ALÍENS || [changlix]

C-TEN

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La sala de entrenamiento era, sin duda, una sala inmensa. Había distintos paneles con botones de diversos colores y tamaños. Frente a Changbin había una ventana enorme, dónde se podía ver un espacioso cuarto blanco. El humano entró y soltó un sonido de sorpresa cuando todas las luces empezaron a encenderse por sí solas. El cuarto se iluminó y uno de los paneles hizo un ruido extraño de encendido.

El cuarto blanco parecía vacío.

¿Cómo es que entrenan estos alienígenas? Se preguntó curioso mientras tocaba con la yema de sus dedos los laterales de la habitación. Era suave y acolchado.

—Está hecho de un material resistente —Dijo una voz que Changbin pudo reconocer como la de Vanil. —Siento mucho por haber salido corriendo, a veces lo hago cuando estoy muy nerviosa —Dijo ella desde los paneles. Changbin la observó a través de la ventana enorme.

—Descuida. ¿Cómo es que funciona esto? — preguntó mirando en el techo y los lados de la habitación blanca. Aún sin encontrar nada fuera de lo común.

—Es el cuarto de entrenamiento. Tiene tres niveles: principiante, intermedio y avanzado. Se maneja a través de estos paneles ¿necesitas ayuda?

Changbin asintió —Me gustaría entrenar un poco.

— ¿Qué nivel deseas?

Changbin pensó unos segundos. No era lo suficiente experimentado para un nivel avanzado, pero tampoco era tan nuevo para ser un principiante. Después de todo, había estado entrenando con Félix cuando estaban en la tierra. El intermedio estaría bien.

—Intermedio.

Vanil asintió.

—Aparecerá un Parkos frente a ti, no te asustes no es real. Aunque puedes sentirlo.

— ¿Qué...?

Changbin no culminó su pregunta porque de pronto la puerta de la habitación blanca se cerró y, efectivamente, frente a él apareció un Parkos.

— ¿¡Qué demonios!?

—Tranquilo, no es real. Soy yo quién lo manipula a través de los paneles. Me dijiste nivel intermedio ¿cierto?

Changbin comenzó a pensar en cambiarlo a nivel principiante por unos segundos, pero meneó su cabeza y se colocó en posición de defensa.

—Sí.

Y el entrenamiento comenzó.

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—Muchas gracias, Talnor —Félix agradeció al padre de Derbus —No sé cómo más agradecerle.

—No te preocupes, Félix. Tu padre es un buen amigo mío y es lo mínimo que puedo hacer ahora para ayudarte.

Félix asintió.

— ¿Sabes las últimas noticias de Karnak?

—No, no me he comunicado con Minho desde que llegué aquí. ¿Usted sabe algo?

Talnor y su hijo Derbus compartieron una mirada y luego miraron fijamente. No debía ser nada bueno.

—Alguien ya ha tomado el poder en Karnak.

— ¿¡Cómo!? —Los ojos de Félix se abrieron enormemente y su respiración comenzó a acelerarse. Estaba tarde. Había llegado tarde.

—Nadie sabe el paradero de tus padres. Y las últimas noticias que tenemos es que Karnak está en manos enemigas.