Capítulo 40

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CAPÍTULO 40.

Narra Alex Axartell.

Respiro aceleradamente y aprieto los dientes cuando siento que estoy llegando al clímax, agarro el cabello de Mia y doy unas últimas embestidas corriéndome en el condón. Caemos rendidos en la cama y yo cierro los ojos.

—Esto no está nada bien—murmura ella.

Por una parte tiene razón, es la exnovia de Caleb, mi mejor amigo. Y básicamente rompieron por mi culpa aunque él no lo sepa.

Me encanta destruir las cosas.

Como también quiero destruir a Jake Davis, pero ese cabrón me lo complica todo y más estando a miles de kilómetros junto a mi enamorada.

Qué digo enamorada.

Mi alma gemela.

Sonrío de forma ladeada y me levanto de la cama.

—¿Te vas ya?—me mira colocando sus codos en el colchón para verme.

—Sí, tú misma lo has dicho. Y esto tampoco está bien aunque te encanta como te follo.

Salgo de su cuarto colocándome la camiseta y dejándola con la palabra en la boca.

Me despido de su madre y cierro la puerta cuando salgo. Camino por la calle y me revuelvo el pelo mientras saco el teléfono de mi bolsillo.

Ningún mensaje nuevo, pero sí una foto nueva.

Me detengo en mitad de la calle y miro detalladamente la foto.

Son Jake y Alyssa en la playa, ambos sonriendo a la cámara.

Hace cinco minutos que se subió el estado.

Aprieto la mandíbula y retomo el paso, cada vez con más cosas en mente.

Alyssa Dagger.

Estamos Jake, Tristán, Sky y yo sentados en la terraza de una cafetería que nos pillaba cerca de la playa.

Hemos entablado buena conversación con Sky, me cae bien.

Aunque Tristán y sus intentos extraños de coquetear me sorprenden cada vez más.

Miro a Jake horrorizada, está sentado frente a mí y está reprimiendo una sonrisa por la historieta que está inventando su amigo sobre que nadó con tiburones y casi le comen un pie.

—Y entonces...¡Zas! Noté dolor en el tobillo y me giré y lo vi—levanta un poco las manos—, había un tiburón de más de un metro y medio frente a mí.

—¿Te enfrentaste él, lo mataste, luego ganaste una medalla y conseguiste el amor de tu amada? Venga ya, Tristán, parece una leyenda de niños pequeños—se mofa Jake interrumpiéndolo.

Él, en vez de refunfuñar, ríe.

—¿Yo? ¿Enfrentarme a un tiburón? ¡Ja, qué gracioso!—choca su lengua contra el paladar un par de veces mientras sacude la cabeza— Yo salí nadando como un puto loco y suerte que no me puse a gritar, me habría quedado sin oxígeno.

—Nos habrías hecho un favor—murmura.

—¡Jake, no digas esas cosas!—advierto arrugando la frente.

—Perdón, mamá.

Resoplo y veo como Sky se divierte viendo la situación.

—Bueno, Sky—ella me mira—¿tienes algún novio?

—Nah—niega con la cabeza—, de hecho, me van más las tías.

Silencio.

Aprieto los labios tratando de contener la risa, Jake igual, pues Tristán ha hecho ese numerito para que luego diga que le gustan las chicas.

Hasta el último día © [#1] [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora