—Así que... ¿saliste con él y no conmigo? —Preguntó el barba mientras comía y Volkov rodó los ojos. —¡No hagas eso! —Exclamó divertido al ver la reacción del contrario. —Fuera de bromas, me alegro que hayas salido con él. Es un gran avance.
El albino paró de comer para mirarlo a los ojos. No lo había pensado de esa forma. Había salido y había vuelto en perfecto estado a su casa.
No supo que responderle a su amigo asi que solo asintió como forma de agradecimiento. Por estar junto a él y por tratar de animarlo como pudiese.
—"Saldré de nuevo con él." —Soltó bebiendo su vaso de agua.
—¿Sí? —Preguntó con emoción. —¿Y qué harán? ¿Saldrán a cenar? ¿A correr? ¿Pasear? —Negó con un ligero movimiento de dedos.
—"Me enseñará lengua de señas." —Explicó brevemente ya que todavía no sabía en donde lo harían.
—¿Enserio? —Asintió mientras se llevaba fideos a su boca. —¿Ese muchacho es un ángel o qué? —Frunció el ceño tragando. —No me mires así, los dos sabemos que ese chico llegó en el momento indicado para ti.
¿Momento indicado? ¿A qué se refería? Con tantas preguntas continuó su cena.
Las horas pasaron y Greco decidió que ya era hora de irse, por lo que se despidió feliz de su amigo. Su alegría contagió al albino lo que hizo que tomara su celular y abriera el chat del moreno.
"Buenas noches Horacio."
Era algo simple pero jamás se lo decía. Tal vez sería buena idea comenzarlo a decir. Como el de cresta no contestaba, dejó su celular a un costado y se distrajo con su gata. A veces se olvidaba que el muchacho trabaja en el bar.
De repente, su sonrisa apareció en su mente de forma fugaz. Era radiante y hacía que se achinaran aquellos ojos tan grandes y llamativos. Todavía no sabía de que colores eran pero algún día lo descubriría.
Antes de quedarse dormido, fue a tomar un ducha rápida y se metió nuevamente debajo de sus sábanas. Esa noche se sentía con ganas de dormir y tenía el presentimiento de que no pasaría nada.
...
El ajetreo que había ese día no era ni un poco normal.
Horacio iba de un lado a otro escribiendo ordenes como loco. Aquella noche, el local estaba lleno a reventar y era porque dentro de unas horas iba a tocar una banda reconocida en la ciudad.
—¡Horacio, ahora te toca ayudarme en la barra! —Exclamó en un grito Gustabo mientras le lanzaba un paño sucio a la cara. El muchacho se estaba tomando un pequeño descanso.
—¡Voy, voy! —Le respondió entre gritos ya que el bullicio hacía imposible hablar en un tono normal.
Antes de salir a la barra, revisó su celular por pura curiosidad y se encontró con un mensaje de Volkov. Abrió los ojos con sorpresa y tocó su chat. Luego de leerlo, una gran sonrisa se plasmó en su rostro. Una sonrisa que no se borraría en toda la noche.
"Que tengas buenas noches."
Luego de aquel mensaje, el de cresta lo pensó mucho pero finalmente envió otro más en donde solo había un corazón.
Apagó su celular y volvió al trabajo con un buen humor. Eso Gustabo lo notó.
—¿Por qué tan feliz? ¿Ahora qué te pasó? —Preguntó divertido al cambio de humor tan repentino de su amigo.
—Nada... solo que Volkov me dio las buenas noches. —Explicó suspirando con una sonrisa.
—Ay mirate, ya eres todo un tonto por él. —Lo molestó al ver la reacción del contrario y él solo negó con la cabeza sonriendo tontamente.
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A silence between us | Volkacio
RomanceEl silencio puede ser muchas cosas. Puede ser asfixiante, incómodo o incluso maravilloso. Para Volkov, el silencio fue su forma de protegerse de todos a su alrededor luego de lo que había pasado. Aunque no tuvo previsto que alguien pudiese romper s...