ALÍENS || [changlix]

C-EIGTH

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Los días de entrenamiento continuaron para Changbin. Félix le había enseñado más técnicas de defensa y ataque, además de ayudar a agudizar su reflejo. También, le había dicho que con un mejor reflejo, el combate lo tenía ganado. Por supuesto Changbin no estaba seguro si todo este entrenamiento era en vano, no era una persona violenta y no sabía si iba a utilizar todas estas técnicas en algún momento. Quizá si alguna vez se encontraba en problemas, pero eso solo ocurriría en raras veces. Estaba más enfocado en sus estudios y todo su vecindario lo conocía, incluso algunos matones, no eran amigos de él, pero tampoco se metían con él.

Más allá de ello, a Changbin le gustaba entrenar con Félix, en cada entrenamiento el alienígena aumentaba el nivel de dificultad y en cada entrenamiento Changbin no perdía la oportunidad para morder, si era necesario, el labio del alienígena. Este no se oponía en lo absoluto, de hecho, muchas de las veces terminaban besuqueándose en medio del entrenamiento olvidándose de lo que estaban haciendo antes.

Por las noches, Félix se dedicaba a su nave, al parecer había una mejor señal cuando había presencia de estrellas en el cielo, Changbin no lo entendía y tampoco preguntó al respecto. Acompañaba a Félix tanto como podía en el cobertizo mientras este reparaba lo que faltaba de su nave, comían algo, bromeaban, Félix contaba alguna anécdota de su planeta y Changbin hacia lo mismo.

El coqueteo entre ambos siempre estaba presente. Las sonrisas, las miradas y el contacto físico no podían faltar. El humano sentía una atracción muy fuerte por el alienígena y sabía que era recíproco. Eso hacía que sintiera un calorcito en su vientre, como un cosquilleo en el estómago que pronto se esparcía por doquier.

¿Félix sentiría lo mismo? No lo sabía. Tal vez sí.

Era otra de las noches en el cual el cielo estaba lleno de estrellas lo que significaba que habría señal suficiente para la nave de Félix. Una vez más, ambos estaban en el cobertizo, Félix estaba sentado cruzado de piernas en el suelo mientras intentaba unir algunas piezas al igual que Changbin. Ambos se reían de una situación que el humano había contado sobre su universidad cuando entonces oyeron un tintineo proveniente de la nave, al mismo tiempo que una luz blanca comenzó a parpadear dentro de ella.

Félix se alarmó y tiró la pieza que tenía entre sus manos para dirigirse a su nave, por suerte Changbin estuvo ahí para atrapar la pieza que el alienígena había lanzado. Félix siempre tan imprudente.

— ¿Minho? —Félix llamó desde un intercomunicador (Changbin asumía que era eso) que tenía equipada la nave. — ¿Minho, me oyes? ¿Minho? —Félix comenzó a llamar en su lengua y Changbin prefirió ignorar, después de todo no sabía lo que el alienígena decía.

— ¡Félix! ¡Oh Rea! ¡Intenté comunicarme contigo pero la señal era muy débil! —Dijo la voz.

— ¡Lo sé! ¿Qué noticias tienes? ¿Es momento de que regrese a Karnak? ¿Cómo está la situación?

Félix pudo oír a su amigo suspirar y se preparó para lo peor.

—Félix, la situación está empeorando y lo que voy a decirte es algo muy importante. Tienes que salir del planeta tierra lo más pronto posible.

— ¿Qué?

—Haz lo que te digo, Félix. Escucha, nuestro sistema de seguridad ha sido burlado, al parecer engañaron a la base más cercana a la tierra y dos enemigos han logrado ubicar tu paradero. Están yendo por ti a la tierra, si es que ya no están ahí. Estos dos enemigos no son Parkos, son Kamlos ¿Sabes lo que eso significa verdad?

—Oh mierda...

—Así es, al parecer los Kamlos se han aliado a los parkos y dos de estos bastardos han logrado burlar nuestra seguridad. Félix, sabes muy bien que los Kamlos pueden tomar la forma de lo que sea, no me sorprendería que hayan tomado forma humana y estén vagando por la tierra en tu búsqueda. Aléjate de cualquier humano, Félix, no son confiables ahora.