Secretos Revelados

III

CHLOE ADAMS

VIERNES 5 PM

Estaba acostada en mi cama mientras las lagrimas corrían por toda mi cara, mi garganta quemaba con cada trago de saliva que hacia y mi pecho se sentía un dolor punzante que podría matar a cualquiera. No había sentido eso desde la primera semana que mi madre había muerto. Miraba una navaja y la acercaba a mis brazos, había leído en internet que si lo hacia en vertical no lo podrían cerrar.

¿Esta era la solución?

¿Era patético de mi parte hacerlo?

No quería vivir. No si esta era la forma en la que iba a hacerlo.

Había cometido errores, si. ¿Merecía pagar por ellos? No lo se. La verdad ya no sentía mucho, a veces tristeza. pero el resto eran emociones fingidas. Me había obligado a no sentir nada ¿como? Ni yo misma lo se. Creo que la clave esta en tener tantas actividades en las que mantenerte ocupada que tu mente no tenga tiempo para el dolor. Sin embargo a veces mantener a raya las emociones es difícil.

No se si esta es la opción. Pero simplemente no quiero vivir mas.

Lentamente acerco la navaja a las venas de mi brazo y...

VIERNES 8 AM

el sol iluminaba toda la calle y se colaba por mi ventana como oro, un día normal y soleado. Estaba cambiándome para ir al instituto y el día se veía bastante alegre la verdad. De todas formas, no me importaría si estuviera mal. A veces es mejor un día lluvioso para tomar chocolate caliente y ver películas en la cama hasta dormirse.

Me mire una vez mas en el espejo y comprobé que tenia la misma sensación de vacío en el estomago y en el pecho, las ultimas semanas de vida de mi madre iba a su habitación y me miraba en su espejo puesto que había roto el mío. Ella siempre dejaba lo que estaba haciendo, me daba un beso en la frente y me decía lo preciosa que me veía.

Rápidamente me quito del espejo y acomodo la falda que llevo para bajar a desayunar tranquilamente como siempre. La tía Karol estaba sentada en la mesa esperándome, llevaba puesto su uniforme de trabajo y su cabello recogido en una perfecta coleta. Lista para trabajar.

Aprecio bastante el esfuerzo que hace la tía Karol, trata de hacer que vuelva a mi vida normal mediante la no-mención del tema de mi madre. Hablamos sobre la escuela y sobre un hombre de su trabajo que le parecía atractivo.

—Hoy hace un día lindo. — dijo la tía Karol para levantarse, recoger la mesa y empezar a lavar los platos.

—Supongo que si.— dije yo mientras recogía mis libros y me servia un vaso mas de jugo de mango, nada mejor para poder alegrarme el día.

—Nos vemos tía.— me despedí mientras sonreía y ella me miraba.

—Chloe.— dijo ella con un tono de urgencia.

— Dime...— dije yo volteándome sabiendo que ella solo usaba ese tono conmigo para hablarme de mi tema menos preferido.

—Esfuérzate. Tu mama querría eso.— menciono ella forzando la sonrisa.

—Si, adiós tía.— dije mientras trataba de ocultar el nudo que se me había hecho en la garganta y el revolcón que había dado mi estomago al escuchar el nombre de mi mama. Odio como se me quiebra la voz por mas que yo no quiera que eso pase.