Capítulo 24

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Billie hizo girar el lápiz entre sus dedos, nuevamente con la mirada fija en los comederos de aves que estaban fuera de la ventana de su oficina. Habían estado allí por más de un año, pero no fue hasta hace poco que los notó. Quizás porque había sido recientemente que se había descubierto a sí misma mirando afuera... soñando despierta. Soñando con los dedos de sus pies en la arena caliente, la brisa del golfo en su cabello, los sonidos de las gaviotas risueñas y el chapoteo de las olas. E imaginándose una luna... una luna de medianoche... sobre su cabeza. Imaginando un sol brillante y cielos azules claros.

Y _______ junto a ella, su sonrisa coqueta, sus labios sensuales. Su reluciente cuerpo, el bikini escondiendo poco. Luego, más tarde, ese bikini saliendo de su cuerpo, dejando al descubierto...

Detuvo sus pensamientos antes que pudieran ir más lejos. Había hecho un buen trabajo sacando a _______ de su mente los últimos meses.

Pero desde que había comenzado a salir, nuevamente, desde que había estado con Melisa... desde que Melisa le había besado tan apasionadamente la otra noche... los pensamientos sobre _______ regresaron. Definitivamente no había sentido absolutamente nada con ninguna de estas otras mujeres. El beso apasionado de Melisa no había agitado nada en ella.

Sin embargo, respondió. Permitió que las manos de Meli viajaran hasta su cintura, permitió que Melisa tocara su pecho. Fue cuando se dio cuenta de lo que tenía exactamente en mente, que frenó las cosas diciendo:

—Meli, todavía no.

—¿Atascada?

Billie se volteó, ofreciendo una rápida sonrisa a Renata.

—No. He terminado con la cuenta. —dijo ella. Lanzó el lápiz. —Ella quiere dormir conmigo.

Las cejas de Renata se dispararon.

—¿La señora Sharper? —preguntó ella refiriéndose a la cuenta con la que Billie había estado trabajando.

Billie se echó a reír

—No. Melisa.

Renata se sentó.

—¿Y eso es algo malo?

—No estoy segura que sea una buena idea. Sólo hemos salido dos veces.

—Dios mío, Billie. En vacaciones, te acostaste con una mujer a la que acababas de conocer.

—Sé que lo hice ¿Crees que lo he olvidado?

—¿Y bien? Entonces ¿qué hay de malo con Melisa?

—No hay nada malo en ella. Bueno... aparte de que es una picapleitos. —dijo ella. —Es perfecta para mí, de verdad. Es exactamente mi tipo ¿De acuerdo?

—Sí. O eso dices tú.

Billie gimió y golpeó su cabeza ligeramente sobre el escritorio.

—Lo sé. —levantó la cabeza. —Ya ni siquiera sé cuál es mi tipo. Después de la cena de la otra noche, nos fuimos a una conferencia. Estuve terriblemente aburrida. Quería estar en cualquier lugar menos allí.

—Entonces ¿por qué fueron?

—Ella quería hacer algo divertido. —dijo Billie.

—¿Divertido? ¿Una conferencia?

—Lo sé. Y no debería juzgar. Quiero decir, a Esmeralda le gustaba ir a conferencias. Íbamos juntas. Muchas de mis amigas van.

Renata se encogió de hombros.

—Entonces acuéstate con ella. Ve cómo te va.

—De eso se trata. No me siento realmente atraída a ella. —dijo. —No creo que vaya muy bien.

—¿Pero vas a salir otra vez?

Billie asintió.

—Sábado en la noche. Otra cosa a donde no quiero ir. Su diseñadora está ofreciendo una fiesta o algo así para sus clientes. —dijo con un gesto de la mano. —Probablemente un montón de gente rica comparando los planos de sus casas de diseño.

Renata se echó a reír.

—Tienes una casa de diseño. —le recordó.

—Sí, pero no es mi casa a la medida. —dijo ella. —Nunca la hubiese construido con cuatro dormitorios.

—¿Así que vas con ella?

—No lo sé. Sigo esperando que me de gripe o algo así.

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Midnight Moon (Billie Eilish y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora