Capítulo 8: Detrás de la maquina

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Oswaldo: ¿Enserio no me crees? –charlaba con una de sus mejores amigas en una video llamada por su teléfono.- Lo vi von mis ojos, yo estuve en la pelea. Era una mutación horrible.

Susan: ¿No crees que estas exagerando las cosas Oswi? Cosas así no son reales.

Oswaldo: ¿Y el Spider-man no es real?

Susan: Pues la gente habla pero nunca lo eh visto.

Oswaldo: Bueno jajaja veo que no puedo ganarte, entonces el sábado al cine, ¿verdad?

Susan: Si llegas tarde, tú invitas la comida jajajaja.

Oswaldo: ¿Yo? ¿Llegar tarde? Jajajaja vale vale, lo prometo.

Colgaban su llamada, nuestro joven amigo se encontraba parado en el techo mientras pensaba en lo sucedido de hace unos días con Rhino, ¿Quién pudo haberlo alterado de esa manera? Y otra más, ¿Eso significa que es posible que haya más personas alteradas? ¿Más súper humanos? Estas dudas lo abrumaban un poco así que era momento de descansar. La noche ya había caído y al ya había cenado, como dicen: barriga llena, corazón contento.

Por otro lado del mundo, el jefe de industrias 生きている (Ikite iru) había quedado disgustado ante el fracaso de la mercenaria, así que optando por nuevas medidas, decidió mandar a construir robots capaces de recibir órdenes y ejecutar solo una: eliminar al hombre araña.
Con la alta tecnología de las industrias, terminaban de la noche a la mañana el proceso de construcción de estos seres de metal. Los programadores dejaban listo el comando y la orden para así despegarlos y marcar la ruta hacia México.

A la mañana siguiente, la ciudad de Guadalajara se pintaba de colores gracias a los rayos del sol, iluminando la ciudad y a sus habitantes. Era una nueva mañana en fin de semana, nuestro héroe habría salido a patrullar sus calles antes de su salida con su mejor amiga, pero algo en el cielo le llamaría la atención, deteniéndose en un poste de los para tratar de observar que era eso.

Spider-man: ¿Pero qué...? –algo confundido al ver que esas cosas habían girado de repente y se dirigían a su punto- No veo que pueden ser...

No había duda, ese algo iba directo hacia nuestro héroe, logrando esquivar el ataque, siendo un grupo de 5 robots, algo amenazantes con un diseño algo peculiar, la marca de la empresa se lograba ver en el brazo izquierdo de cada robot, aunque el nombre estaba en japonés, nuestro héroe lograba reconocer el logo.

Spider-man: ¿Alive...? –confundido al ver tal cosa, su sentido arácnido le alertaba nuevamente de dicho peligro.

Los robots comenzaban a enfocar la mira hacia nuestro héroe, logrando detectar al objetivo, comenzaron a disparar sin esperar a nada, mientras que el ágil joven esquivaba las balas con cierta facilidad, mirando cómo la gente huía del lugar, quitándose ese peso de salvar a alguien. Los robots se detenían para recargar, nuestro amigo tendría que pensar muy rápido si quería librarse de un grupo de robots asesinos.

Spider-man: Piensa piensa... -miraría un hidrante un poco lejos, pero podría usarlo ya sea para mojarlos y arruinar su funcionamiento, o usar el mismo hidrante para destruirlos.- Bien, ya se lo que debo hacer.

Se pondría en guardia listo para ejecutar su plan, pero pasaría algo que solo ocurriría en las películas o caricaturas, uno de los transportes públicos pasaría a gran velocidad destruyendo a los robots por el golpe.
Asombrado por la escena, sacudiría un poco su cabeza para así acercarse a los escombros y observar el hombro del robot con dicho logo en él, tomando su teléfono y avisando con tiempo a su amiga de cambiar la fecha de la salida, ahora tomando rumbo hacia el edificio más alto de la ciudad. Quizá un hombre lo ayude a resolver esto, el hombre que le proporciona los lanza telarañas a nuestro héroe y también el creador de la araña que le otorgo sus grandes habilidades.

Llegando al gran edificio, se posaría en la ventana del Dr. Alejandro, entrando y saludando al hombre, quedando de cabeza, se bajaría para poder estar frente a él. Quitándose la máscara, ya que estaba seguro en esa habitación, le mostraría dicha pieza del robot al hombre.

Oswaldo: ¿Usted sabe algo al respecto de esto? –preguntaba con curiosidad cruzando sus brazos después de quitarse su mochila y ponerla en una silla.

Dr. Alejandro: No, realmente no... No sabía que las industrias Alive tuvieran una en Japón –sentándose en su escritorio comenzando su búsqueda, hasta encontrarla.- Muy bien, esto es nuevo y no lo sabía, pero en Japón, la industria Alive se encarga de la tecnología y modelos última generación, experimentación robótica y medicina experimental moderna.

Oswaldo: Robótica... ¿Entonces hemos de suponer que estos robots provienen del otro lado del mundo?

Dr. Alejandro: Creo que sí, pero investigare al respecto, mientras, no bajes la guardia ante nada, ¿Okay?

Oswaldo: Si Doc, no hay problema.
Dr. Alejandro: Bien, confió en que lo harás. Oh, por cierto, ten esto –sacaría una caja no tan grande debajo de su escritorio, entregándosela al joven.

Oswaldo: ¿Qué es esto? –preguntaba curioso para después abrir la caja.

Dr. Alejandro: Son 500 cartuchos nuevos de telaraña, cada una puede generar más telaraña que los cartuchos que te di antes. Primero acábate los primeros y después usa esos nuevos.

Oswaldo: -sonriendo, guardaba la caja en la mochila, para así abrazarlo.- Muchas gracias Doc, por todo.

Despidiéndose del hombre, tomaba su mochila y se ponía la máscara para así salir por la ventana antes de que alguien lo viera, cayendo en picada ganando velocidad al comenzar a balancearse. Algo si era raro acerca de las industrias Alive, ¿Por qué o cual sería el motivo para crear un mata arañas? No sabemos qué planes oscuros pueda tener la empresa en Japón o la industria completa como tal.
El paseo parecía ir tranquilo, hasta que su sentido arácnido volvió para alertarlo de algo, en eso, un robot, prácticamente nuevo, se dirigía frente al héroe. Quien lo atraparía deteniéndolo de golpe y estrellándolo contra el suelo.

Spider-man: ¡Agh! ¡Imbécil! –se quejaba por el dolor comenzando a levantarse y admirar al nuevo robot, el cual parecía estar pulido y de un color dorado.- Creo que recibiste una actualización, ¿no amigo? –miraba como un camión se dirigía al robot, pero su sentido arácnido no podía evitar hacerse presente.

Algo le decía que ese robot no sería fácil de vencer, así que quito al robot del camino del camión, así evitando alguna posible catástrofe, pero el robot lo lograría tomar del cuello y arrojarlo con mucha potencia hasta lo alto de un edificio destruyendo una ventana, la mirada de los empleados asombrados y algunos asustados por lo sucedido, miraban al héroe caído, quien se levantaba para así recibir de nuevo al robot saliendo volando por el ventanal del lado opuesto, cayendo con el robot, quien parecía ganar la pelea.
Tomando una decisión, lograba girar al robot y hacer que este recibiera el impacto del suelo, creando un gran hueco en un campo de golf.

Spider-man: Bien... Esto es un hoyo en uno... -dando un mortal hacia atrás alejándose del robot, podía observar con asombro, como el robot se podía levantar sin problemas, apenas teniendo algunas abolladuras.- Te hicieron con amor, ¿verdad?

La mirada asesina del robot daba a entender todo, el héroe no parecía tener ventaja alguna, además de estar en un campo abierto de golf, sin edificios para poder balancearse apenas teniendo escasos árboles, alejándose del robot, lo suficiente para ver un lago no muy lejos del lugar, optaría por ahogar al robot y así dañar su sistema.
El robot al ver la oportunidad de tener a Spider-man en el aire sin poderse mover o alejarse, rápido se le dejaría ir atrapándolo, o al menos así parecía ser. En un giro rápido, nuestro héroe esquivaba y a la vez, tomaba al robot de sorpresa, comenzando a manejarlo como patineta de surf gracias a sus telarañas que tapaban el rostro del robot y de este lo sujetaría para moverse.

Spider-man: ¡Yajuuuuuu! ¡Esto si es que deporte extremo! –guiaba como podía al robot directo hacia dicho lago, preparando el momento para saltar.- Bien amigo, ¡esta es tu parada! –golpearía al robot empujándolo más haciéndolo caer en picada contra el lago.

Esto sin querer, dañaría un poco al robot, pero no lo suficiente para arruinar su sistema operativo manteniéndolo aun en funcionamiento, saliendo del lago como un Terminator.

Spider-man: No inventes... -decía asombrado ante la resistencia del robot, no habría de otra.- No debo de contener mi fuerza, así como lo hice con Rhino... -esperando al ataque del robot, este se lanzaba hacia el héroe, quien lo esperaría- ¡Max...! –al tener la oportunidad y al robot muy cerca, era detenido por el gran golpe que contenía toda la fuerza del joven, logrando destruir su cabeza- ¡Steel! –al dar el golpe, sentía como su mano se dormía al ya no tener fuerza.

El robot al fin estaba derrotado y destruido, el héroe habría triunfado una vez más, pero a costa de que su brazo se había lastimado mucho, además de haberse dormido por lo débil que se encontraba.

Spider-man: Despierta chiquita... -decía mirando como su mano no reaccionaba, acercándose al lago y observaría como el lente de su máscara estaría por romperse.- Necesito una nueva mascara... Diablos... Ni modo, hora de ir a con Geo y que me ayude jejeje... Vamos a molestarla un poco... -decía mientras se iba caminando hacia la entrada del campo de golf.

Parecía que todo pasó demasiado rápido para el héroe, cosas nuevas parecían llegar con más frecuencia, esto significaría que más peligros estarían por llegar. Pero nos olvidamos de una cosa, y es que nadie está a salvo.
En otro lado de la ciudad, Shirubākirā se encontraba juntando algunas fotos y evidencias de alguien conocido, dando así por fin, a cómo atraer y atrapar a su presa más preciada.

Shirubākirā: Bien niña, así que tú tienes un vínculo muy grande con él. Veamos de lo que es capaz de hacer por ti.

Clavando un cuchillo en lo que era una foto de Spider-man, al lado, se encontraría la fotografía de Geo. Su plan era bastante obvio, pero nada bueno. Tomando sus cosas y recopilando información, dando con el lugar en donde se encontraría la chica en esos momentos.
Saliendo por la ventana de su santuario, yendo directo hacia por la carnada para que su presa caiga en la trampa, como un conejo directo al hocico de un león.

The Amazing Spider-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora