Capitulo 4

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Me desperté como siempre para ir al colegio, pero esa mañana ya eran las 8:30. ¡Mierda! Maldije en voz baja. Estaba siempre tarde.

Salté de la cama y corrí hacia la ducha. Al salir, rápidamente me puse una remera blanca con una cruz negra, unos jeans ajustados fucsias y mis Vans blancas. Agarré mi cartera, mis libros y llamé un taxi para no llegar aún más tarde.

Cuando llegué a la universidad, fui directamente a la dirección para inventar alguna excusa por llegar tarde. Me repetí a mí misma lo que siempre me decían: antes de entrar a cualquier lugar, hay que golpear la puerta. Pero en mi apuro, olvidé hacerlo. Al abrir la puerta, me quedé paralizada, con las manos en la boca. ¡No puede ser! pensé, sintiendo un dolor punzante en el pecho.

La directora estaba desnuda, cabalgando sobre Dylan, en una escena que era imposible de ignorar. Mi mente no podía procesar lo que veía. Salí corriendo, tratando de evitar que notaran mi presencia. Pero mis esfuerzos fueron inútiles; Dylan salió detrás de mí y, antes de que pudiera reaccionar, me agarró de la cintura.

-Zoe, no es lo que crees.

-No me toques, degenerado -le espeté, con una mezcla de furia y dolor-. No necesito explicaciones, no soy nadie para exigirlas.

-Eres mi alumna, y no quiero que malinterpretes lo que viste. Déjame explicarte.

Lo miré, cruzando los brazos con una expresión seca.

-Te escucho.

Dylan respiró hondo y, con una expresión seria, continuó:

-No puedo contarte ahora porque hay cámaras de seguridad en el colegio y seguramente las revisen. Pero si quieres saber la verdad, te espero después de clases en la esquina del parque.

-Ahí estaré -respondí, desafiándolo con la mirada-. A ver qué tienes que decir.

Fui a mi salón de clases, intentando no pensar en lo que había visto. Me tocaba otra vez economía. Durante toda la clase, no pude evitar fijar la mirada en el profesor, como si buscara alguna explicación en él.

Al terminar la clase, revisé mi móvil. Tenía cuatro mensajes: uno de mamá, otro de papá, uno de Ethan y uno de Brenda.

Mensaje de mamá: Hola hija, ven a casa después de clases. Tenemos algo importante que decirte. Besos.

Mensaje de papá: Hija, ¿recibiste el mensaje de mamá? Ven a casa después de clases.

Mensaje de Ethan: Ratita de laboratorio, nuestros papás nos esperan en casa. Bye.

Mensaje de Brenda: Dile a la directora que no fui al colegio porque estaba descompuesta. Gracias, te quiero.

Decidí responder solo dos mensajes, ya que los otros me estaban agobiando.

Para papá: Hola, sí, recibí los mensajes. Voy en camino.

Para Brenda: Okey amiga, tranquila. Te quiero.

Luego me acerqué a Dylan.

-Profesor, mi amiga Brenda me pidió que le comunique a la directora que no asistió a clases porque estaba descompuesta.

-¿No te lo ha pedido a ti acaso? -me preguntó, arqueando una ceja.

-Sí, pero usted tiene más contacto con la directora -respondí con una sonrisa, sintiendo que cruzaba un límite.

Dylan me miró con intensidad, apretando los nudillos contra el escritorio, pero se quedó callado.

-Y me tengo que ir a casa. La supuesta historia tendrá que esperar, tengo cosas más importantes ahora.

Quemada por la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora