Reencarnación

Parte 12

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Destruía todo lo que estaba a su paso, arbustos flores y uno que otro árbol era víctima de su furia, lo había visto todo y para su desgracia más de lo que le hubiese gustado, primera mente había pensado que meterle dudas a Lira sería la mejor opción para que desconfiara de Aarón y terminara junto a él, pero tal parecía que ese bastardo hibrido sabia jugar bien sus cartas y sobre todo que la chica de ojos zafiro era demasiado fácil de convencer por Aarón; en su mente mientras su ira se desvanecía mientras golpeaba un árbol miles de ideas pasaban por su cabeza, secuestrarla y obligarla a ser suya era demasiado arriesgado, nadie había sospechado por primera vez que él tenía algo que ver con la desaparición de la primera Lira, tardaron casi un siglo en sospechar y ahora sabiendo que los dos ya habían conversado...no, debía idea otra solución.

-Sentía que algo apestaba, pero no esperaba encontrarme con el origen de la peste. - dejando de golpear el tronco Uriel se vio obligado a contener el aliento y evitar soltar una respuesta mordaz, lentamente y con una sonrisa en el rostro se giró hasta que sus ojos se toparon con los de Farah.

-También me alegra verte otra vez quería baya del bosque, ¿Peinado nuevo?

-Tus burlas no sirven de nada Uriel, de mí no vas a lograr lo que te propones con eso. - respondió mordaz.

-Realmente Farah, pensé que mi última visita y advertencia a tu manada era suficiente, pero mírate. La Alfa de la manada viniendo sola a mi territorio.

-Los dos somos invasores de un territorio de vampiros, así que no tienes derecho de proclamar este lugar como tuyo, y si, aún recuerdo lo ocurrido en nuestro último encuentro y cree cuando te digo que será algo que te hare pagar con la última gota de sangre de tu asqueroso cuerpo. – Uriel no pudo evitar soltar una gran carcajada por sus palabras, sangre, era curioso que usara esa palabra cuando en el pasado pudo usar mejores insultos para con él.

-Piensas decirle a Aarón y a sus nuevos amigos que vengan a defenderte, por dios Farah no seas ilusa, los vampiros ¡Jamás! Ayudarían a un lobo, que acepten a un hibrido entre ellos debe ser lo más denigrante que puede pasarles. – la loba apretó los puños con toda la fuerza que le fue posible. - ¿Qué te hace pensar que pueden ayudar?

-Aarón esta con ellos. - respondió, el lobo frente a ella rodo los ojos con fastidio tal parecía que no le había escuchado en absoluto. - y Lira también, no me sorprendería que después de esta noche termine por marcarla y todo este berrinche que armaste por una mate se arruine.

-Lira no quedara marcada por ese bastardo. - la voz y facciones de Uriel se tornaron totalmente serias, tanto que Farah contuvo el instinto de retroceder, jamás había sentido miedo por ese sujeto, pero ahora... era como su Lira fuera alguna especie de detonante para ellos. - si planeas hacerle algo a Lira.

-Y si lo planeo ¿Qué? – le interrumpió acortando la distancia quedando a centímetros de la loba- ¿Qué harás? ¿Qué puede hacerme Aarón si me acerco a Lira? Puedes ir y decirle que pienso separarla de su lado tal y como hice hace siglos, es verdad querida baya del bosque, tal vez tenías la sospecha de que yo fui quien desapareció a la primera Lira y realmente no estas equivocada, nadie lo estaba, ¡Fui yo quien se encargó de ella la primera y si quiero puedo hacerlo una segunda! ¡Lo hare las veces que sean necesarias hasta el día de mi muerte para evitar que esos dos estén cerca, así tengamos que reencarnar una y otra y otra vez!

-¡Ya basta!

El último grito de Farah fue suficiente para darse todo el valor necesario para transformarse e ir contra de Uriel, en esos momentos solo quería una cosa: silenciarlo para siempre.