En aquella cabaña se quedó un silencio incómodo.
No sabía en que estaría pensando él, pero mi cerebro estaba totalmente en blanco.
-Espera. ¿Cómo puede ser que hablemos el mismo idioma siendo de diferentes planetas?- Insinuó él interrumpiendo la incomodidad.
Tenía razón, además, si hubiéramos sido del mismo ya será mucha casualidad ser del mismo país.
-Es verdad, tan bien cómo es posible que hayamos caído en el mismo planeta y los dos hayamos perdido el nuestro en una accidente del núcleo. También que- Me paré en seco y me quedé pensativa un segundo.- Un momento, en mi planeta los científicos no descubrieron vida en ningún planeta de mi galaxia, ¿tú de que galaxia eres? -Dije yo extrañada.
-Mi planeta estaba en la galaxia Andrómeda. ¿La conoces?
-Si. Está al lado de la Vía Láctea, la mía. Es curioso ya que en la tierra pensábamos que en Andrómeda no había vida.
-Nosotros pensábamos lo mismo de la vuestra. También es curioso que las nombraran de la misma forma.- Dijo él.
-No sé tú, Aleix. Pero creo que debe de haber alguna explicación oculta en eso. No me creo que exista tal casualidad.
-Ah, si! Hablando de eso, se me olvidó hablarte de los visitantes.
-¿Los visitantes?-Pregunté.
-Si, te pondré en situación. Los vi hace unos 7 meses. Era por la mañana, estaba comenzando a construir la cabaña para sobrevivir y de repente se escuchó un sonido muy fuerte, similar al que hizo tu cápsula al aterrizar. Pensé que sería mi salvación, algún ser vivo que me ayudaría a salir de aquí o algo así. Salí del bosque corriendo a verlo. Una nave gigante había caído en la plana rocosa del sud. De ella, se desplegó una rampa muy extensa que unió la nave y el suelo y se abrió la puerta principal. Esperaba que salieran los navegantes de ella pero solamente rodó por la nave una especie de hoja enrollada. Después de eso, la puerta de la nave se cerró y la rampa se volvió a introducir en la nave. Corrí hacía ella moviendo los brazos y diciendo: "NO OS VAYÁIS!" pero no sirvió de nada, en un pestañeo la nave ya no estaba allí.-Explicó él.
-¿¿¿Y EL PAPEL???¿¿QUE DECÍA??- Grité yo apoyando con fuerza mis manos sobre la mesa.
-Te burlarás de mi pero, lo agarré, me lo puse en la mochila y ni siquiera lo saqué. Estaba lleno de impotencia y no tenía ganas de abrirlo.
Me levanté de la mesa corriendo y me fui directa hacia su mochila. No me podía creer que no le hubiera dado ni la mínima curiosidad leerlo en siete meses. Él me siguió, parecía que la intriga le había llegado de golpe.
Rebusqué en la mochila y lo encontré. Instantáneamente lo abrí y los dos nos pusimos a leer. Decía:
"Hola, habitante de Xailon. ¿O debería llamarte Aleix?
Verás, Aleix, siento mucho por todo lo que has pasado y por lo que debes de estar pasando. Seguramente te estarás preguntando porque una persona anónima que creías que era un extraterrestre saben tu nombre y a dónde vivías. Pues verás, ahora no te lo puedo explicar pero pronto lo sabrás.
También probablemente me estés odiando por no haberte salvado y tan sólo haberte dejado una nota. Pero eso tiene una explicación que si te daré.
Un presunto ataque va a destruir un universo llamado tierra dentro de 7 meses y una chica de allí será enviada al planeta a dónde estás ahora mismo tú. Una vez ella llegue, no tardaremos en ir a recogeros. Por favor, sobrevivir.
Y recordad, no sois desafortunados, sois los elegidos.
Universe."
Los dos nos miramos fijamente con cara de asustados y extrañados.
-¿Los elegidos...?-Nos preguntamos a la vez.
Ahora no sólo estábamos perdidos en un terreno ajeno, encima teníamos una responsabilidad aparentemente grandiosa que desconocíamos.
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The Universal End
FantascienzaTrata sobre Jane Shibstane, una adolescente que descubrirá que no todo es como nos lo explican en la tierra, y la cual pasará de ser una estudiante a una "salvadora".