó a la puerta de vidrio que ahora estaba cubierta de tablas de madera para impedir el caso, seguramente fue la policía.

Smile se apresuró y de unos zarpazos pedazos de madera cayeron como si de papel siendo cortado se tratase. Después se hizo a un lado para que Jeff abriera la puerta.

—Uh, gracias.

—No es nada, apresúrate para entrar, quiero ver cómo es adentro. Además, si nos sobra tiempo, podemos ir a hacer algunas pequeñas cazas, ¿sabes?

—Buen punto. —Insertó la llave y giró la perilla, la puerta fue abierta y ambos entraron— Iré al segundo piso, mientras puedes ver por aquí.

Smile asintió y fue hasta el primer objeto que le llamó la atención. Jeff por su parte subió las escaleras a un ritmo tranquilo, caminó por el corto pasillo y dio un pequeño vistazo dentro de la primera habitación.

Aún se podía ver las manchas de sangre seca en el parquet cerca de la cama matrimonial de sus padres. Un objeto llamó su atención justo antes de seguir caminando, estaba detrás de la mesita de noche, en un ángulo casi imposible de ver.

Al acercarse y mover el objeto, cayó una pistola negra, era la Glock 19 de su padre. La misma que casi utiliza en su persona... La miró por unos instantes, aún tenía el cargador lleno. Decidió llevársela, de seguro sería útil en un futuro. Lo puso en seguro y la guardó cerca de su cadera, dentro de su jeans clásico.
 
Siguió su recorrido a la siguiente habitación, en el cual una escena familiar se vio, era el cuarto de su hermano mayor Liu.

En ese se quedo mirando un poco más de lo que quería. Nunca fue su intención matarlo, ni tampoco a sus padres... fue solo un impulso desconocido y poderoso que lo obligó a hacerlo. Quiso llorar pero las lágrimas no cayeron.

Sacudió la cabeza. El pasado era el pasado, no podía hacer nada para arreglarlo. Siguió su camino esta vez ignorando el baño que seguía de su propia sangre. Llegó a su habitación, todo estaba exactamente igual como lo había dejado.

Entró, fue directo a su armario y de el sacó una mochila negra que le servía para ir a su antiguo colegio. En ella guardo toda la ropa que pudo y que le gustaba usar normalmente. También buscó su celular, audífonos, cargador e inclusive su MP3, todo lo encontró tirado debajo de su cama. ¿Había conectores en la cabaña para cargar su celular? Esperaba que sí.

Encendió su celular. Increíblemente tenía más de la mitad de la batería. No tenía mensajes ni llamadas. Revisó por un rato sus redes sociales y demás, fue entonces cuando una voz le habló detrás de él.

—¿Ya tienes todo?

—Uh, sí. —Guardó el aparato en su bolsillo y giró para ver a Smile— ¿Viste suficiente ya?

—Sí, aunque tengo una pregunta...

—Dime.

—Si este es tu cuarto, ¿por qué huele a Omega?

"¡MIERDA!" Pensó Jeff. Se le había olvidado ese pequeño detalle. Rápidamente pensó en una solución.

—Oh, eso... Verás, entre mi hermano y yo, siempre había una broma pesada. Cuando uno de nosotros no cumplía con algún reto tonto, utilizaba un perfume de Omega en nuestras habitaciones como medio de castigo o algo así. Mi madre se enteró no hace mucho y pues... ya sabes, nos regañó y eso.

—Entiendo.

"¿Se lo creyó?... Espero que si... Cierto, tengo ahora que conseguir una colonia de Alfa para ocultar algún olor de Omega en mi..."

—Bien, nos vamos entonces.

Al salir, Jeff cerró la puerta de cristal con seguro e incluso acomodó las mejores tablas de madera para dar la apariencia de que aún estaban bloqueando el paso.

—Entonces, Smile, ¿a dónde vamos? —preguntó mientras acomodaba la mochila en su espalda—.

—Estaba pensando ir a algún centro pero... como aún te falta aprender la ilusión pues, ¿qué te parece ir a las tiendas? Hay muchos humanos allí, ¿no?

—A estas horas sí. En ese caso, podemos ir por esa calle que nos llevará a una, no sólo nos acerca más al bosque, sino que también es la más grande y siempre hay clientes.

—Exelente... —comenzaron a caminar de nueva cuenta por los callejones en esa dirección—  ¿Cuánto tiempo vives por aquí? Tienes suerte de que nadie te haya dado caza.

—Oh no, en realidad me mudé hace tan sólo un par de meses. Aún no conozco muchos lugares.

—Mmm... Ya veo.

Cuando estuvieron unos metros antes de salir del callejón, Jeff se colocó la sudadera ensangrentada y se sacó la mochila, para luego ocultarla cerca de allí.

—Bien, ¿tienes un plan, Smile?

—No, simplemente podemos entrar fingir ir a comprar, agarramos lo que queremos, matamos a unos cuantos y salimos corriendo. Recoges la mochila y te subes en mi espalda para hacer perder cualquier rastro a la policía que nos intenté perseguir. Listo.

—Pero ¿y las cámaras? Tienen varias. Deberíamos cortarles la luz primero, ¿no crees?

—No te preocupes por eso. Soy un demonio, causo interferencia a los medios de grabación. No podrán ver nada en el vídeo, te lo aseguro niño.

—Oh, andando entonces, que ya sé que cosas llevarme.

—Y yo que cosas comerme. —Comentó mientras miraba a un par de niños entrar seguido de su madre—.

Ambos sonrieron lo más que pudieron y a pasos rectos y rápidos entraron en aquella tienda para no llamar la atención con su apariencia.

Sonrisa Enfermiza (JEFF X SLENDERMAN) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora