Capítulo 8

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Los días siguientes fueron muy... extraños.

No se volvieron a ver después de eso. Ninguno de los dos tenía la suficiente valentía para hablar y aclarar todo.

Simplemente prefirieron ignorarse como si fuesen desconocidos. Ya no más buenas noches, ya no más anécdotas de parte del moreno. Ni siquiera un mensaje.

Pero la realidad es que ambos no paraban de abrir el chat del otro.

¿Hablar o no hablar con él? ¿Y sí la había cagado? Tal vez ya no quería hablar.

Volkov no paraba de leer aquel libro de señas. Si bien le ayudaba a recordar algunas frases y palabras, no le ayudaba para olvidar al moreno... y tal vez eso era lo que quería. Cada página que leía tenía algún garabato o apunte con letra desprolija de Horacio. Todo era Horacio en su cabeza y ya no sabía que hacer con eso.

Tampoco olvidaba aquel momento. Ese maldito momento que se reproducía miles de veces en su cabeza como si estuviese en un bucle.

¿Por qué no se separó de él? ¿Qué iba a pasar después?

El ruso solo sabía una cosa con seguridad y era que el moreno había roto todos sus esquemas y, tal vez, aquella barrera que lo separaba de los demás.

Greco dejaba su abrigo en el perchero que había a un costado de la puerta. Afuera hacía demasiado frío y agradecía que el departamento de su amigo tuviese calefacción.

—¿Y qué tal te ha ido estos días? —Preguntó lanzándose al sofá como si estuviese en su propia casa. Levantó la cabeza para verlo pero el ruso estaba tenso en su lugar. —¿Volkov? ¿Ocurrió algo? —La preocupación se fue notando en su voz a medida que se incorporaba en su lugar.

—"Nada malo." —Negó el más alto suspirando.

—¿Quieres contarmelo? —Conocía a su amigo y sabía que era mejor preguntarle en vez de obligarlo.

El silencio inundó la sala. Volkov dudaba en contárselo pero lo verdad es que explotaría si no se desahogaba con alguien.

El relato no fue muy extenso. Se saltó algunos detalles que quería guardarse para él solo, como que el aliento del moreno era de arándanos y lo había hipnotizado. O sus ojos de colores raros que le parecían preciosos de cerca.

—¿Y qué pasó? ¿Te besó? —Preguntó directamente intrigado y sorprendido ante la historia de su amigo.

Volkov desviaba su mirada a todo momento pero finalmente negó con la cabeza.

—"No pasó nada."

—¿Tú querías que pasara algo más?

Esa pregunta descolocó por completo al más alto. ¿Quería que pasara otra cosa? La cabeza se llenó de interrogantes de nuevo.

—Mira Volkov, te conozco desde hace años y jamás te he visto con pareja. —Su voz se volvió grave al hablar con seriedad. —Pero, créeme que desde que lo conociste estás diferente. No sé como eres con pareja, pero creo que todo esto tiene una relación.

—"No... no entiendo." —Su cara era en poema. Tal vez entendía lo que quería decir pero no quería admitirlo.

—Quiero decir Volkov, que tal vez no quieres ser un simple amigo para él.

¿Qué?

¿De qué estaba hablando? ¿Acaso se había vuelto loco?

¿Más que un simple amigo?

¿Relación?

Tal vez, la teoría del barbudo tenía sentido pero había un problema y es que hace muchos años que no estaba en una relación, ¡Ni siquiera había besado a alguien en años! Estaba muy oxidado con todo eso y no sabía como debería sentirse realmente.

A silence between us | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora