Ambos Kim siendo patinadores artísticos se odiaban a muerte, mientras uno era el día, el otro reflejaba la noche. Un día perdieron todo lo que amaban sin que lo esperaran ¿Fue el destino? o ¿Fueron ellos?
💞 Pareja Principal: Namjin
💞Secundarias :...
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El recorrido que le tomo llegar hasta el auto de su padre fue agotador en muchos sentidos, No solo por la ola de periodistas que estaban casi saltándole encima todos deseando tener la exclusiva sobre como tomo la decisión del comité, No. El camino fue altamente fatigante al sentir como la pesada mano de su padre se cernía en su hombro en señal de contener la ira que le provocaban sus acciones y como estas afectaron su futuro como atleta olímpico.
A unos tres pasos en frente estaba su único amigo el cual como siempre apartaba a los fastidiosos camarógrafos que solo buscaban retratar su ángulo más deplorable para decorar algún sitio de chismes.
Ya estando en el estacionamiento las llantas del lujoso auto hicieron su aparición y sin emitir ni una palabra se adentró en este junto con su padre, Yoongi que también iba a ingresar al vehículo pero fue detenido por la mano del señor Kim este se acercó hasta el oído del menor susurrándole algo que por mucho que lo intento no pudo oír.
Los gatunos ojos de su entrenador se abrieron en sorpresa mientras la puerta se cerraba dejándolo afuera en el mar de periodista y fans que intentaba acercarse al auto, examino como su padre tomaba asiento en la parte trasera del vehiculó frente a él, ambos por la posición de los sillones se encontraban dándose la cara pero aun así Seokjin desvió la mirada hasta sus pies en un intento de serenar su mente pues esta después de la noticia de su expulsión había entrado en un estado de shock.
Cuando ya estuvieron lo suficientemente alejados de las instalaciones del comité elevo la mirada en busca de preguntarle a su padre que había sucedido con Yoongi pero lo único que recibió fue la palma abierta de este cayendo directo hacia su rostro en una sonora cachetada.
La perfecta fachada de hombre impecable que siempre portaba el señor Kim se deslizo toscamente en rabia contra su hijo, el rubio no emitió ningún sonido ni siquiera un quejido tras el golpe que había recibido.
– Señor Choi, detenga el auto. – Su tono de voz delataba que no estaba de humor para que le contradijeran, el chofer rápidamente se estaciono en las orillas de la carretera mientras salía del vehículo dejándolos a solas.
Los constantes autos que pasaban a su costado eran el único sonido que se escuchaba dentro del lugar, su mejilla estaba roja y picaba por el fuerte dolor que se alojaba en ella pero ni aun así se sentía con el derecho de hablar.
En otra ocasión hubiera discutido incluso peleado por esa cachetada pero esta vez sentía que se lo merecía por lo estúpido que fue primero al provocar a Namjoon y segundo por responder cuando este lo golpeó.
– Sabes lo que acabas de hacer estúpido mocoso. – Sus cabellos fueron jalados bruscamente alzando su rostro en el proceso haciendo que su mirada se conectara con los claros orbes de su padre, los cuales estaban inyectados en enojo y decepción. – Acabas de echar a perder todos nuestros futuros negocios.
Por mucho que Seokjin fuera bueno en el patinaje la razón principal por la cual el señor Kim Jun lo había adoptado como su hijo, a pesar de nunca haberse casado. Era por los negocios que podía hacer con él, desde ser prácticamente su manager hasta decidir que marcas de publicidad eran las mejores pagadas e incluso apostar de manera clandestina las competencias, todo lo que el miraba en Seokjin era una herramienta de negocios.
