Capítulo 5

380 27 4
                                    

Me desperté en un bosque creo que era de mañana, estaba tirado en el suelo con una manta tapando mi cuerpo. Al despertarme mi madre estaba a mi lado mirándome preocupada..


-¿Dónde está Gemma y Jasón?- Le pregunte ignorando el dolor de mi cuerpo.


-Fueron a cazar, tranquilo ella está bien. ¿Cómo te encuentras?- Dijo


-Bien, solo me duele un poco ¿Y tú?- Dije cansado.


-Bien, solo preocupada por ti y por Gemma, no me cae nada bien Jasón- Dijo haciendo una mueca.


-Hace tiempo que no hablábamos- Dijo me madre tristemente.


-Lo sé, te extrañaba- Le confesé


-Dime, ¿Te gusta Gemma?- Pregunto curiosamente mientras se reía en voz baja.


-MAMÁ- Le dije sonrojándome.


-Jajaja, en serio Matías ¿Te gusta?- Me dijo


-No lo sé, recién la conozco pero sé que quiero conocerla más.


Jasón y Gemma llegaron luego de cinco minutos, traían con ellos dos conejos gordos. Prendimos una fogata y comenzamos a asarlos. Mientras comíamos en silencio, no pude no pensar en un conejo que tuve cuando era chico, se llamaba Tambor como el de la película de Bambi. 


Luego de almorzar movimos nuestro campamento, Jasón decía que por acá cerca se encontraba una cabaña de guardabosques que por el momento nos serviría de refugio.


Mientras íbamos caminando por el bosque Gemma me contó que era huérfana, sus padres habían muerto en un accidente de auto cuando ella tenía cinco años. Y que Jasón era su tío y por eso había quedado como tutor de ella. No me imagino a Jasón como un hombre cariñoso.


Cuando estábamos llegando a la cabaña, nos emboscaron un grupo de diez infectados, la mayoría parecía ser más rápidos. Comenzamos ganando la pelea, estábamos más preparados que antes. Luego todo se dio vuelta.


Nos tenían rodeados Jasón y mi madre se defendían muy bien, con Gemma hacíamos lo que podíamos. De pronto un infectado salta de un árbol sobre Gemma y la tira al suelo. La intenta morder mientras la golpea con todas sus fuerzas en su cara.


-¡GEMMA!- Grito desesperado. Intento acercarme pero otros dos infectados me impiden el paso.


Luego veo que mi madre se acerca para ayudar a Gemma, logra quitarle al infectado de encima, y ambas comienzan a pelear espalda con espalda. Gemma era mucho más lenta que mi madre al pelear, como mi madre ya había acabado con el infectado que la atacaba decidió ayudar a Gemma. Ambas luchaban contra un infectado bastante rápido y ágil.


Mi madre estaba tan preocupada por ayudar a Gemma que se olvido de ella misma. Un infectado, el más rápido de todos se acerco por atrás mientras ella no miraba. La tomo por la espalda y le mordió el cuello, sacándole un buen pedazo de carne. Mi madre gritaba por ayuda mientras el infectado seguía despedazándola. Intente acercarme pero Jasón me lo impidió.


-Ya es tarde, ya es tarde- Me decía


-Suéltame bastardo, suéltame- Respondía. Tenía que ayudar a mi madre, no podía dejarla morir.


Los cuatro infectados restantes saltaron sobre ella, todos la  estaban devorando mientras ella no paraba de gritar, de suplicar que su dolor desaparezca.


Comencé a llorar intentando escaparme de los brazos de Jasón, nunca había llorado tanto y con tanta fuerza. No había nada que pudiera hacer. Luego de unos minutos sus gritos pararon. Ya no podía reconocerla carne despedazada llena de sangre con cinco infectado encima que la estaban devorando.


 -Tenemos que irnos rápido, ahora están distraídos- Dijo Jasón, parecía que la muerte de mi madre no le había afectado en nada, le era indiferente, había sido la distracción perfecta para escapar. Mientras que Gemma estaba llorando en silencio. Comenzamos a movernos lentamente.


Duele tener que olvidar a alguien que formo parte de tu vida, alguien con quien planeaste un futuro y ahora no está. Mamá ¿Por qué tuviste que irte? No estaba preparado, no lo estaba.


Lo siento si te he fallado más de una vez, perdóname, te lo suplico. Es horrible ver con tus propios ojos cómo se derrumba tu mundo.

InfectadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora