El diario del siglo XIX (19)

CAPITULO 1

Caía... caía.... caía en un vacío negro, sin fondo, todo era oscuridad

-¡Eneas, ven a desayunar! - gritó una mujer desde la planta baja de la casa

Eneas despertó asustado, otro sueño... mejor dicho pesadilla, anoche tomó pastillas para dormir. El hecho de que se mudarían de ciudad no le hacía ninguna gracia, iba a dejar todo atrás, sus amigos, su escuela, su barrio, hasta el deporte que mas ama, basketball

-¡Si mama, ahora bajo! - gritó un Eneas recién levantado de la cama, con su pelo castaño claro desordenado, fue al baño a limpiárse la cara para poder despertarse mejor. Tenía una gran cantidad de hermosas pecas en su cara y unos deslumbrantes ojos color verde.
Eneas bajó a desayunar, para encontrarse con cajas en toda la planta baja

-Vamos hijo, cambia la cara, en Londres hay cosas lindas- dijo la madre de Eneas cuando el bajó a desayunar con cara apagada

-Tal vez hayan cosas lindas, pero mis amigos no estaran allí-respondió el castaño

-Puedes hacer más- dijo su padre cerrandó con cinta una de las cajas

Terminaron de desayunar y empezaron a poner las cosas que entraban en la cajuela del auto, las cosas más grandes como, heladera, televisores, camas, etc, irán en un camión.
El padre de Eneas, el señor Brashway encendió el auto para decir -¡Londres aquí vamos! - con una gran sonrisa.

El Señor Brashway fue despedido de su anterior trabajo debido a que la empresa para la que trabajaba quebró, al cabo de 4 meses consiguió un trabajo en Londres, por ende se vieron obligados a mudarse de ciudad, pero el único al que no le gustaba esa idea era a Eneas

-¡Oh no, señor unicornio, deje de comer a barbie! - dijo la hermanita de Eneas mientras jugaba, por accidente golpeó el brazo izquierdo de Eneas, haciendo que este se moleste

-¡Auch! -se quejó - Deniss, quedate quieta-

-Chicos - advirtió la madre mientras estaba con el celular

-Es ella mamá, ocupa todo el auto para jugar - dijo el castaño, Deniss solo le sacó la lengua

Eneas se puso sus auriculares mientras miraba por la ventana del auto, sin darse cuenta se quedó dormido y para cuando despertó estaban a la vuelta de la casa nueva

-Es aquí cielo- Dijo el señor Brashway a su esposa, se desabrocharon los cinturones y bajaron del auto. La casa tenía una puerta de madera algo vieja, pero muy bonita, al entrar se veían las escaleras en la parte derecha de la casa

-¡pido el cuarto mas grande! - gritó Deniss subiendo apurada las escaleras

-¡cuidado! -gritó la mama -¿Eneas, no vas a elegir un cuarto? - le pregunto a su hijo que solo estaba viendo la casa boquiabierto. Le hizo caso y fue a ver la planta de arriba, entró a el cuarto que se encontraba al lado del de su hermana. Miró el cuarto con indiferencia y comenzó a desempacó lo poco que trajo en su mochila sin ganas.

Paso al rededor de una hora y Eneas ya no sabía que hacer, se había escuchado las 30 canciones que se había descargado en su celular, en eso la madre lo ve con algo de preocupación y se acerca a el

-¿Eneas por qué no recorres un poco el barrio mientras nosotros desempacamos? - Le sugerio su madre

-Esta bien-aceptó Eneas con tristeza

El castaño estaba por doblar en una esquina cuando

-¡Cuidado! - gritó una chica con casco en su bicicleta

-Deberías andar con más cuidado- dijo Eneas serio limpiandose la tierra de sus pantalones de jean

-No es mi culpa que no mires mientras caminas - dijo la chica riendo mientras se sacaba el casco, dejando ver su cabello negro oscuro con un corte hasta los hombros y flequillo hasta las cejas, tenía unos ojos celestes hermosos y una tes blanca como si de la leche se tratara -Soy Celine-dijo sonriente mientras le extendía su mano

-Soy Eneas- dijo con frialdad extendiéndo su mano para tomar la contraria

-¿Acabas de mudarte? nunca te vi el barrio - preguntó la pelinegra

-Si... por desgracia- dijo con la mirada baja

-¿y de que ciudad vienes? ¿desde muy lejos? - le pregunta curiosa

-¿eres el maldito FBI o que? - respondió de mala gana

-lo siento, solo quería darte la bienvenida - Celine se sintió apenada y subió a su bicicleta - Nos vemos luego... supongo - dio la vuelta y empezó a andar, dejando al chico nuevo atras

Eneas miró lentamente como Celine se iba en su bicicleta. Regresó a su casa y por suerte era la hora de almorzar, moría de hambre

-¿como fue esa vuelta por el barrio? -preguntó su padre

-Una loca casi me mata con su bicicleta, pero bien - dijo mientras se sentaba en la mesa

-¿amiga nueva? -preguntó su madre

-¿qué? no, prefiero quedarme en el cuarto escuchando mi playlist de música durante 4 horas

Al terminar de Almorzar, Eneas estaba en el sillón de la sala con su celular hasta que tocan el timbre, era el camión de la mudanza con las cajas que no entraban en la cajuela del auto

-Eneas hazme un favor y sube las cajas vacías al ático, por favor- dijo la madre

Eneas llegó al ático, apilo tres cajas en una esquina y otras tres al lado, el lugar se veía bastante limpio, supuso que su madre había limpiado antes de que el subiera, cuando bajaba se dio cuenta que le falto guardar una de las cajas, asi que volvió a subir. Tratando de acomodar la caja en una de las pilas, cayó algo al suelo, un diario

-¿un diario? - se preguntó, cuando lo agarro tenía un poco de polvo, era bastante viejo y un poco roto en una de las esquinas . Lo dejo apoyado en una de las cajas y dejó el lugar

-Listo mamá, ya guarde las cajas vacías- dijo Eneas volviendo al sillón. Decidió dormir una siesta, ya que no tenía nada mejor que hacer.
Eneas se levantó, aun faltaba un poco para la cena, se preguntó por el diario, ¿que estaría escrito allí? ¿quién lo escribió y por qué estaba en ese ático? ¿se lo habrán olvidado? muchas preguntas pocas respuestas. Su curiosidad fue más fuerte y decidió ir a ver el diario

Subió al ático y se encontró con aquel desgastado y amarillento diario, cuando lo abrió comenzó a leer aquellas polvorientas páginas. En la primera página decía

Diario de: Arely Mainfield, año 1825

.Este diario es de propiedad privada, solo Arely
Mainfield puede escribir en el, de lo contrario aquel
que escriba será condenado...

Eneas leyó eso y le pareció una simple ridiculez, penso que lo escribió alguien de 8 o 10 años, en la siguiente página había un dibujo, una niña y ese diario, sentados en la hierba. Eneas no lo quería aceptar, pero ese dibujo daba miedo,un escalofrío recorrió su espalda

-¡Ya está la cena! -grito la señora Brashway, desde el ático Eneas podía sentir el olor exquisito de la pasta con salsa de su madre, era una de sus comidas favoritas

Se sentó a cenar, iba a decirles a sus padres lo del diario que había encontrado, pero penso que no les importaria un diario viejo y polvoriento, asi que se guardo sus palabras y siguio comiendo.

Al terminar de cenar, ya estando en su cuarto con su pijama puesto, se acostó en la cama con su celular,finalmente, se quedó dormido.

NOTA DE LAS AUTORAS:

Holaa, esperamos que se encuentren bien, este es el primer capitulo de esta historia, no olviden comentar y votar si les gustó. Saludosss