- Todos sabemos por qué estamos aquí, ¿verdad?-dijo Rainbow a la pequeña comitiva reunida en mi habitación.
- Yo lo sé, pero me parece bastante ridículo el motivo.- respondió Timothy, visiblemente fastidiado de estar ahí recién llegado de Belfast y sin haber descansado. Jessica le dirigió su famosa mirada de odio, por lo cual él dejó de hablar y se sentó en la cama a su lado.
Además de ellos, estaban Henry y la Dra. Julia Müller, una mujer de pelo casi canoso y figura de ejecutiva de mediana edad, quien era mi psicoanalista y que había propuesto la idea, para la alegría de mi amiga y la desgracia mía, de hacer una especie de “Intervención” para que recobre la cordura. Y había propuesto hacerla ese martes, cuando ya estuvieran todos en Londres.
Si esa “Intervención” era igual a la de los programas de adictos que veía en A&E, estaba entre la espada y la pared desde el comienzo.
- Ok, hablemos de a uno y con calma. Estamos aquí para ayudar a Jasmine, no para juzgarla.- tranquilizó el coordinador, pero la rubia se puso histérica y gritó:
- ¿Ayudarla? ¡Estamos aquí para salvarla! - y dirigiéndose a mí con un dedo acusador preguntó:
- ¿Por qué estabas a medianoche y en la estación del metro con el imbécil de Oliver Morgan?
Su violenta reacción me provocó mucho miedo, pero a la vez tenía curiosidad. ¿Por qué ese joven que había sido tan amable y dulce conmigo, era como un demonio para los demás?
- ¡Contéstame, Jasmine! ¿Que hacías con Oliver Morgan?- volvió a preguntar, mirándome fijo.
Para mi desgracia, conteste lo primero que vino a mi mente.
- Me gusta escucharlo cantar.
Ella vino como una fiera hacia mí, pero Jessica la frenó en seco y la sentó en la cama, agarrando sus brazos.
- Antes que nada, ¿De dónde lo conoces?- preguntó la pelirroja, algo inquieta pero mucho más calmada que su amiga. Mi mente se debatía: ¿Decía la verdad o les mentía? Opte por lo más justo.
- La noche que salí corriendo de la discoteca sumida en trance, recobre la conciencia a unas calles y me di cuenta que estaba perdida. Logre orientarme hasta Oxford Street y fui a esperar el metro a Tottenham Court Road, donde lo conocí.
La comitiva se quedó en silencio, escuchando atentamente. Así que proseguí con mi relato:
- Él me escuchó, me levantó el ánimo. ¡Hasta me dedicó una canción!- e intente no tentarme con las caras de sorprendidas que tenían las chicas, aferradas como gatos a los brazos de Timothy.
- Estuvo conmigo hasta que vino el primer metro, viajó conmigo y hasta me acompañó hasta la residencia.- y ahí me reí a carcajadas cuando Henry escupió el agua que estaba tomando de una botella que había traído y dejado en mi escritorio.
- ¿Ósea que el teléfono donde llamaste a tu tutora era de él?-consultó él abriendo los ojos como platos.
- Si, era de Oliver. Él me ayudo y gracias a eso, llegue sin rasguños hasta aquí.-conteste, incrédula ante la reacción tan extraña de Ramsey.
- ¿Y qué paso el viernes?-preguntó el rubio de nuevo, aclarándose la garganta.
- Cuando estábamos en las Citas Rápidas, me llamó mi ex novio...
- ¿Él que te golpeaba?-consultó la Dra. Mûller, que no había exclamado palabra alguna ni en la sesión del sábado ni estando ahí, hasta ahora. “Vaya momento de ponerse a hablar”
- Exacto.-respondí cortante sin dirigirle la mirada.- Él me llamó a acosarme e insultarme; yo quede en shock y cuando Rainbow logró sacarme del mismo, decidí ir a la estación a verlo. Quería a alguien que me levante el ánimo y sobre todo, que me escuche. Y eso estábamos haciendo hasta que vino alguien a gritarme por algo que aun no entiendo y que no me explicaron. - y dirigí mi vista a Rainbow, que ahora estaba horrorizada.
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11.145 Kilometros de Ida
Художественная прозаA Jazmin le surgió la oportunidad que tanto buscó, en el momento que mas la necesitaba y la tomó, dejando atras Buenos Aires y sus problemas. Ahora debe adaptarse a una nueva ciudad, nuevas compañías, algunos dramas del pasado y sobre todo, debe sa...