Reencarnación

Parte 10

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Sus heridas poco a poco iban sanando, la regeneración de los lobos era superior a la de los humanos casi competía con la de los vampiros pero estos empeoran si se exponen  la luz del sol, ventaja por la cual era superiores y ventaja que Uriel tenía sobre Aarón.

No solo eso, su arom y el de Lira estaban mezclados, podría pasar miles y miles de años y él podría fácilmente reconocer su aroma entre millones, el inevitable encuentro entre esos dos había ocurrido y no hacia mas que alimentar sus ansias de poseer a la mate y matar a Aarón de una vez por todas. Pero, y antes de poder poner en marcha su plan debía descubrir dos cosas: ¿Cómo era que Aarón era también arte Vampiro? ¿Comó evitar que Farah ayudará a interferir en sus planes? Si bien para su última pregunta él mismo casi logra matar a la loba lo hubiera hecho si la maldita no le hubiera herido en el rostro y llegado a esa vieja mansión donde su aroma también se mezclaba con esos chupa sangre, eran mayoría y ante su debilidad en ese momento no había sido rival para ellos, dolía, si, pero debía admitir que no era rival… por ahora.

Su presa y objetivo principal ahora mismo se encontraba más vulnerable ya que sin el lobo e Lira estaba a su total merced y a diferencia del pelirrojo, el día era su mejor territorio que la noche.

Después de pasar gran parte del tiempo en la biblioteca quedando con más dudas que respuestas decidió regresar a su habitación, Lira sintió un pequeño escalofrío al poner la mano sobre el pomo de la puerta. Al abrirla un agradable aroma le rozó ligeramente, la habitación aun seguía desordenada, las sábanas en el piso y algunas prendas regadas; cerrando la puerta tras de si se aseguro a tumbarse sobre la cama dejando que el aroma que el pelirrojo había dejado se impregnara en ella, Aarón, sonrió con solo recordar su nombre, el sonido de su voz, todo de él, aunque su mente siguiera llena de dudas, el simple hecho de recordarlo era suficiente para sonrió ampliamente y esperar con impaciencia su llegada. 

Aquella agradable sensación le duró muy poco, a pesar del ajetreo en los pasillos y el patio del campus, pudo escucha un aullido, un aullido que pronunciaba su nombre, pero no era del hombre al cual recordaba en esos momentos, una voz diferente, una voz que le helo la sangre y le hizo temblar. Con los ojos abiertos de par en par se levantó de la cama para mirar por la ventana en dirección a donde debía comenzar el bosque. Un golpe en el pecho, dos golpes…tres… su corazón latía con demasiada fuerza que le dolía ¿Qué pasaba? ¿Por qué se sentía aterrada con ese llamado? La habitación simplemente comenzó a dar vueltas sin parar hasta que todo se tornó oscuro para ella.

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La habitación rosa que no se había usado nuevamente desde hace tres años era abierta  con un solo objetivo, alojar a Kae y a su pequeño Leo por órdenes de Valdimir, mientras el infante movía sus piecitos al aire, ajeno a las decisiones tomadas por Vladimir.

-¿De verdad? – pregunto Kae con una ceja enarcada mirando el interior de la habitación.- Pensé que ya había quedado claro, no lo haremos otra vez… al menos no en la mansión.- el rubio frunció el entrecejo.- ¡Oye, es mi vida!

-Tu vida personal no me interesa, me interesa el respeto a la mansión y sus demás habitantes.- respondió molesto, que se dejen llevar una vez pasa, pero…

-¿No has tenido sexo? – la pregunta salió directamente de sus labios descolocando la rubio, los que a distancia podían escuchar esa conversación podía imaginar sus caras seriamente pendientes de la respuesta de vladimir o al mismo tiempo pensar que Ethan necesitaría a alguien que ocupara el papel de madre para Leo- lo siento pero otra explicación no tengo para que te pongas de ese modo.

-Mi vida personal…

-Es posible que sigas siendo virgen o que tu ultima vez fuera hace cientos de años…-un tic se formaba en el ojo derecho del rubio, los demás ya se encontraban al otro lado del pasillo expectantes de aquello.

-Ethan…-susurro Beliath.- conozco una chica casi con las mismas dimensiones del cuerpo de Kae, por si te interesa.- el albino lo fulmino con la mirada.- ¿Qué? Oye si sale viva de esta será por mero milagro. 

-¡Mi vida personal! – levanto la voz.- no tiene por que ser de tu incumbencia o de ellos, vas a ser buena niña y vas a quedarte en esa habitación hasta que aprendan a respetar esta mansión.

-¿Celoso?

-Kaelani no tientes tu suerte, te vas a quedar aquí y punto.