Epílogo

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Jade.

El tiempo seguía su curso y con él cada situación se iba acomodando tal cual como yo determiné debía ser su sitio. Apolo a pesar de su juventud e inexperiencia estaba demostrando que podía llegar a ser un buen líder. Los que quedaron a su lado después de haber revelado mi decisión de dejarlo a cargo del Olimpo seguían firmes y fieles. Sin embargo, aquellos que decidieron marcharse dejaron muy en claro que su único líder y señor era Zeus, por ende, regresarían solo si él volvía. También dejaron en claro que no eran enemigos. Lo anterior poco me importaba, ya que mientras ostentara de poseer tanto poder podría protegernos ante cualquier amenaza presente. Sin embargo, ahí residía el problema y era que aquellos poderes de los que me valí para salvar a mi familia, de los que incluso abusé para exigir justicia, ahora no quedaba nada, absolutamente nada.

—Estuve esperando por días con sus respectivas noches hasta que al fin decidieras venir y preguntar. _Habló Tánatos después de materializarme.

—No sé ni por que me asombro, siempre vas un paso adelante.

—¿Qué es lo que quieres saber primero?

—Por favor no le des vueltas a este asunto, sabes bien que es lo que temo.

—Que así sea entonces. No volverás a la oscuridad, tampoco la muerte reclamará tu esencia, pero los poderes del ángel de la resurrección han vuelto a su origen y no regresaran a ti de nuevo.

—Pero la profecía. _Traté de conciliar con la ilusión de poder hacer algo, tenía que ser honesta conmigo misma, me acostumbré a ser temida, a inspirar respeto y ahora sin este poder que quedaba.

—La profecía se cumplió Jade, el Cosmos a determinado que lo que se ha dado debe retornar. El poder corrompe y es mejor mantener el equilibrio. Goza de tú regalo, ahora eres tú de nuevo sin cargar con tanto sobre tus hombros.

—Y si no soy el ángel de la resurrección entonces que queda, que soy ahora.

—Solo tú, Jade, la princesa del Inframundo y además regente de los mares. 

***

No estaba preparada para revelar los últimos acontecimientos, ya que, con ello cargaría con demasiadas consecuencias, sabía que muchos no estaban de acuerdo con las decisiones que tomé cuando tuve tanto poder. Entonces la decisión estaba tomada, llámenme cobarde o lo que sea, pero no me iba a poner en el ojo del huracán revelando que ahora era una descendiente de dioses común y corriente sin ningún lazo con entes ancestrales ni nada por el estilo. Por otro lado, también se sentía bien ser yo de nuevo, solo yo, sin tanto conocimiento agobiando mi mente, sin tanto poder contenido. Sin embargo, debía buscar un buen escondite porque cuando Zeus se enterara de que yo ya no tenia como devolverle todo, como cumplir con nuestro trato de seguro haría mi piel jirones, mucho me temía que si ahora no era su ser favorito con los últimos acontecimientos me convertiría para él en lo mas odiado.

Mi relación con Apolo estuvo bien, solo bien y esto me hizo sentir pésimo. Él puso todo de si, se esforzó tanto para que lo nuestro funcionara y juro que yo también lo intenté, pero no debió de ser así ¿verdad? No tendría por qué sentirse de ese modo, porque con él con aquel que no quería nombrar todo fluía tan naturalmente, todo era tan emocionante que no dejaba de sentirme miserable por el solo hecho de compararlos aun sin ser consiente de ello. Entonces gracias a lo anterior fue que tomé la decisión y siendo totalmente honesta corté con esa relación romántica que sabia no nos iba a llevar a ningún lado. Por mi parte Apolo siempre me tendría incondicionalmente, pero solo como amiga, pues era todo lo que podía ofrecerle.

De él no sabia nada, por mi bien no quise indagar sobre su suerte, en ese momento pensé que el mandarlo muy lejos fue la mejor de las decisiones. Sin embargo, ahora que en silencio experimentaba lo doloroso del vínculo, ese que irónicamente no se rompió cuando perdí los poderes del ángel de la resurrección y que mucho me temía sucedió como castigo por todo el abuso de poder que ostente siendo el ángel.

El amor duele, la traición duele, pero ahora también tenía que soportar el llamado del maldito lazo que nos vinculaba para la eternidad. Lo único que me consolaba era el pensar que si a mi me afectaba de este modo a él también tendría que estarle pasando lo mismo.

Tanto tiempo reprimiendo mis sentimientos, luchando contra mi misma, desenado que el tiempo por fin pudiera terminar de sanar las heridas supurantes que el amar me dejó. Sin embargo, con rabia y hastío tuve que reconocerme que esto no sucedería porque con el pasar del tiempo el ansia se estaba volviendo asfixiante, tenía que verle, tenía que cerciorarme que él estaba tan mal como yo. Entonces repitiéndome, casi convenciéndome que solo daría un vistazo y después regresaría a mi deber como regente de los mares. Decidí ir al mundo humano, exactamente al lugar donde Zeus fue desterrado por mi o mejor dicho por quién fui, el ángel de la resurrección.

***

Sentía gran admiración por su raza, por la gran resiliencia que tenían estas criaturas, por mas golpes que el Cosmos les diera, ellos siempre tenían la capacidad de renacer de las cenizas. Amaba este lugar y mucho me temía que la parte humana de mi herencia era culpable de esta fascinación que tenía por ellos.

Me sentía muy nerviosa y es que si fuera siquiera posible podría hasta decir que me costaba un poco llevar aire a mis pulmones, sabia exactamente en que parte del mundo humano se encontraba y es que el hecho de que me hubiese exigido no verle no me eximió de tener la información exacta sobre su paradero, muchas veces me quise engañar diciéndome que solo lo hacía para vigilar el progreso de Zeus. Sin embargo, tenia que dejar de engañarme, pues siempre quise saber de él.

Me repetí mentalmente como se daría todo esto, me cercioraría de que este maldito vinculo también hacia estragos en él, esta situación me daría paz y después sin dejarme siquiera notar regresaría a donde realmente pertenezco a seguir lidiando con mi oportunidad, aquella que me dio el Cosmos de volver a existir como yo, simplemente como Jade.

Su aura me golpeó fuerte e inclemente, tanto así que la ansiedad me obligó a buscarlo de inmediato, claramente cubrí mi presencia, este acoso quería que se diera de forma incógnita pues jamás pasaría por la vergüenza de verme descubierta por ese cabrón hijo de puta.

¿Es posible que puedan romperte el corazón una y otra vez? La respuesta es sí, pero solo si lo permites y yo no estaba dispuesta a volver a ser víctima de nadie. De los dos era mas que evidente que la que sufría las consecuencias del maldito vinculo y de los sentimientos que aún no desaparecían era yo, ya que, el verlo tan cómodo con esa mujer sentada en sus piernas mientras el tan plácidamente besaba su cuello, como él lograba sonreír de esa forma coqueta que tantas veces utilizó conmigo, es que casi podía sentir lo placentero de sus labios en ese punto sensible. A la mierda todo, de mi nadie se burla. Así que dejando caer el velo que me ocultaba, dejé ver mi presencia llamando la atención del antiguo gobernante de los mares.

—Jade. _Dijo él entre sorprendido y asustado.

Mi mirada acuchillada se desplazó de él a la zorra que tenia sentada en sus rodillas, al parecer no tenía buenas conexiones cerebrales porque a pesar de la mirada asesina que le lancé no dejaba de sonreír como si estuviera envuelta en un hechizo y es que si lo pensaba bien tampoco podía culparla, Poseidón era demasiado atractivo para el bien de cualquier fémina del Cosmos.

—Tres segundos para que te quites zorra, si no quieres que te deje calva en lo que tardas en pestañear. _Dije importándome una mierda el verme como una patética celosa.

A la mierda el orgullo, a la mierda todo porque este maldito era mío y el tenía que padecerme, así como yo lo padecí.


**Bueno pues que les digo....Primero agradecerles por haberme acompañado en la historia de Jade, por la paciencia cuando tardé en actualizar.  Y bueno pues espero leerl@s en mis otras historias-----Abrazos de Oso** 

JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora