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Lonely Heart

Un chico se encontraba merodeando por las calles frías de Inglaterra, su mirada se encontraba mirando directamente al suelo.
Se preguntaba cómo es que terminó en ésta situación, vagando solo por aquellas calles. Su cuerpo estaba cubierto de arriba a abajo por una capa negra. En eso, saca una daga de plata pura, en el se podía ver el reflejo de sus ojos. Un dolor reflejaba aquella mirada.

Rápidamente guardó la daga y siguió su camino. Al llegar a las afueras de la ciudad, se topó con una de las criaturas enviadas por aquel ser.

—Vaya, ¿por qué tan solito? —pregunta burlonamente la criatura con alas, parecida a una gárgola.

—Agh, ¿hasta cuándo me van a dejar de seguir? —cuestiona con furia.

—Hasta que pagues con tu vida —lo ataca.

El chico esquiva el ataque y saca su espada de su funda, listo para atacar a la criatura. Ésta regresa y lo vuelve a atacar, pero siendo herida por la hoja filosa.
La pelea siguió así hasta que llegaron el bosque, ambos aprovechaban la oportunidad de esconderse y poder atacar. Llegó un momento en el que el joven utilizó sus poderes y atrapó a la criatura, matándola al instante. Su rostro no mostraba expresión alguna, solo miraba como se hacía polvo aquella bestia.

De pronto, una luz blanca tenue se hace presente, dejando ver a una bella joven de cabellos castaños y ojos azules, vistiendo un vestido blanco cuál nieve.

—¿Amara? —el ojiverde mira con asombro a la mencionada.

La castaña no dice nada y solo extiende sus brazos, el joven sabía perfectamente que no podía ser ella, pues ya había cruzado a los campos Elíseos. Pero su corazón le ordenó abrazarla y decirle que la extrañaba, sin saber que eso sería su perdición.

No dudo ni un momento y la fue a abrazar, siendo correspondido.

—Te extrañé mucho, no sabes cuánto lo lamento —lagrimas empezaron a salir de su rostro, solo sentía como ella acariciaba su cabello—. Perdón por no salvarte —la mira.

La chica no muestra alguna pizca de expresión.

—Pero claro que lo lamentas —le muestra una sonrisa maquiavélica, confundiendo al joven. Para luego sentir como algo filoso atraviesa su estómago.

Al caer al suelo, ve cómo su amada se transforma en una joven de cabello corto castaño oscuro, ojos azules pero más fuerte.

—¿Elena? —dice con algo de dificultad mientras se cubre la herida.

—Hola Mateo —sonríe.

—¿Por qué?

—¿Por qué? Porque me quitaste a mi hermana, ya ahora ella está muerta —lo mira con desprecio.

—Entiende, yo no la maté —tose—. Fueron Hécate y Fobos.

—Sigue mintiendo —le entierra otra vez el cuchillo, pero ahora en el pecho—. Ahora lo que disfrutaré es verte agonizando mientras mueres.

El joven poco a poco va pereciendo y el brillo de sus ojos se apaga, quedando solo un cuerpo sin vida. Elena, satisfecha con su cometido, se retira del lugar, dejando el cuerpo inerte del chico. A los pocos minutos, hace acto de presencia la verdadera Amara, tocando el cuerpo sin vida de su amado.

Aparece un hombre vestido de negro. —Es hora de que vayas.

—¿El sabe que elegí reencarnar? —lo mira.

—No, no sabe.

—Y es mejor que no lo diga.

—Tarde o temprano se va a enterar.

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⏰ Última actualización: Jun 16 ⏰

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LA MALDICIÓN DE HADES 💀Book 2💀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora