Capítulo 9: Si este es mi destino

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Han pasado tan solo 2 semanas desde el atentado robótico contra el héroe de la ciudad de Guadalajara, todo parecía estar tranquilo, o al menos eso parecía, nuestro héroe no se encontraba de lo mejor que podríamos decir, ya que no había tenido contacto con Geo desde hace días, algo le preocupaba, pero trataba de no pensar en lo peor. Estando en lo alto de un poste de luz al medio día, mandándole un mensaje a su amiga esperando alguna contestación.

Oswaldo: Hola Geo, como has estado?? Hace días que ya no se de ti, por favor avísame... -al enviar el mensaje, notaba que no le había llegado ningún mensaje desde entonces, soltando un pesado suspiro, guardaba su teléfono en su siempre confiable mochila, dispuesto a patrullar sus calles y mantener el orden del lugar.

Pasaron las horas, ya estaba por atardecer y dar por concluido el día, el joven héroe en lo alto de un edificio, revisaba si había llegado algún mensaje de su amiga, pero al contrario. No había respuesta de nada.

Spider-man: Esto me da algo de mala espina... No contesta sus mensajes ni recibe mis llamadas... ¿Le habrán robado el celular? ¿O se lo habrán quitado? Necesito una respuesta... -decidido, se dirigía lo más rápido que podía, con ayuda de sus redes, a la casa de su amiga para asegurarse de que ella este a salvo.

Al llegar a su destino, se asomaría con cuidado por la ventana de su habitación, parecía estar en completo silencio y muy sola, pensando si entrar o no, la curiosidad y un poco de miedo le gano, entrando a su habitación con mucho cuidado de no alertar a la familia de su amiga. Gracias a la vista nocturna del héroe, podía ver con claridad el cuarto a oscuras, pero desgraciadamente, Geo no se encontraba ahí, ni en su cama. La habitación parecía abandonada, tomando una decisión, saldría con el mismo cuidado con el que entro a la casa, llegando al techo para así poderse cambiar.

Al estar cambiado, salto directo hacia la entrada del cancel para asi tocar el timbre, se escuchaba que una voz avisaba del otro lado de la puerta, al abrirse, se podía apreciar que el origen de la voz era el hermano de Geo.

Ángel: ¿Oswaldo? Hola, ¿Qué haces aquí tan tarde? –preguntaba con algo de asombro, ya que la noche estaba cayendo muy rápido.

Oswaldo: Hola Ángel, me alera verte. Oye, ¿sabes dónde está tu hermana? Hace días que le mando mensajes pero no los recibe –trataba de no mostrar la gran preocupación que sentía por su amiga y tratar de no pensar lo peor.

Ángel: Pues la verdad no sabría decirte, hace días que se fue con una amiga de su trabajo, dijo que se quedaría una noche pero ya no regreso. Mi madre y yo preguntamos por ella pero dijeron que ya se había ido a casa. Estoy algo preocupado por su paradero –mostrando un gesto de compasión, el miedo del joven héroe no podía dejar de crecer.

Oswaldo: Oh... Entiendo. Si sabes de ella, ¿podrías avisarme? Por favor.

Ángel: Claro, yo te aviso.

Después de esta corta conversación, el chico cerraba la puerta de su casa al entrar y nuestro héroe comenzaba a correr buscando algún lugar para cambiarse. Algo bueno no estaba pasando y era de notarse por la ausencia de su amiga y las palabras de su hermano, habría que encontrar la respuesta y rápido, antes de que sea demasiado tarde.

Por otro lado, la joven se despertaba poco a poco levándose del suelo en donde estaba acostada, desconcertada y algo adolorida de la cabeza, su vista se nublaba de repente al hacer un movimiento rápido, haciendo que esta perdiera el control y callera, una voz femenina se lograba escuchar a lo que parecía ser, una ventana de vidrio grueso.

Shirubākirā: Al fin despertaste niña –decía con firmeza mientras la observaba del otro lado del vidrio cruzada de brazos.

Geo: ¿Dónde... Donde estoy...? –tratando de levantarse con mucho cuidado, lograba tomar sus lentes para poder observar mejor el lugar en donde se encontraba.

Shirubākirā: Estas en una cámara de alta seguridad, solo se puede abrir desde donde yo me encuentro, así que no tengo problema de preocuparme si quieres escapar, ya que no podrás.

Geo: ¿Y qué es lo que quieren conmigo...? No le debo nada a nadie importante... -decía con firmeza mientras lograba poder ponerse de pie sin tambalearse.

Shirubākirā: Ya lo veras cuando llegue el momento, hasta ahora, quédate ahí –soltaba una pequeña risa mientras se alejaba de la habitación- como si pudieras escapar jajaja. 彼らは準備ができています? 蜘蛛を巣に連れて行く時が来ました。(¿Están listos? Ya es hora de traer a la araña a nuestro nido).

Dicha la orden, sus hombres salían del lugar donde se encontraban para así comenzar la primera fase del plan: Atraer a spider-man. Los hombres de Shirubākirā comenzaron a sembrar el terror por el centro de la ciudad, disparando pero sin herir a nadie, arrinconando a mucha gente cerca de la entrada de la catedral. Por suerte, nuestro héroe se encontraba cerca del lugar, y si su sentido arácnido no le aviso con tiempo, los disparos estando algo distanciado hacían el trabajo, deteniéndose así en la azotea de una casa.

Spider-man: Agh... ¿Y ahora qué? –pensando rápido en una manera para poder llegar lo más rápido posible, no podía olvidar lo aprendido en los videojuegos.- ¡Claro, la resortera!

Disparando dos redes, una adhiriéndose a una pared y otra a un grueso tuvo de metal, con esto listo, comenzaba a caminar hacia atrás para poder agarrar vuelo. Llegando al punto máximo del estiramiento de las redes, este se dejaba llevar por las mismas, lanzándolo con fuerza por los aires y sobrepasando a muchos edificios que balanceándose aun seguiría atrás.

Spider-man: ¡Woo! ¡Esto si es velocidad! –decía con asombro y diversión, logrando llegar lo antes posible a donde parecía ser el atentado terrorista- ¡Ahí es!

Los hombres acorralaban lentamente a la gente, la policía estaba llegando en patrulla, pero en eso, un camión los estrellaba con fuerza sacando a volar al vehículo con los policías dentro, el cual se dirigía hacia otro grupo de personas inocentes, parecía ser el final, pero el auto había sido detenido gracias a una red gigante.

Señora: Una telaraña, mira... -miraba con asombro el vehículo en la red, para así lograr ver pasar balanceándose el joven héroe, esta se emocionaba al verlo- ¡atrápalos araña!

El héroe por fin había llegado al lugar, golpeando a dos hombres y sacándolos a volar en pleno balanceo, lanzándolos y estrellándolos contra el camión dejándolos inmóviles, cayendo de manera espectacular en frente de los sujetos armados y enmascarados.

Spider-man: Chicos... Hoy no estoy de buen humor, así que se los pediré por las buenas... -decía estando en su pose, parecía digna de un comic de spider-man.

Sujeto: 彼を捕まえろ! (¡Atrápenlo¡) –decía con furia a sus hombres mientras comenzaban a dispararle al joven.

Spider-man: ¡No sé lo que dijiste, pero la tuya por si acaso! –decía al esquivar con rapidez las balas de aquellos sujetos, teniendo una oportunidad al verlos recargar, disparaba varias redes hacia sus armas, jalándolas y desarmando a los sujetos- ¿Vieron eso? ¡Eh estado practicando!

La oportunidad era de spider-man, este comenzaba a pelear contra todos los sujetos, usando cada ataque de ellos mismos para usarlos de armas, haciendo que todos se golpearan con toda la fuerza que tenían, spider-man solo se dedicaba a esquivar como podía y dirigiendo los golpes de ellos hacia sus compañeros, aunque no todo parecía perfecto, ya que recibía uno que otro golpe bien dado. Uno de esos golpes fue directo a su rostro, para ser más exactos, en la altura de los lentes, destruyendo uno de estos, clavándose así los pedazos de vidrio en el hombre, el héroe había logrado cerrar su ojo para evitar dicho accidente.

Spider-man: -alejándose un poco, podía abrir nuevamente sus ojos y ver que su lente estaba completamente roto- ¡Hijo de puta! ¡¿Sabes cuánto cuesta poner estos lentes en una máscara de tela?! –golpeaba con algo de fuerza al hombre que le había golpeado con anterioridad.

Sujeto: ¿Con esa boca besas a tu madre, arañita? –uno de los hombres estaba en pie mirándolo fijamente.

Spider-man: Esa voz... Está en mis pesadillas...

Cletus: ¡Adivinaste! –se quitaba el casco como si fuera un sombrero arrojándolo y cayendo en el suelo- Shiruesa me dio permiso de estar aquí, y ahora tendremos nuestro segundo Round –sonriendo y lamiendo sus labios, su cuerpo se llenaba de adrenalina.

Spider-man: Ahora no será tan fácil como aquella vez... -poniéndose en guardia listo para recibir cualquier ataque de este.

El ambiente se quedó en silencio, ninguno se movía mirándose fijamente. La tensión estaba en el entorno, Cletus daba el primer movimiento arrojando su cuchillo con gran velocidad, pero el héroe apenas pudo esquivarlo, rasgando su traje pero no alcanzando su piel. Al esquivar dicho cuchillo, era recibido con un fuerte golpe de aquel sujeto tirándolo al suelo. Era asombrosa la fuerza que un hombre como Cletus tenía contra a un súper humano como spider-man.
Una gran batalla se estaba dando por ambos sujetos, ambos se golpeaban para dejar en el suelo uno al otro. En medio de la pelea, ambos se sujetaban de los hombros con fuerza tratando de derribar a su oponente, hasta que Cletus hablo.

Cletus: No deberías estar perdiendo tu tiempo conmigo, quizá el tiempo de ella se acaba –decía terminando con una risa mirando fijamente al ojo visible de su oponente.

Spider-man: ¿Qué..? –bajaba un poco la guardia, pero eso fue un error, ya que su oponente aprovecho la oportunidad para así hacer un movimiento rápido y encajarle el cuchillo que se encontraba en el suelo directo en el estómago.

Cletus: Me dijo Shiruesa que no te hiciera mucho daño, que para eso la habían contratado a ella... Pero no iba a desaprovechar esta oportunidad –al terminar esa frase, comenzaba a reír mas fuerte clavando poco a poco más el cuchillo en el estómago, disfrutando de los gritos del héroe.- Quizá ella ya esté muerta, o imaginando que iras a rescatarla. Lo que no sabe, es que te estarás desangrando y morirás lentamente.

Spider-man: No... -no podía dejar de quejarse por el dolor y ardor que sentía por el cuchillo, sacándolo lentamente aplicando más fuerza de la que solía poner- Cletus... Solo puedo decirte... Que tanto ella... Como tu... Terminaran perdiendo...

Cletus: ¿Eh? ¿Y porque estas tan seguro de ti mismo? Mírate, estas muriendo jajaja –reía con fuerza pero eso escondía lo extrañado al sentir que el cuchillo comenzaba a salir poco a poco del héroe.

Spider-man: Porque yo... -lograba sacar el cuchillo con ambas de sus manos, aplicando más fuerza, lograba romper la daga- soy... -comenzaba a golpear a Cletus con un poco más de fuerza que lo habitual hasta dejarlo herido y de pie para así dar el último golpe- ¡Spider-man! –dicho esto, el héroe proporcionaba dicho golpe contra el hombre arrojándolo contra la pared, este quedando inconsciente y mal herido.

El héroe miraba al hombre con furia, pero el dolor hacia que su rostro cambiara y se cayera al estar desangrándose, no logrando encontrar otro remedio, disparaba su red en su herida cubriéndola completamente y sellándola.

Spider-man: Bien... Creo... Creo que eso lo detendrá... -su sentido arácnido le alertaba de uno de los soldados, el cual se trataba de comunicar por radio, disparando una red quitándole la radio para después amarrarlo en una red, guardaba silencio y escuchaba la voz- Shiru...

Shirubākirā: Vaya, puedo adivinar que acabaste con mis hombres y con el imbécil de Cletus.

Spider-man: Adivinas bien... -soportando el ardor y el dolor de su estómago, se sujetaba con algo de fuerza.

Shirubākirā: Bien, la fase uno fue completada. Ahora inicia la fase dos. Puedes encontrarme en un edificio café cerca de la expo. Te estaremos esperando.

Spider-man: ¿Estaremos?

Geo: ¡Spider-man! ¡No hagas lo que dice, es una trampa!

Shirubākirā: Te espero ahí.

La radio se mostraba con interferencia después de lo dicho al final, parecía que habría destruido la radio. Pero nuestro héroe sabía que debía ir, ahora si sabía dónde podrían estar, dirigiéndose así lo más rápido que podía sin importar el dolor que sentía.

Spider-man: Secuestran a mi mejor amiga y ahora voy a salvarla... Me recuerda a las películas de Sam Raimi... Mucha coincidencia, ¿no? –se decía así mismo mientras se balanceaba con gran velocidad hacia el punto de reunión.

Por otro lado, Shirubākirā se encontraba junto con Geo a mitad de la sala, está estando amarrada mientras miraba a la mujer revisando un holograma que salía de su muñequera.
Geo: El terminara contigo...

Shirubākirā: ¿Así? Bueno, eso ya lo veremos. Caerá directo a mi red –decía segura de sí misma mostrándole una sonrisa para así esperar a que sus detectores de movimiento le alertaran de la presencia del héroe.

Mientras tanto, el joven lograba llegar a dicho edificio, era fácil de reconocer ya que era el único de color café y algo desgastado, dirigiéndose así al lugar y entrando por una compuerta que daba hacia el sótano del lugar, el cual parecía grande, en eso, el grito de Geo se hacía presente cayendo un poco en medio de la sala.

Spider-man: ¡Geo! –logrando verla, corría directo hacia ella para así comenzar a revisar si no se encontraba herida.

Geo: Spider-man... No... Esto es una trampa –decía estando en brazos de su amigo, mostrándose preocupada para así ser interrumpida por una voz.

Shirubākirā: Y caíste en ella.

Los pilares de su alrededor comenzaban a destruirse en sincronía haciendo que el suelo les callera encima a los dos, mientras que, Shirubākirā se encontraba a lo alto de la expo mirando como el edificio comenzaba a derrumbarse por la explosión de los pilares, sonriendo victoriosa, contactaba a su jefe para darle las noticias.

Shirubākirā: Si, soy yo. Espero lo haya visto. Spider-man por fin fue aplastado y enterrado –escuchaba lo que le decía su jefe- no, no hubo ningún inocente que saliera herido... Quien, ¿la chica? Tampoco habrá que preocuparnos por su cómplice, fue enterrada viva junto con él.

Alejándose lentamente del lugar, por fin habría de dar acabada su misión. Yéndose del lugar antes de que los bomberos y oficiales llegaran al lugar, haciendo parecer que esto habría finalizado. O al menos eso es lo que ella piensa.

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