Satisfied

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Norma POV~

Miraba con una sonrisa a la feliz pareja, mi hermanito se veía aun mas lindo con ese traje blanco. No les mentiré, intente que se pusiera un vestido para la boda, pero esta vez ni mi carita de cachorrito pudo convencerlo.

El Lorax daba el discurso que siempre se escuchaba en estas ceremonias, pero no podía prestar atención a sus palabras. Esperaba con todo mi corazón que Oncie se arrepintiera, que algo detuviera la ceremonia y evitara que nuestro mentor llegara a la parte que tanto temía. Pero nada pasó, la ceremonia transcurrió con tranquilidad, llegando aquella parte que no quería escuchar.

-Muy bien, Once-ler, la unión que se efectuara hoy solo será posible si renuncias a ser el guardián del bosque, ¿Estas dispuesto a cederle ese titulo a Norma?-Oncie me miró, esperando una ultima confirmación de mi parte, quería negar, decirle que no quería, pero solo pude sonreírle y levantar ambos pulgares en señal de que accediera. Él solo volvió su vista a Greed-ler, agrietando una vez mas mi corazón ante la mirada de amor que ambos se daban.

-Renuncio al titulo de guardián del bosque, hasta que esta unión ya no sea posible.-El Lorax asintió, feliz y orgulloso por los tres. Al sellar la promesa con un beso, sentí como una corona de flores aparecía en mi cabeza, ahora yo era la guardiana, y aunque la corona era bastante liviana, en mi corazón el titulo pesaba como unas gruesas cadenas de hierro.

Al aplaudir como todos los demás allí presentes, me cuestione muchas cosas. ¿Por que no había intentado quitarle a Greed durante todos estos meses? ¿Por que no le había contado a Once-ler que Greed solo quería cortejarlo para tener acceso al bosque? ¿Por que no le había dicho que el había tenido la intención de talar los arboles y cambiarlos por dinero? ¿Por que no podía estar completamente feliz por mi hermano?

Las respuestas eran muy sencillas. Greed había cambiado, realmente estaba enamorado de Once-ler, y por mas que yo amara al de ojos verdes nunca seria capaz de arrebatarle esa felicidad a mi querido hermanito. Pero hubo una vez, una sola vez, una sola oportunidad en la que pude haber cambiado todo este panorama.

-¡Muy bien¡ Ahora, hagan silencio para el brindis, el cual será proporcionado por la dama de honor, ¡La señorita Norma!-Intenté que no se notara lo tensa que estaba, con tantas cosas en mi cabeza ni siquiera me había dado cuenta de las horas que pasaron, el cielo ya estaba oscurecido y adornado por miles de estrellas. ¿Tanto tiempo me quede pensando en la oportunidad perdida? Caminé hasta el centro de la pista de baile, alzando mi copa.

-Un brindis por el novio, y por la novia...-le guiñé a mi hermano, logrando que se sonrojara-...de tu querida hermana que siempre supo que terminarían juntos.

"Pero no querías que lo estuvieran"

Hice caso omiso a esa vocecita en mi cabeza, continuando.

-Les deseo que siempre sean felices y estén satisfechos con lo que viene a partir de la unión de hoy. -Los miré a través de mi copa, recordando aquella noche en la que desperdicie mi oportunidad.

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-Te odio-dijo Once-ler mientras lo jalaba de la manga del traje gris que llevaba puesto.

-Yo también te amo, vamos, Oncie. Dijiste que asistirías, ya estas en la puerta, la fiesta esta a menos de diez pasos no puedes arrepentirte ahora.

-Al menos me hubieras dejado traer mi sombrero.

-No iba con el traje, y esta fiesta es casi de etiqueta, ese sombrero es lindo, pero no por esta noche.-Me gruñó, comenzando a caminar a mi lado. No importaba cuanto deseara irse, siempre que prometía algo lo cumplía, era un hombre de palabra. En cuanto puse un pie en el recibidor decidí irme por mi cuenta, el objetivo era encontrar al amor de mi vida, o por lo menos a alguien con quien conectar, Oncie estaría bien, siempre lo estaba a pesar de lo incomodo que lo ponían esas fiestas.

Austeridad y codiciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora