Capítulo 39

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Billie se quedó mirando las flores que Renata sostenía. Por un breve momento, pensó que tal vez serían de _______, pero simplemente eran... demasiado. _______ nunca haría eso.

—¿Tuviste un buen fin de semana o qué? —preguntó Renata. —Esto parece un regalo de agradecimiento.

—Muy divertido. No... no he visto ni hablado con Melisa.

—Entonces supongo que tienes razón. —dijo Renata. —Ella no se rinde ¿Dónde te gustarían?

Billie señaló el aparador detrás de ella.

—Creo que estas son aún más grandes que las anteriores que fueron entregadas en casa la semana pasada. —dijo ella.

—¿Vas a llamarla esta vez? —preguntó Renata mientras le entregaba la tarjeta.

No puedo esperar a verte. Melisa.

—Tomando en cuenta que vamos a salir la noche del sábado... supongo que debería. —sostuvo la tarjeta. —¿No te parece extraño? No me llama ni hace ningún intento de verme. Sin embargo, me ha enviado flores dos veces.

—Tal vez te está dando algo de espacio.

Billie negó con su cabeza.

—Una cosa que he aprendido de Melisa, es que ella sólo se preocupa de sí misma. Estoy segura que ni siquiera le perturbó el hecho de que le dijera que no saldría con ella. Está acostumbrada a conseguir lo que sea y a quien ella quiera. —arrojó la tarjeta sobre su escritorio. Mi conjetura es que está haciendo que su secretaria las envié.

—Bueno, son bonitas, tengo que decirlo.

La mirada de Billie aterrizó en ellas. Sí, lo eran. Hermosas, de hecho. Aunque sólo eran flores y nada más. No evocaban en ella sentimientos románticos en absoluto. Y tan pronto como el maldito banquete de CPA terminara, le diría a Melisa en términos inequívocos que no saldría de ninguna manera con ella.

No perdió de vista el hecho de que estaba usándola para su propia conveniencia. Eso le hizo sentir una punzada de culpa, pero la alejó rápidamente. Melisa la estaba buscando por sus propios intereses y Billie estaba haciendo lo mismo.

Melisa era, bien sea que Billie lo admitiera o no, bastante poderosa en la comunidad empresarial. Su nombre y rostro eran reconocidos. Y si otros... como ella... pensaba que el bufete de abogados de Melisa no hacía otra cosa más que aprovecharse de las compañías de seguros, eso no era relevante. Todo el mundo sabía que ella tenía un puñado de clientes empresariales exitosos, no sólo las hordas de víctimas de accidentes con la esperanza de sacar provecho.

Y también estoy buscando sacarle provecho a eso, pensó ella.

Ser presidenta de su organización profesional sin duda atraería nuevos clientes. De hecho, a la misma Melisa podría traerle nuevos clientes. Pero Billie no quería jugar ese juego. Si era elegida presidente, bien. Si no, no iba a perder el sueño por eso.

Un golpe rápido a su puerta le trajo de regreso y se dio la vuelta, encontrándose a _______ allí de pie. Ella sonrió ante la camisa de _______ que decía "Cuida a Austin"

—Hey.

—Hey.

—¿Interrumpo?

Billie se puso de pie.

—De ninguna manera. Pasa.

La sonrisa de _______ se desvaneció cuando su mirada fue atraída por el gran ramo de flores. Fue entonces cuando Billie notó la rosa solitaria que _______ sostenía.

Midnight Moon (Billie Eilish y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora