The Amazing Spider-man

Capítulo 3: Fracaso Inminente

Una camioneta negra pasaba por el centro de la ciudad, hasta llegar a una zona donde no era muy transcurrida por la gente, en eso, tres sujetos bajaban de ahí para así entrar a una bodega, uno de ellos era fácil de reconocer al tener un cuchillo tatuado en el rostro debajo del ojo. Llegaban a una mesa con un maletín, donde uno de los hombres le habría dejado mostrar armas militares, en eso, se escucha una voz desde la oscuridad.

¿?: Cletus Cruz, el mayor asesino de todo México, me alegra verte. Espero mis hombres no te hayan tratado mal –la voz sonaba refinada y con un tono grave, dirigiéndose al hombre del tatuaje del cuchillo, sin dejarse ver en la oscuridad.

Cletus: Pues digamos que no me trataron TAN mal –decía quejándose mientras estiraba su brazo, escuchando como sus huesos tronaban- así que, ¿para qué me quieren aquí? No trabajo para nadie, yo soy mi jefe –con arrogancia, decía mirando aquel bulto negro en la oscuridad.

¿?: Eso lo sé bien, te investigue y se quién y cómo eres. Pero esto es para ayudarnos a algo, y te pagaremos muy bien –decía haciendo una seña, para hacer que el segundo hombre detrás de Cletus, mostraba un maletín lleno de dólares- ¿Qué dices? ¿Aceptas?

El asesino solo se meritaba a observar el dinero y después las armas, esto solo hacía que se dibujara una diabólica sonrisa en su rostro, mientras comenzaba a reír en un tono bajo, para después mirar a los dos hombres que estaban a su lado, tomando a uno del cuello de manera veloz, sacando el arma del hombre y dispararle a ambos hombres, los cuerpos cayeron llenando el piso de sangre, la risa del asesino comenzaba a resonar más, mientras que aquel bulto se encontraba quieto y en silencio.

Cletus: ¡Jajajajajaja! ¡¿Para qué me quieres con exactitud?! –le apuntaba con el arma al hombre en la oscuridad, mientras que aquel hombre, no se inmutaba.

¿?: Porque necesito tu ayuda para exterminar a un arácnido –al decir eso, aventaba un periódico, dejando ver la primera plana, se veía una fotografía donde dejaba ver, de manera borrosa, un spider-man saliendo de la escena.

El asesino, al ver la fotografía, solo se meritaba a soltar una risa diabólica con una mirada inhumana hacia aquel bulto negro, afirmando con la cabeza ante el trato que se le ofrecía. Por otro lado, nuestro héroe se encontraba tomando sus clases, tranquilo y aburrido como todos los días.

Oswaldo: La clase de matemáticas no es mi favorita ni es lo mío –decía el joven con algo de frustración al tratar de resolver unas ecuaciones mientras se partía la cabeza.

Yara: ¡Por favor! Pero si están súper fáciles –con un tono burlesco, reía ante el sufrimiento del joven para así, proceder a ayudarlo a resolver sus operaciones, explicándole el procedimiento para que él pueda resolver las demás por sí solo.

El tiempo avanzaba, llegaba la hora de salida, cayendo el día y llegando la noche, la ciudad se iluminaba por los edificios, el día había llegado a su fin, así que era hora de retirarse de la escuela e ir a casa. Nuestro joven amigo se dedicaba a caminar al macro, hasta que su sentido arácnido lo alerta de algo... Tres patrullas pasaron por la calzada a máxima velocidad, alertándole de algo malo había sucedido, corría lo más rápido a un callejón para así poder vestirse e ir a la acción.

A pocos kilómetros de donde estaba el joven arácnido, la plaza "estadio" había sido tomada por asaltantes, pero por fuera no parecía un simple asalto, ya que se mostraban cadáveres de personas inocentes apiladas en las entradas, las paredes llenas de sangre y la policía atónita en el estacionamiento mirando la escena. El héroe había llegado, y al ver tal escena, no pudo evitar horrorizarse.

Spider-man: Hay no... Esto no puede ser bueno... -soltando un bufido pesado, con un tirón de red a un edificio cercano, se elevaba un poco para así poder llegar al techo de la plaza- Espero que los conductos de ventilación sean como en las películas... -pronunciando estas palabras para así, entrar por una rejilla y bajar por ahí.