Five x Mitch "Lost"

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(Contenido Soft)

El Alfa volvió a inhalar aquel casi imperceptible olor a vainilla. Era dulce, pero no a tal punto de volverse empalagoso, sino agradable y cálido.
Se detestó a si mismo por pensar en que un olor como ese haya llamado su atención a tal punto de invadir sus pensamientos en ese momento.

Mitch observó al dueño de ese suave aroma, ese Omega el cual Williams no tenía idea de como lo habían dejado entrar a Glitch Techs, ya que en este no partían Omegas por lo peligroso del empleo, pero ahí estaba justo frente a él.
Este reía junto a su amiga, mientras Zahra se acercaba a ellos para saludar al antes mencionado. Al parecer a la Beta también le atraía un poco el tierno Omega. La verdad era, que a todos les agradaba, y cómo no, si el latino era muy amable.

Volviendo al tema de "¿Cómo habían permitido un Omega dentro de su equipo?"
Fácil, su tenacidad y perseverancia eran sorprendentes; cualidades admirables para alguien de su casta. Sabía seguirles el ritmo a la mayoría de Betas y Alfas que ahí trabajaban, y sobre todo, su olor no había dado problemas a nadie. A nadie excepto a Mitch.

No tenía ninguna conexión,
no tenía fe ni destino, no.
Buscando y buscando a alguien que salvase mi alma,
fui barrido por una ola,
barrido por una ola,
cuando oí que tú decías mi nombre

-Hola Mitch- saludó el latino al darse cuenta de la mirada del rubio hacia él.
-Five- No negaría que la cercanía del más joven hacia que su Alfa rasguñara de ansiedad en su pecho. -¿No deberían estar entrenando?, en lugar de perder el tiempo- no quería sonar muy brusco con el joven Omega, pero no pudo controlar sus palabras ni su mirada retadora dirigida a Miko.
Era inexplicable para Mitch, pero no le agradaba que la Alfa estuviera todo el tiempo abrazando y dejando su olor en Five.

-¿Y si mejor nos acompañas tú?- retó Miko, al sentir las feromonas del otro Alfa. Denotaba celos, que al parecer solo Kubota notó. Esto causó una risita en la mitad asiática, pues ella ya se había dado cuenta de los sentimientos crecientes del moreno hacia su mejor amigo; pero al ver que este no daba ningún paso, estaba decidida a darles un empujón. -Ahora somos un equipo, ¿No?-
-Bien, siganme- concluyó a regañadientes.

Williams aún recordaba la primera vez que percibió ese olor, la primera vez que vio a Five. Eso si, no fue en los mejores términos.

La competencia no estuvo nada reñida, fue fácil para el mayor derrotar a todos y cada uno de los novatos, hasta que vio a ese singular par.
La Alfa era como una bomba, llena de energía a punto de explotar; energía que usaba a su favor para arrazar con los demás. Aún tenia presente como su olor a algodón de azúcar se intencificó por la adrenalina. Dios, juró que el mareo casi iba a desmayarlo.

Por otro lado, vio a Five, un chico tímido pero que sin dudas sabia lo que hacía. Avanzaba a su modo, sus estrategias eran más objetivas.
Los novatos con esas características eran más fáciles de vencer para Mitch, menos erráticos y más centrados.
-Esto será fácil- susurró el Alfa para sí, mientras se acercó veloz.
Todo pasó tan rápido después.
El aroma a vainilla que el latino desprendía fue algo sublime para él, confundiéndolo y distrayéndolo, lo suficiente para que Five se defendiera.

Pero Williams no se rindió, despabiló su mente lo mejor que pudo, pero su Alfa no dejaba de aullar en su interior. El esfuerzo de Mitch para derrotar a los novatos fue en vano, pues finalmente ambos finalistas unieron fuerzas; ganando así el puesto en la empresa.

"Historias gay, para gente gay...Y no gay"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora