Era el comienzo.
Eran las 5 de la mañana.
El sol recién despertaba.
Y nosotros también.
Nuestros cuerpos desnudos.
Y la carpa ocultándonos.
Y un enorme árbol ocultando la carpa.
Pero mi amor por ti no se ocultaba.
Grabamos nuestros nombres en la cortasa del árbol.
Los rodeamos con un corazón.
Y ese era el recuerdo más lindo de los dos.
Cerré los ojos.
El numero mil de los golpes.
¿Era el numero mil?
Mi piel destrozada.
Como mi corazón.
Sangraba.
Como mi alma.
Me marchitaba.
Como todo lo bueno en ti.
Mis manos al volante.
Iba a escapar.
De ti.
De todo.
Un árbol.
Ya no ocultaba una carpa.
Ya no nos ocultaba.
Ahora podría ocultar mi amor por ti.
Con una soga.
Atada a una rama.
Y mis pies sin tocar el suelo.
Eran las 5 de la mañana.
Era el final.
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Sky.
Historia CortaCreo que todos podemos contar historias, y todas merecen ser leídas. Incluso si estas van dirigidas al cielo, o a nosotros mismos.