Cap 18 TREGUA

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Poseidon. (Reino Maritimo)

-Eso fue tan hermoso por poco.....lloré.

-Así que eras tú quién cotilleaba en las sombras. _Dije con seriedad mientras con un solo movimiento de mi mano retiraba las prendas mojadas y embarradas con algas y arena a causa de mi encuentro con Jade.

-Pasas mucho tiempo en el mundo humano, quería ver que te detenía en venir. Además, lucias cómo decirlo..... Entretenido.

-Creo que eso es algo que no es de tu incumbencia. _Dije tratando de no perder la paciencia.

-¿Te gusta? _Preguntó ella obviamente tratando de contener una escena.

-Y si fuera así por que tendria que responderte.

-Si evades la respuesta es porque en verdad esa niña te gusta. _Insistió ella ganándose una mirada reprobatoria por mi parte.

-No me gusta, si eso es lo que te atormenta bien puedes estar en paz.

-Reías, hace eones no te veía reír así. _Comentó ella con su insesante molestia.

-Hay algo que se llama actuación, fingir, mentir o como quieras decirle, pensé que un ser como tú lo entenderías mejor. Solo te lo diré una sola vez, ocúpate de tus asuntos y deja de meterte en mis planes, agradece que eres una amiga fiel porque de lo contrario ya estarías pagando por tu osadía.

-Lo siento mi señor, es que me he sentido un poco..... Sola.

-Entonces aprovechemos el tiempo y deja decir estupideces, sabes bien que la pequeña Jade es solo un medio para un fin.

Con estas últimas palabras la tomé de su pequeña cintura y la estampé contra mi cuerpo. Helía era una fémina deliciosa, una amiga fiel y sobre todo una guerrera hábil y letal como ninguna otra, ella era la líder de mis ninfas de agua, hermosas y letales fieles a mí desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, no me pasaban desapercibidos los sentimientos que mi valiente ninfa tenía por mí, ella por más que quisiera convencerme que le quedaba claro que yo ya no tenía un corazón para dar seguía allí firme y dispuesta a calentar mi lecho cada que yo así lo quería, no me sentía un miserable por usarla pues desde el inicio fui claro con ella, esto era solo físico y no habría compromiso alguno.
Disfruté de su cuerpo, ella sabía exactamente como complacerme y está vez tampoco me decepcionó.

***

Jade.

Cuando ingresé en mi pequeño lugar aún seguía sonriendo cómo una idiota, es que en serio me había divertido mucho, reí y grité hasta que me dolió la garganta, me solté de una forma en que jamás imaginé podría suceder con él, incluso llegó el momento de aceptar que después de hoy Poseidon ya no se me antojaba tan desagradable y esperaba que no me hiciera cambiar de opinión con sus idioteces de dios soberbio.

***

Al día siguiente empecé mi rutina como ya estaba por acostumbrarme, me arreglé para ir a la universidad y justo cuando estaba por salir me percaté que aún la cesta enviada por Nick descansaba sobre la mesa, quise echarle un vistaso pero podría llegar tarde a clases entonces prometí dejarlo para más tarde.

Llegué a clases justo a tiempo, el profesor de historia del arte griega ya se había acomodado en su escritura a esperar que fuera la hora en punto para arrancar con sus discursos. Desde el día en que lo rapté se me hacia difícil mirarlo a lo ojos, ya que, me sentía avergonzada de lo que hice por suerte Poseidon se encargó de borrar su memoria.
Al traer su nombre a mi mente me fue imposible no evocar lo que vivimos la noche pasada, en definitiva fue una experiencia maravillosa y el saber que quiso compartir algo tan personal conmigo como sus gustos, me era imposible no crear pensamientos positivos por él.

JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora