𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤 | 𝕋𝕒𝕚𝔸𝕤𝕙𝕦

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Apresura el paso dispuesta a bajar las escaleras, había decidido finalmente bajar para salir de su habitación luego de pasar horas frente al monitor, su trabajo podía esperar, estaba agotada y hace bastante que no observaba a su pareja junto a su gato. Sabía del disgusto junto de ambos, lo cual, dejarlos solos y juntos no era opción. Bajar, era casi obligatorio, se negaba a pasar, de nuevo, un campo de guerra donde estos se tiran miradas de odio absoluto mientras ella solo observa desde la lejanía.

Sus pensamientos desaparecen de manera inmediata al ver como Taizo flojereaba de forma perezosa sobre el sofa y el como su felino solo dormitaba en el sofá mas grande donde solía pasar la mayoría del tiempo.

Agrece internamente el momento pacífico, era extraño su comportamiento pero le hacia feliz. Se daría el gusto de bajar la guardia por el momento.

Con la mente en calma, camina para rodear el sofá, Taizo no le había prestado atención. Estaba más enfocado en su aburrimiento vespertino que darse cuenta de la presencia de su pequeña antes de que se le tiranse sobre el sacándole el aire, quizo quejarse o decir algo pero estaba más enfocado en recuperarse ante el golpe que lo saco de su burbuja. Cuando recobró la consiencia quizo decir algo, pero la sola risa de Ashura le hizo guardar silencio al momento.

Estaba feliz, y sabía que la chica no solía pasarlo de ese modo durante esas fechas. Lo entendía, había perdido a su madre en su propio nacimiento, ¿quien sería tan egoísta para ignorar tal dolor?, los primeros días de junio nunca eran fáciles.

Aun así, debía hacerse el ciego y no desperdiciar ese momento. — ¿Nunca te han dicho que caer sobre personas es peligroso? — Interrogó con un enojo fingido que solo hizo que la sonrisa de la chica se hiciera más alargada y tranquila a sus ojos.

— Si, pero tu no eres una persona. Eres un titan.

— ¿pero que dices?, no soy tan alto.

Los pies de Ashura comenzaron a moverse de un lado a otro. — No, pero... Eres un poco ancho.

— ¿Me estas llamando gordo?

— No... — una risa salió de sus labios para finalmente cellarlos con los suyos. No desaprovecho su tiempo, sus manos viajaron hasta la pequeña cintura, la apego a su cuerpo mientras se aseguraba de seguir aquel beso casto entre ambos.

Luego de separarse, Ashura formo un puchero con sus labios.

— ¿Qué?

— Sueles besarme por más tiempo... — se quejó en un berrinche, que hizo a Taizo reír en voz alta. Ashura se molesto un poco por eso, no estaba bromeando. — Taizo, no estoy jugando.

— ¿Y porque no vienés y me besas?

— Porque estoy cómoda...

— Eso no es problema mío.

Esta pareja merece ser conocida, los amo.
Pd: El gato se llama Indra y si, ese gato era Indra. Pipipi