Capítulo 6

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Mientras caminábamos lentamente por el bosque no paraba de pensar en el cuerpo desangrado de mi madre. Siento como el corazón se me rompe en trozos y la oscuridad me traga. Me siento solo. Uno de los dolores más fuertes es la perdida de alguna persona que amas.


Ella todavía tenía una vida por delante, desde que papá se fue no había salido con nadie, siempre fui su primera prioridad.


Gemma no paraba de llorar en silencio y me miraba con cara de pena. Jasón solo seguía caminando y nunca miraba atrás. Por ahora no nos habíamos encontrado más infectados por el camino, ahora faltaba menos para llegar a la cabaña. Pero ya nada tiene sentido para mí.


De pronto Gemma se me acerca y me toma de la mano, pero no dice nada. Yo tampoco le hablo pero si le apretó la mano con más fuerza. Siento mi mano sudorosa, espero que no le moleste. Ella aparta su mano, pero fue solo para sacársela, luego me la volvió a tomar. Sonreí.


-¿Quieres hablar?- Me dijo Gemma despacio y con cuidado.


-No, gracias- Le respondí, un poco más seco de lo que esperaba. Luego ella comenzó a llorar y supe que se sentía culpable.


-Oye mírame- Le dije, ella me miro con sus hermosos ojos inyectados de lágrimas.


-No fue tu culpa, no te culpo por lo que paso- Le dije sinceramente, no solo para hacerla dejar de llorar. 


 -Pero de no ser por mí, ella todavía estaría viva- Dijo apenada mientras seguía llorando.


-Uno nunca sabe lo que habría pasado- Dije


-¿Se pueden callar ambos por un rato? — Dijo Jasón amargado mientras se volteaba para vernos, cuando nos vio de la mano negó con la cabeza. Como si estuviera decepcionado.


Yo lo mire con furia en mi ojos, el era culpable de la muerte de mi madre. Si él no me hubiera detenido tal vez podríamos a verla salvado. Podríamos haber intentado cortare donde fue mordida, así la infección no se expandiría.


Lo detesto con toda mi alma, primero lastimó a Gemma, luego dejo morir a mi madre y ahora me quita el único momento en que no me sentía tan solo luego de perder a mi madre. Es un hombre despreciable, le gusta el dolor de los demás. "El odio es un sentimiento tan fuerte como el amor, duele igual pero no tiene ninguna esperanza "como decía mi madre. 


Decidí ignorarlo ya que estábamos viendo la cabaña. Era una hermosa cabaña hecha de madera, creo que de roble. Se encontraba suspendida entre dos árboles grandes y fuertes. No era muy grande, pero igual tenía un buen tamaño.

Al acercarnos más vimos que en un costado había un pozo profundo, como de 2 metros de alto, adentro de él se encontraban como ocho infectados  aun "vivos". Se agitaron cuando pasamos por al lado del pozo, pero sus manos no llegaban a tocarnos.


Jasón subió la escalera para llegar a la casa, mientras que con Gemma nos quedamos abajo vigilando. Él toco la puerta, al principió nadie contesto, luego la puerta se abrió.


Salió un hombre de unos 20 años más o menos, tenía el pelo marrón chocolate, ojos café, y parecía que tenía buen físico. Aunque yo sea hombre, puedo decir que era muy atractivo. 


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