Capítulo 16

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El más grande comenzó a acercarse hacia mí, luego miro a Gemma y a Kiara finalmente se decidió por Kiara. Se fijo en sus bustos y eligió a la que mostraba más. Creo que en el fondo a Gemma le molestó que un hombre prefiriera a Kiara y no a ella. En fin se acerco tanto que la agarro del brazo y comenzó a intentar arrastrarla. Con Gemma corrimos y la tomamos por el otro brazo, no podíamos dejar que se la llevara, sino nuca más la íbamos a ver.


-Dispárenles- Dijo el más grande mientras forcejeaba.


-No podemos, están muy cerca todos. Le vamos a errar. Aléjalos un poco- Dijo el otro hombre.


Sin poder formular una respuesta o un plan. Mateo y Lucia dispararon a los más grandes en sus manos y piernas. Ellos se tiraron al suelo y soltaron las armas. El más pequeño se puso a temblar.


Mateo apunto para disparar pero Lucia lo evito, dijo que era solo un chico, que lo dejáramos escapar. El pequeño se fue corriendo al bosque sin mirar atrás. Muy pronto se perdió entre los árboles, espero que pueda sobrevivir, no tiene la culpa de la crueldad de nuestro mundo.


Decidimos no matar a los mayores pero tampoco los ayudamos, ahora eran problema de los infectados a menos que pudieran lograr escapar.

Creo que es bastante normal que las personas no infectadas se vuelvan más agresivas. Cada vez quedan menos recursos en el planeta.


Continuamos avanzando, necesitábamos reponer suministros. Solo teníamos dos botellas de agua, cada una de un litro. No iba a alcanzar para mucho tiempo. Las barras energéticas ya se habían acabado. Solo teníamos algunas latas de maíz, arvejas y frijoles.


Encontramos una estación pequeña al costado de la carretera. Lucia bajo primero, fue a comprobar si todavía había nafta, por suerte quedaba. Lleno todo el tanque y luego nos hizo señas para que bajáramos. Lucia se había convertido como en la madre de todos, siempre nos ponía por delante de su seguridad. Aunque no habláramos mucho, era muy especial para mí.


Entramos al pequeño almacén que ese encontraba al lado. Ya no tenía ventanas y había pocas cosas para rescatar. Gemma se bajo con su bolsa y comenzó a guardar paquetes de galletas. Mateo encontró fósforos, productos para los mosquitos y unas cuerdas de saltar.


Con Kiara buscamos cosas en la otra punta del almacén. No tuvimos mucha suerte, encontramos papas fritas, doritos y tres botellas pequeñas de agua.


-Oye, gracias por intentar salvarme- Me dijo Kiara de la nada. Debe de haber estado muy agradecida ya que no era de mostrar sus sentimientos.


-Era lo que tenía que hacer- Dije restándole importancia.


-No, es la primera vez que siento que le importo a alguien- Dijo con voz triste. Luego dejo sus bolsas en el suelo y comenzó a acercarse.


Nuestras narices casi que se tocaban, de pronto me doy cuenta que nuestros labios estaban unidos como uno solo. Ambos cerramos los ojos y nos entregamos al otro. Fue rápido pero con sentimiento. Fue nuestro primer beso. Estaba besando a mi mejor amiga, a mi primer amor.


La escena romántica término muy rápido, ambos nos separamos cuando Lucia apareció diciendo que se acercaban unos infectados y que con nuestras condiciones lo mejor que podíamos hacer era escapar.



InfectadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora