Al caer encima de nosotros provocaron que chocáramos contra uno de los edificios en ruinas, bloques de materiales y vidrios cayeron sobre nosotros, una nube de polvo nos rodeo. Y el golpe fue tan fuerte que me dejo sordo por unos minutos.
Los infectados no se vieron afectados por el golpe, eran un hombre que le faltaba un pie y una mujer que tenia colgando su ojo derecho.
Comenzaron a intentar treparnos para poder comernos, hacíamos todo lo posible para evitar los podridos dientes amarillos. Rápidamente comenzamos a perder la fuerza que nos quedaba. La mujer infectada estaba muy cerca de mi cuello, podía sentir su asqueroso aliento. Ambos tomábamos a los infectados del cuello, pero intentaban abrirnos el cuerpo con sus manos. La infectada logro atravesarme la mano con sus afiladas y sucias uñas.
Jamás había experimentado tanto dolor, la sangre comenzaba a salir y los infectados se emocionaban aun más. Cuando no me quedaban mas fuerzas para luchar y la infectada ya estaba abriendo su boca para morderme
-¡Aléjense de ellos monstruos!- Grito una voz dulce, fuerte y femenina.
No alcance a verla pero escuche dos estruendos, vi como una bala le atravesaba el cráneo y su cuerpo de desplomaba encima del mío. Empuje su cuerpo y vi que mi madre hacia lo mimo con el cuerpo del hombre infectado, ambos nos miramos asombrados, ninguno entendía que había pasado.
Comenzamos a salir despacio de la ambulancia y la vi. Era una chica muy atractiva, tenia ojos verde esmeralda y su pelo era como la miel. Todas sus facciones eran delicadas y femeninas.
Nunca me había importado mi apariencia hasta ese momento, al bajarme me mire por el retrovisor, era un chico normal tenía el pelo corto marrón y mis ojos eran grises, mi abuela siempre decía que eran como una tormenta a punto de arrasar. También tenía un poco de músculos pero nada grandioso.
-Hola, me llama Gemma- Nos dijo a ambos amablemente
-Ma, mma, Matías y ella es mi madre Rebeca- Pude decir aunque tartamudeé un poco.
-Gracias por salvarnos Gemma, ¿Estás sola?- Le dijo mi madre.
-Yo...- Comienzo a decir.
- ¿Dónde estás Gemma?- Grito un hombre al que todavía no podíamos ver.
El hombre misterioso salió de atrás de una camioneta. Era un hombre corpulento con expresiones frías, tenía el pelo negro con corte militar y sus ojos eran tan negros que parecía que podían ver tu alma.
-Gemma ¿Podemos hablar un minuto?- Dijo el hombre secamente mientras nos ignoraba. Gemma lo siguió pero se podía ver que iba con miedo.
Al acercarse el hombre la tomo bruscamente del brazo y comenzó a gritarle sobre porque se había escapado, porque le había robado y sobre que hacía con nosotros. De pronto le dio un cachetazo que le dejo su mejilla roja y un poco morada.
-Respóndeme cuando te hablo niña estúpida- Le dijo el hombre sin importarle las lagrimas que comenzaban a caer de los ojos de Gemma.
Comencé a acercarme junto con mi madre, yo tome una gran piedra y mi madre una botella rota. No me gustaba nada ese hombre.
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Infectados
ActionAl poco tiempo mutaciones comenzaron a mostrarse, la gente perdía la capacidad de razonar como seres humanos y actuaban de manera agresiva. Se creó un virus altamente infeccioso que domina al cuerpo humano. Este virus, tiene dos principales fines: a...