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Me llevo hasta el cuarto de invitados, siempre consideré que la decoración era bellísima, mientras que yo me tuve que aguantar el decorado anticuado y sobrio del ingles. Deje mi maleta a un lado de la cama, Italia constantemente me preguntaba si necesitaba algo, yo negaba con la cabeza mientras agradecida por alojarme, de paso también le conté por mi necesidad de trabajar para retribuirle, ella solo decía que no me preocupara, pero insistí le pedí trabajo en su restaurant o por lo menor de nana en la casa.

Ella me miro y me dijo que le faltaba un mesero, que probablemente atraería a bastantes clientes. Ella siempre es tan dulce, sabe cómo animarme, le agradecí el empleo, me pondría a trabajar mañana mismo, mi objetivo en este momento es poder mantenerme yo solo. Mientras conversaba con Italia, mi celular sonó, un frio recorrió mi espalda, casi como avisando de un mal augurio, lo tome y mire quien era... pues claro era Reinos Unidos llamando.

Conteste: Que ocurre.

UK: (con un tono frio, como siempre) ¿Dónde estás?

Yo: En un lugar acogedor, ¿Por qué? ¿Se te ofrece algo?

UK: (ni se inmuto) un lugar acogedor... probablemente estas con Italia, ya no importa, adiós.

Me colgó así sin más, era inaudito ese hombre, ni siquiera mostro preocupación o interés verdadero, simplemente comprobó que sus cosas estuvieran bien, dentro de su radio... Una lagrima escapo en silencio, mi amiga me abrazo, pero no quería llorar, ya no más... nunca más por él. Me seque las lágrimas, le volví a agradecer a la italiana por su ayuda y por tratar de consolarme, pero ya no era necesario, tome una decisión y comenzaría de nuevo desde cero.

Al día siguiente me levanté temprano, le había preparado el desayuno a mi amiga, ella me repetía una y otra vez que no debí haberme molestado, le sonreía. Después de desayunar mientras hablábamos de nuestras cosas, partimos rumbo al restaurant, me entrego el uniforme, mientras me repetía que en verdad no era necesario, que ella me ayudaría, yo negando con la cabeza tome el vestuario y me fui a cambiar. Así es como comencé a trabajar en el restaurant, al principio era algo lento, pero poco a poco le tomé el ritmo, además a pesar de que era un simple uniforme, era bastante lindo o por lo menos se me veía estupendo.

Así trabaje una semana sin que ocurriera ningún incidente, el ingles no me volvió a llamar, escuche por los comensales, que el respetado UK al parecer estaba cortejando a una dama. La verdad me dolió, pero no tanto como esperaba, lo que si me dolió fue que comenzara a venir todos los días, se sentaba cerca de la ventana pedía un té y algún postre, leía el diario, terminaba de comer y se iba, así día tras día... De igual modo, la italiana siempre intentaba poner a otro trabajador a atenderlo y en el caso de que estuviesen ocupados, lo atendía ella personalmente.

Nunca exigió verme o se molestó en hablarme, solo repetía esa conducta, llegaba, hacia su pedido, leía el diario y se iba. Curioso que con el tiempo su presencia pasara a segundo plano, después de todo siempre fue así en casa, él se sentaba leía documentos o el diario, mientras tomaba té y algún postre que hacía yo o que él traía. Ya con un trabajo estable y con una paga, pude arrendarme un pequeño cuarto, la italiana no quería que me fuera, pero ya había molestado por mucho tiempo, era hora de independizarme definitivamente.

UK x Francia: "Termino de un ciclo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora