Multijugos

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    Nadie podía dejar de asistir a la comida de Navidad en Hogwarts, aunque estuviera atemorizado por tener que tomar luego la poción multijugos.

El Gran Comedor relucía por todas partes. No sólo había una docena de árboles de Navidad cubiertos de escarcha, y gruesas serpentinas de acebo y
muérdago que se entrecruzaban en el techo, sino que de lo alto caía nieve mágica, cálida y seca. Cantaron villancicos, y Dumbledore los dirigió en
algunos de sus favoritos. Hagrid gritaba más fuerte a cada copa de ponche que
tomaba. Percy, que no se había dado cuenta de que Fred le había encantado
su insignia de prefecto, en la que ahora podía leerse «Cabeza de Chorlito», no
paraba de preguntar a todos de qué se reían. Lyra ni siquiera se preocupaba
por los insidioso comentarios que desde la mesa de Slytherin hacía Draco
Malfoy, en voz alta, sobre su nuevo jersey. Con un poco de suerte, Malfoy recibiría su merecido unas horas después. Lyra había optado por sentarse en la mesa de Gryffindor, no soportaba más a Draco. Quizás sus nuevos amigos, no, no eran amigos ¿o sí?. Quizá los chicos le estaban pegando lo Gryffindor.

Harry y Ron apenas habían terminado su tercer trozo de tarta de Navidad, cuando Hermione les hizo salir del salón con ella para ultimar los planes para la
noche.

—Aún nos falta conseguir algo de las personas en que os vais a convertir—dijo Hermione sin darle importancia, como si los enviara al supermercado a
comprar detergente—. Y, desde luego, lo mejor será que podáis conseguir algo
de Crabbe y de Goyle; como son los mejores amigos de Malfoy, él les contaría cualquier cosa. Y también tenemos que asegurarnos de que los verdaderos Crabbe y Goyle no aparecen mientras lo interrogamos.

» Lo tengo todo solucionado —siguió ella tranquilamente y sin hacer caso
de las caras atónitas de Harry y Ron. Les enseñó dos pasteles redondos de
chocolate—. Los he rellenado con una simple pócima para dormir. Todo lo que
tenéis que hacer es aseguraros de que Crabbe y Goyle los encuentran. Ya
sabéis lo glotones que son; seguro que se los tragan. Cuando estén dormidos, los esconderemos en uno de los armarios de la limpieza y les arrancaremos
unos pelos.

Harry y Ron se miraron incrédulos.

—Hermione, no creo...

—Podría salir muy mal...

Pero Hermione los miró con expresión severa, como la que habían visto a veces adoptar a la profesora McGonagall.

—La poción no nos servirá de nada si no tenemos unos pelos de Crabbe y Goyle —dijo con severidad—. Queréis interrogar a Malfoy, ¿no?

—De acuerdo, de acuerdo —dijo Harry—. Pero ¿y tú? ¿A quién se lo vas a arrancar tú?

—¡Yo ya tengo el mío! —dijo Hermione alegre, sacando una botellita diminuta de un bolsillo y enseñándoles un único pelo que había dentro de ella—. ¿Os acordáis de que me batí con Millicent Bulstrode en el club de
duelo? ¡Al estrangularme se dejó esto en mi túnica! Y se ha ido a su casa a pasar las Navidades. Así que lo único que tengo que decirles a los de Slytherin es que he decidido volver.

Al marcharse Hermione corriendo para ver cómo iba la poción multijugos,

Ron se volvió hacia Harry con una expresión fatídica.

—¿Habías oído alguna vez un plan en el que pudieran salir mal tantas cosas?

—Conozco gente qué ha tenido peores planes y han salido vivos—Dijo Lyra y luego se marchó

LYRA BLACK, pjo & hpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora