LA MALDICIÓN DE HADES 💀Book 2💀

15

La muerte pacífica

Nico Jr

—Una profecía en la que anuncia a tres chicos y puede que más, ¿no es genial? —miro a mis hermanas de manera entusiasta.

—Sería genial si no incluyera muertes —responde Gina.

—Es claro que al ser una profecía tiene que traer algo relacionado con muerte, dah —responde Bianca un poco molesta con ella.

—Bueno, ya, ya, ya. Aquí la pregunta es, ¿quiénes son esas personas mencionadas? —acaricio mi mentón.

—La profecía que recitó Rachel decía que la ayuda de las estaciones, la muerte y la guerra recibirán eso es lo que entendí. Por estaciones, se ha de referir a los hijos de la diosa Deméter —dice Gina.

—Por muerte se ha de referir a Hades, o a Tánatos. Son los únicos a quienes tomo como referencia a muerte —comenta Bianca.

—Yo siento que es más Tánatos —suelta Gina—. Porque nuestro abuelo es el Rey del Inframundo, más no de la muerte, en cambio, nuestro tío Tánatos sí; es el dios de la muerte pacífica —expone de manera tranquila, pues sabe bien que no hay que provocar a Bianca.

—Y por guerra supongo que es Ares —dice Bi, ignorando a Gina. Necesito arreglar esto, ellas jamás han estado peleadas por más de un día. Y para que no se hayan perdonado y se estén ignorando, es un problema muy grande.

—Pero mi siguente duda es esta, la otra parte de la profecía decía "Pues oh muerte y mixta, su historia se repetirá y ese será su final" —recito esa parte.

—Esa sería la siguiente de la siguiente duda —miro confundido a Bianca.

Gina suspira. —Se refiere a que sería la siguiente de esta, ¿quiénes son los tres chicos que menciona la profecía al principio? —explica.

—Cierto, buen punto —miro al cielo nocturno.

—Yo digo que hay que seguir durmiendo —propone mi hermana menor y ambos asentimos. Cada quién se fue a la cabaña en dónde habitan.

Nico

—¡Parte de la profecía no tiene sentido! —exclama Clarisse y los demás empiezan a hacer preguntas a la vez y no se les entiende. Yo solo me limito a acariciar la mano de Ayla, quién se ve preocupada y con una mirada ida.

—Calma por favor —dice Quirón—. Vamos por partes, Annabeth, dinos lo que has descubierto hasta ahora.

—Que los hijos de Deméter, Ares y Tánatos ayudarán con esta misión —responde.

—Aquí el detalle es que no hay ningún hijo de Tánatos, sería saber si hay alguno en la ciudad —interviene Katie.

—Un punto pendiente, mañana por la mañana enviaré a buscarle —comenta Quirón.

—Ahora la otra duda es el principio. ¿Quiénes son los tres chicos que hablan desde el principio? —pregunta Butch.

Quirón se acerca a nosotros y susurra. —Es mejor que lo digan, los tres sabemos a quiénes se refiere la primera parte —se aleja de nosotros.

Ayla suspira. —La primera parte se refiere a mis hijos —todos la miran—. Hace semanas nos enteramos que ellos tienen una maldición que no conocen.

—¿Y cuándo pensaban decirnos? ¡¿Cuándo ocurriera esto?! —reclama Damien, hijo de Némesis—. Sigues siendo una ingenua aún siendo una diosa —se burla.

Me levanto y lo agarro del cuello de su playera. —No le reclames —lo miro a los ojos.

—Por favor Di Angelo, todos aquí sabemos que desde que ella llegó siempre ha sido y es un problema, irónico ¿no? Que ella siendo una diosa, todavía baje la cabeza —se ríe.

—¡Demian! —le reclama Chiara, hija de Tique.

No aguanto las ganas y le iba a dar un golpe. Pero jamás llegó ese golpe a él, porque una mano detiene mi puño, miro a la persona y es Ayla quién me detiene.

Ella mira a Demian. —Escucha bien White, puede que al principio fuera muy débil por dentro y pretender ser fuerte por fuera. Mi antiguo yo era así, se guardaba todo lo que sentía y lloraba en silencio, evitando molestar a todos —se acerca más a él, quedando cara a cara—. Pero mi nueva yo te puede hacer trizas si lo desea, nadie me dice que hacer y nadie me reclama.

—Uy, mira que miedo te tengo. Por favor, como si no supieras. La gente de aquí, habla de ti. ¿Y saben qué te dicen? Que a la vista les desagradas y les aterras —se sigue burlando.

Ella se cruza de brazos mostrando una sonrisa malévola. —¿Y quién les preguntó? Lo siento White, si piensas que me va a importar eso, estás equivocado —lo mira a muerte y él se sienta—. No pensamos que la maldición iba a venir con la profecía, pero nos hacíamos suposiciones, aunque no estábamos seguros. Además, bien sabes que los semidioses tenemos ese destino de la desgracia a veces.

—Bien, ya sabemos un poco más de esto, pero hay que analizar bien la profecía, pueden retirarse, cualquier cosa yo los mando a llamar —ordena Quirón.

Todos salimos, Ayla y yo nos quedamos afuera un rato. La tomo de la mano y la llevo por viaje sombra al techo de mi cabaña.

—¿Recuerdas que solíamos ver las estrellas cuando no teníamos sueño? —la miro.

—¿Cómo olvidarlo? Recuerdo que eso empezó meses después de la muerte de mi papá —contempla el cielo estrellado.

—Él está orgulloso de ti —me mira con sorpresa—. Hablé con él la otra vez, me dijo que está muy orgulloso de ti y que siempre serás su niña linda.

Ella esboza una sonrisa. —Recuerdo que él luego me decía "Debes ser tu luz, para que el dolor no esté, para sonreír poder". Y él me decía eso cada vez que íbamos a acampar.

******

Al día siguiente despierto y siento a alguien a mi lado, miro y es la chica con la que estoy casado. Sonrío al mirarla.

—Hora de levantarse —la beso en la frente.

—Mmm, cinco minutos más —me da la espalda.

Después de unos minutos, nos levantamos, nos cambiamos y nos dirigimos al comedor. Cada quién se sentó en su respectiva mesa.

—No me digas que me vas a dar otro sobrino —me susurra Alice y la miro sorprendido—. Ja, ja, debiste ver tu cara.

—A veces eres un caso —esbozo una leve sonrisa.

—De milagro no tomaste agua, sino, hubieras mojado a mi sobrino —señala a Nico Jr.

Todo tranquilo hasta que una luz brillante aparece sobre el chico nuevo. Y reconocí en ese momento el símbolo. —Oh no —susurro.

—Salve Mateo Wilson, hijo de Tánatos, Dios de la muerte pacífica —dice Quirón.

Miro a Ayla, pero al parecer ella ya lo sabía de algún modo. Pero su sorpresa era por otra cosa al parecer.