Have we met before?

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-AU-
Catradora

Iba tarde de nuevo.
A pesar de ser este su cuarto mes en el que ejercía ese trabajo, aun no lograba acostumbrarse al horario de la mañana.
Y no es que la cafetería abriera tan temprano, sino que últimamente su sueño era muy pesado y levantarse a esa hora se le hacia difícil.

Afortunadamente vivía a solo unas calles del edificio, así que no era necesario para ella el tomar algún taxi o autobús.
Como en ese instante que corria sin mirar a los lados y solo lanzarse para cruzar.

Sip, amaba su vida ahí.
No se quejaba de la monotonía, pero si de lo estresante que podía llegar a ser.

-Oye, ¡Ten más cuidado!-
Le dijo a la persona que la había hecho tropezar y caer. El pavimento no era un lugar cómodo en el cual aterrizar y ahora su parte trasera lo había confirmado.
-Será mejor que te discul...

La chica rubia no pudo terminar su regaño hacia la persona que la chocó. Y es que, algo en ella llamó su atención.
Talvez fue su enigmática aura, la ropa negra y holgada que a penas y dejaba ver su rostro o fueron talvez esos peculiares ojos.

La vida pareció ir en cámara lenta en ese momento, pues nunca creyó que una de esas miradas fugases duraran más de 5 segundos.
Esta duró, bueno...lo que tardó la chica castaña en levantarse y salir corriendo.

Te sentaste justo en la esquina de mi mesa.
No sé qué es, pero juro que estoy sintiendo un deja vu.
Taza de café negro y un libro que estás leyendo.
Te estoy mirando

Pero que maleducada.
¿Acaso no la ayudaría a levantarse?
Mínimo merecía una disculpa por el percance, aunque a juzgar por esos matones que la perseguían, la chica no tenía tiempo para disculpas.

Seguramente era alguien problemática y si había aprendido algo en esa ciudad, era el no meterse en asuntos que no le correspondan.
Así que, sin más por pensar, se levantó del suelo y sacudió su uniforme, para terminar de llegar a la cafetería.

-Un café negro, extra cargado- dijo la orden antes de entregársela al cliente. El señor que aparentaba unos 47 años le dio un sorbo para luego retirarse del local.

Al momento en que él se retiraba, la rubia vio un par de rostros familiares entrar.

-¿Cómo le va a mi mejor amiga en su trabajo?- preguntó una joven con el cabello con tinte rosa.

-Hola, Adora- saludó su otro amigo con una sonrisa.

-Bow, Glimmer- saludó con cariño. -Que agradable sorpresa, no esperaba verlos por acá-

-Lo sabemos, pero es porque venimos a invitarte a un concierto- dijo la pelirosa, emocionada.

-¿Concierto?-

-Será esta noche- indicó el moreno. -Varias bandas famosas y nuevas se presentarán ahí-

-Irás, ¿Verdad?-

Sus amigos conocían bien a Adora. Sabían que ella no era fan de esos eventos y mucho menos si interferian en su horario laboral, pero también sabian que la rubia no podía negarles nada a sus mejores amigos.
Eso podría considerarse como un chantaje; sin embargo, era por el bien de Adora. La pobre chica necesitaba un respiro con urgencia, aunque ella no lo notara.

Adora asintió como respuesta a la pregunta de Glimmer. -Supongo que es hora de cambiar las cosas un poco-

Juro que te siento en mi memoria
Creo que te he visto en mis sueños
Tal vez tú y yo tenemos historia
Pero no creo que me conozcas

"Historias gay, para gente gay...Y no gay"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora