Brave Enough / Klance /

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《 Contenido Sad 》

La comida estuvo deliciosa y la compañía estuvo aún mejor. Aunque no lo expresara en su totalidad, a Keith le reconfortaba el saber que todos sus amigos...No, toda su familia se encontraba bien. Las risas de Coran, las anécdotas de Hunk junto a sus asistentes de cocina, los logros de Pidge los cuales relataba con un deje de orgullo ante ellos y las miradas de felicidad que Shiro y su pareja compartían. Nunca creyó volver a ver ese destello en la expresión de Shiro otra vez, pero ahí estaba. Su hermano mayor, el que veló por él desde que era un niño...le debía todo.
Sin dudas, el reunirse una vez al año fue de las mejores ideas de Lance haya tenido jamás.

Lance

Movio su cabeza repentinamente, intentando bloquear el camino que sus pensamientos querían tomar y mejor concentrarse en el momento.
Lo mejor era seguir admirando los rostros tan joviales de quienes le rodeaban, todos con quienes vivió lo impensable.
¿Todos?

Debía reconocer, que el vacío que Allura dejó en ellos, aún dolía; pero lamentarse es algo que ella no hubiese querido para su pueblo o para ellos.
Así pues; cada que se reunían, su imagen continuaba en sus memorias en una forma de recuerdo alegre.

-Bien, ya casi es hora de retirarnos- comentó Pidge, esa fue señal para Hunk de levantarse y tomar su celular.

-Juntense para la foto grupal- indicó con esos ánimos con los que solo él sabía hablar.

Keith se movía lentamente hacia el grupo, las fotos no eran lo suyo, pero era la tradición.
-Vamos greñas, no seas lento- el Cubano lo tomó del brazo y jaló para que apresurara el paso. El toque repentino del castaño lo descolocó un poco, sintió un pequeño escalofrío. Esos efectos que creyó ya habia erradicado de su mente.
El mitad Galra no notó cuándo Lance lo abrazó, colocándole en medio de él y Shiro, quien sonreía al lado de su esposo.

-Sonrían, digan Voltron-
"¡VOLTRON!"

-Perfecta- resaltó el cocinero. Su positivismo no tenía límites. A veces Keith envidiaba aquello.

Dada concluida la reunión, todos comenzaban a regresar a sus tareas diarias.
Hunk a su restaurante, Pidge a su laboratorio, Shiro a su hogar y él...dejaría su curiosidad volar unos minutos. ¿Por qué? Pues, siempre ha querido saber donde se dirigía Lance después de sus reuniones anuales.

Se replanteó su siguiente movimiento un par de veces; ya que, seguir a alguien a escondidas no era muy bien visto en este y otros planetas. Los planes y el pensamiento metódico eran lo suyo, pero lanzarse a la buena del destino le parecía un movimiento tentador.

Manteniendo unos considerables metros de distancia, avanzó por los mismos lugares que el moreno; pasando la aldea, aldea acogedora al igual que sus habitantes. Hubiese seguido camino recto, de no ser porque Lance paró en seco frente a la estatua de la princesa Alteana, inclinándose como muestra de respeto y elevando una sonrisa hacia ella como si la verdad Allura pudiese percibirla.

Luego de eso, se alejó de ella para llegar hasta el granero, cerca de la familia McClain.
Perdió de vista unos segundos a su objetivo cuándo se percató del sinnúmero de flores que adornaban el espacio, todas y cada una plantadas por el mismísimo Lance. Le daba un toque de tranquilidad al ambiente, los colores vívidos harían olvidar a cualquiera su mal humor. Simplemente sublime.

"Historias gay, para gente gay...Y no gay"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora