Atsushi había negado con su cabeza ante la pregunta de su padre. Su otro padre, Osamu Dazai y esa mujer llamada Kōyo Ozaki, ninguno estaba en su casa. Todo había sido quizás un sueño en lo que Chūya se encontraba casi inconsciente en unos de sus momentos de tristeza, estés y depresión.
El niño abrazaba a su padre siendo correspondido por él, de manera cálida para consolarlo. No podía soportar ver a Chūya llorar tan triste en una de las esquinas de la habitación, sentado en el suelo. Sus lágrimas también salían al ver las de su progenitor.
— Papá... No llores. Me pone triste.
Decía con sus ojitos bicolor llenos de lágrimas, y sus mejillas sonrojadas. El pelirrojo lo separó del abrazo para posicionarlo frente a él, cuidadosamente, quitando parte del flequillo lateral del niño para poder limpiar sus lágrimas con sus pulgares. Atsushi volvió a acercarse a él para un nuevo abrazo, recargando su cabeza en el pecho del joven adolescente.
— No sé cómo seguimos con vida, Atsushi. Pero fue tan real... Anee-san y Dazai estaban aquí. Llegaron a nuestra pequeña casa... Ellos...iban a ayudarme...
Respondió aún confundido. El niño no comprendía de qué le estaba hablando. El jamás miró a ninguno de los dos en su casa, ¿cómo estaría en su casa una persona muerta? Era imposible.
En ese momento, un hombre de estatura un poco más alta que Chūya, complexión delgada y atuendo negro entró en la vulnerable casa del bosque. Chūya y Atsushi levantaron su mirada hacia arriba reconociendo al instante a esa persona.
— A-Akutagawa... ¡¿Qué haces aquí?! ¡Vete! ¡Por favor, no digas a Mori-san dónde estamos! ¡Sólo, déjenos en paz!
Suplicaba asustado, pero mostrándose con confianza y coraje, sin miedo. Mantenía al niño muy cerca suyo por si algo intentaba Akutagawa en su contra.
Por primera vez, el mafioso se encontraba tranquilo en cuanto a su situación. Se agachó para ponerse a su altura y dejó una bolsa con comida en el suelo, muy cerca de Chūya y el niño.
— No vengo con malas intenciones, Chūya-san. Sino, a pedirte disculpas ahora que Mori-san no sabe dónde estoy.
Dijo con seriedad, intentando tocar la cabeza de Atsushi, pero el menor se abrazó más de Chūya, asustado.
— Papi... Que se vaya.
Musitó nervioso. El pelirrojo se levantó con Atsushi en brazos, se sentía vulnerable y en peligro. No era fácil para él poder enfrentar a alguien que los ha dañado a ambos. Mucho menos, si ese alguien podría obligarlos a regresar a la Port Mafia.
— Tranquilo, hijo, este maldito se irá pronto.
Dijo para tranquilizarlo, acariciando el cabello gris de Atsushi y protegiéndolo en sus brazos.
— Chūya-san... Por favor, sólo he venido a pedir perdón. En verdad estoy arrepentido. Yo sólo cumplía las órdenes del jefe. Nunca debí golpearlos de esa manera tan cruel. Porque Chūya-san... M-Me gustas...
Reveló. Chūya sintió cómo su corazón se detuvo por segundos. Esa confesión le hacía temerle a Akutagawa más que antes. ¿Gustarle a la persona que te maltrató? Eso seguramente le traería una vida infeliz, aunque el mafioso prometa cambiar.
El pelirrojo, que siempre había parecido ser fuerte, temible y peligroso ejecutivo de la mafia estaba llorando y temblando. Todos sus traumas, todos sus pensamientos, todo se juntó. Ahora tenía miedo de vivir, y con una criatura que dependía de él y apenas tenía cinco años de edad. Estaba pensando en el suicidio, pero odiaba sentirse de ese modo cuando Dazai también lo hizo y abandonó a su hijo sin ni siquiera pensar en las consecuencias.
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EL HIJO DE CHUUYA
Fanfiction"Sé buen niño, y espera a Chuuya, él será tu papá". Dazai Osamu. ChuuDa RanChuu Lo sé, un fic extraño y al revés del Soukoku. Este no será Dazai X Chuuya sino Chuuya X Dazai en parte, pero tendrá otro ship como Ranpo X Chūya.