Carta 14.

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Querido cielo,

Anoche he tenido una pesadilla.

Y mi padre aparecía en ella.

Creo que puedo nombrarla pesadilla aunque no se como se nombra a un sueño que te produce horror y al despertar el sentimiento no se va porque la realidad es igual o peor que aquel sueño.

Y mientras mis ojos se mantenían fijos en la luz de la luna (si frecuentas con ella, querido cielo, puedes decirle de mi parte que es puramente hermosa en todas sus faces) que se filtraba por mi ventana, me he percatado de que te he mentido en algo.

Y no mereces eso. Aún sabiendo que el concepto de merecer o no, está sumamente sobrevalorado, no mereces la mentira que te he contado.

Pero es mejor para ambos convertir la mentira en verdad.

Hay muchas cosas en esta vida que no son ciertas, demasiada corrupción, tiranía e injusticia.

Pero aunque la mayoría se queje, al final de la jornada son solo quejas, porque parecen sobrevivir igual en la mentira.

Por lo tanto, querido cielo, también sobreviviremos tu y yo.

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