En cuánto acabé de comer, lo recogí todo.
Agarré el casco de astronauta que me dio la cápsula y lo utilicé cómo mochila, lo envolví con una rama la cuál me sirvió para poder atarle otras dos a esa, una en cada extremo y así tener asas para colgármelo.
He de admitir que a veces hasta yo me sorprendo con mis propias ideas.
Metí todo dentro del casco y empecé a caminar con el propósito de encontrar el final del bosque. Ya lo veía, veía la zona en la cual se acababan los árboles y pasaba a ser una plana, una plana seca hecha de piedra.
Tal vez el bosque se podía parecer un poco al de la tierra pero esa zona sin duda no.
Era muy extensa, desde la perspectiva en la que me encontraba parecía interminable por delante, pero por mi lado izquierdo habían montañas con bastante vegetación y por mi derecho seguía el bosque, que parecía hacer forma de L.
El paisaje era muy extraño, no entendía cómo podían haber unas zonas tan secas y otras con tanta vegetación verde.
Obviamente para lo que buscaba, agua, me dirigí hacía mi izquierda, con la intención de encontrar algún río o lago.
Seguí caminando durante horas, o eso creía, ya que tampoco sabía cómo se medía el tiempo en aquel lugar. Lo único que sabía es que llevaba mucho tiempo avanzando sin descansar.
Por fin llegué a las montañas, el cambio de terreno era muy brusco, de un paso a otro dejabas de pisar roca a pisar hierva.
Me fascinó ver lo que había en ese lugar, no sólo por la alucinante y preciosa vegetación. sino porque había un inmenso y profundo lago, de unos 80.000 metros cuadrados.
Lo malo, es que no sabía si el agua era potable, por lo que saqué dos ramas de mi "mochila" y las empecé a frotar para hacer fuego.
Por suerte, conseguí crear una llama rápido, ya que no era la primer vez que lo hacía. Con mis amigos tuve que improvisar un fuego varias veces para los fuegos artificiales de las festividades, ya que nadie se atrevía a comprar un mechero.
Lo dejé en el suelo con cuidado de no quemarme y le puse unas pocas de ramas por los lados para no quemar la hierva, no era mi idea acabar también con este planeta por un incendio.
Vacié mi casco dejando todo lo que había dentro a un lado y lo llené de agua, utilicé el mismo soporté con el cual cociné a aquella criatura para aguantar el casco encima de la lumbre.
Todo para descontaminar el agua por si acaso, ya que no sabía si era sana ni cuántos siglos llevaba ahí.
Pero mi sed ya no aguantaba más, agarré el casco desesperada y lo incliné sobre mi boca preparándome para beber. Pero entonces una voz me interrumpió.
- ¿Te vas a beber eso ya? -Dijo la voz.
-QUIÉN ERES?-Dije yo extrañada sin ni siquiera voltearme a mirar, ya que no me esperaba a nadie con vida aquí.
-Lo mismo te pregunto- Respondió él -Es que ni siquiera me miras a la cara?
Yo me giré para verle el rostro. Era un chico alto, de piel pálida con rasguños, ojos verdes y pelo marrón con ondulaciones en las puntas, el cuál casi le llegaba a los ojos y estaba chafado por detrás por un gorro azul oscuro.
Llevaba una chaqueta marrón flojo y una camiseta bastante destrozada amarilla.
Por su aspecto se notaba que llevaba tiempo en el planeta, perdido cómo yo.
-No me esperaba encontrarme a otro xílon por aquí.-Insinuó él.
-Espera un momento... ¿Otro qué?- Pregunté yo.
-Otro xílon, es un habitante del planeta Xailon, ¿No eres de allí? Bueno eras.-Respondió.
-No. Era del plantea tierra y nos identificamos cómo humanos.
-Ostras, pues tu aspecto no parece ser de otro planeta.-Dijo él.- Que curioso, por cierto me llamo Aleix ¿Tú?
-Soy Jane. Supongo que me alegro de no estar sola en este planeta.
-Yo también. Por cierto, no te recomiendo beber de ese agua. El primer día que la vi también bebí y casi no la cuento.- Insinuó él.
-Gracias! ¿Pero entonces cómo sobreviviremos?
-Tranquila, lo tengo todo controlado, llevo mucho tiempo en este y tengo una base construida a unos 200 metros de aquí, si quieres puedes permanecer conmigo hasta que nos rescaten o podamos construir una nave para escapar.
Nunca me ha gustado confiar en desconocidos, pero él era mi única esperanza y parecía que sabía mucho más de este planeta que yo. Así que... era mi mejor opción.
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The Universal End
Ciencia FicciónTrata sobre Jane Shibstane, una adolescente que descubrirá que no todo es como nos lo explican en la tierra, y la cual pasará de ser una estudiante a una "salvadora".