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Una escapada a Italia

Una escapada a Italia

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Gina

¿Quién dice que para escapar a un lugar necesitas tener novio? Cuando puedes ir con tu papá y más si tienes el poder de viaje sombra. Podría haber ido con mi amiga, pero el chico que se hace llamar mi hermano se la llevó.

Practicamos con Bianca el viaje sombra. Yo fui al McDonalds y regresé con tres cajitas felices, una para mi hermana, otra para papá y una para mí. Lo siento por mi hermano, que las cajitas felices son su debilidad.

Bianca se fue a buscar no sé qué cosa, y solo quedamos mi papá y yo.

—Vamos papá, dijiste que me llevarías a Italia —hago puchero.

—Pero no hoy.

—¿Miedo a que te mate mamá? —me burló.

—No.

—Entonces vamos —propongo.

—Está bien, pero regresamos.

—Siiiii —en eso regresa mi hermana.

—Yo también quiero ir, no sé a dónde van, pero yo quiero ir.

Papá ya no se negó porque somos un amor —lo amenazamos mejor dicho... nah, es broma, quería consentir a sus hijas— y los tres fuimos a Italia.

Al llegar, nos emocionamos por lo hermoso que se veía. Estábamos frente a un puente, y lucía genial.
Ahora ya sé porqué mamá quiso su luna de miel aquí.

Dimos un pequeño recorrido, porque en unos momentos teníamos que regresar.

Entre esos recorridos nos topamos —bueno, me topé porque choqué con él— con un chico rubio, ojos verdes y claramente más alto que yo y que mi hermana.

>>¿De por sí son muy guapos los italianos?<<. —miro a mi hermana con cara de WTF contigo. Se le olvida que los tres podemos leer los pensamientos del otro.

—Bi, ¿en serio dirás eso? —le dije y ella me ve sorprendida, hasta que recuerda que puedo escuchar sus pensamientos.

—Hola —se acerca a nosotras, papá fue por unas bebidas—, ¿son nuevas por aquí?

Estaba a punto de sacar mi sarcasmo, pero mi hermana me interrumpe, como siempre.

—No, sí, bueno, andamos de turistas nada más —actua como boba, que vergüenza me da la mujer.

—Oh, bueno, me presento, soy GíanCarlo Rinaldi. Un gusto —iagh, tanta caballerosidad me va a provocar vómito.

—Bianca... —la interrumpo, algo no me cuadraba en éste chico.

—Y yo soy Gina, hola.

—¿Sus apellidos?

—Los apellidos no importan —contesto.

LA MALDICIÓN DE HADES 💀Book 2💀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora