26 de febrero del 2015.
Hey, T!
Nunca terminas de conocer a las personas. Y yo nunca conocí a mis padres como verdaderamente eran.
Cuando todo el drama comenzó, me negué a creer varias cosas y a aceptar otras.
Después de que papá entrara en un estado de ira al descubrir todo, la vida se fue a la mierda literalmente.
No sólo tenía a una madre infiel y abandonadora sino también a un padre depresivo. Cayó en depresión encerrándose en su mundo, olvidó eso de “somos un equipo y juntos saldremos adelante”.
Siempre fingí que era fuerte, que nada me dolía ni me afectaba. Aprendí a no dejar ver mis emociones.
No dejé de ir a la pista porque no quería que ustedes supieran o se enteraran.
Al principio tenía que trabajar más, entraba más temprano para hacer horas extras. Era yo quien tenía que mantener la casa, comprar los alimentos y pagar las deudas. No me quejaba porque siempre haré lo que sea por papá. Como pagar sus vicios.
Él se volvió alcohólico.
El dinero que dejaba se lo gastaba ingiriendo litros y litros de alcohol. Algunas veces llegaba de trabajar y la casa estaba vacía, los primeros días me preocupé pero después aprendí a vivir con ello; en ocasiones él llegaba a las horas de la madrugada chocando con los muebles de la casa. Caminaba tambaleándose hasta su habitación, donde entraba y se ponía a llorar.
Me sentaba en el suelo con la cabeza recargada en la pared y lo escuchaba llorar. A veces lo hacía con él y otras sólo lo oía.
Con el tiempo se volvió paranoico. Me cuestionaba acerca de los lugares donde estaba. Me marcaba miles de veces al trabajo, por esa razón me despidieron. Llegó el momento en el que comenzó a odiar la pista. Odiaba que siguiera saliendo a “patinar”. Aunque él no sabía que ya no lo hacía.
No quería que tuviera a nadie.
Me pregunto a qué le tenía miedo, ¿a que yo lo engañara con otro papá o qué?
Hubo una ocasión en la que todo se volvió malo. Acababa de hacer la comida cuando explotó. Dijo que no podía estar conmigo porque le recordaba a ella y necesitaba estar ebrio para “aguantarme”, me pidió dinero para alcohol. Obviamente le grité de vuelta que no toleraría sus vicios.
Me dolió que tampoco mi padre quisiera estar conmigo, me dolieron mucho sus palabras.
Él dijo que no me necesitaba para conseguir cervezas así que tomó las llaves de la mesa y salió, creí que sólo se iría pero no. Cerró con llave. Me dejó encerrado en mi propia casa.
Me dije a mi mismo que lo hizo únicamente porque estaba molesto. Me repetí que sólo iba a ser esa ocasión. Vaya estúpido que fui.
Y en eso me convertí.
Un chico con un padre alcohólico que lo encerraba en su casa, el cual aprendió a escaparse por la venta.
Matt sabía más o menos lo que sucedía porque fue el quien me ayudó a meter alimentos a mi casa. A mi padre se le olvidó que soy una persona que necesitaba comer para vivir.
Fui un hipócrita. No le hablaba a Matt pero si reciba lo que me daba. Sinceramente me avergüenzo de mí mismo.
Ya casi llegamos al fina “T”, no te desesperes. Quizás lo que vas a saber te quitará las ganas de ser mi amigo.
Harry x
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¿Podrian pasarse por lo nuevo que estoy escribiendo? Se llama “La carta embotellada” también es de Larry. Dejaré el link en el primer comentario y si no búsquenlo en mis obras, se los agradeceré.
Voten y comenten por favor ¡Las amo!
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Hey, Harry. larry stylinson |au
Romance«Hey, Harry! Eres un chico estupendo y también quiero ser tu amigo, Harry y apoyarte en las buenas y en las malas. Espero que me lo permitas. T. x »