EL HIJO DE CHUUYA

Dos Mundos

POV. CHUUYA.

Atsushi-kun se separó de mis brazos y corrió justo detrás de mí, mencionando con alegría "papá" o "papi" varias veces. Su alegre voz se volvió quebradiza, parecía que lloraba, así que decidí levantarme y dar la media vuelta.

Ahí estaba él. Dazai estaba frente a mí, con mi hijo en sus brazos. Besaba varias veces si frente y mejillas, diciendo cuánto lo amaba y lo había extrañado. Seguía preguntándome, ¿Cómo es que podía un muerto venir a nuestro mundo?

No sentía miedo, porque Atsushi tampoco lo tenía. Quería ir hacia Dazai, abrazarlo y decirle cuánto lo amo. Pero había algo que me lo impedía...

Recientemente había recordado lo sucedido con él aquella noche después de ir al Bar Lupin. Fui un idiota, un miserable, un estúpido por haber creído en las palabras de Mori, y haberme dejado engañar por esa bebida que terminó haciéndole daño a Dazai, y dándole un hijo.

— Chuuya...—. Mencionó mi nombre. Me estaba mirando mientras sostenía a Atsushi con uno de sus brazos.

— D-Dazai...—. No supe qué responder ni qué hacer. Me dejé llevar por mis instintos humanos y caminé hacia él. Ví cómo bajó al niño al suelo conforme yo me acercaba a él.

— Ven aquí, Chuuya...—. ¿Esto es un sueño? ¿Será que me quiere llevar al otro mundo?

Me pellizqué uno de mis brazos pero no logré despertar de ningún sueño. Estaba despierto, frente a un humano del otro mundo. Que situación tan normal.

No pude contener las ganas que tenía de abrazarlo, así que lo hice. Abracé a Dazai como nunca lo había hecho antes. Era tan cálido y agradable, seguramente sufriría cuando este momento termine. No tenía duda. Sentí cómo él empezaba a llorar, temblaba un poco intentando contener esas lágrimas que ya estaban saliendo. Puse una de mis manos detrás de la cabeza de Dazai, en su cabellera, y me atreví a besar una de sus mejillas.

— ¿C-Cómo es que estás aquí?—. Pregunté confundido. Él se separó de mí y me hizo ver alrededor.

Los niños del preescolar, ni las personas que habían estado alrededor no estaban. Ninguna de ellas. Había cientos de personas a lo lejos, esperando su turno para algo que desconocía. Bebés, niños, jóvenes, adultos, ancianos, había de todo.

Era un hermoso lugar tranquilo y con colores mucho más opacos que el mundo real, pero eso no le quitaba los hermoso y agradable que era.

— No soy yo el que está en el mundo vivo, Chuuya—. Me respondió con una sonrisa.

— ¿Cómo dices? ¿A qué te refieres?—. Estaba nervioso. ¿Quizás me esté diciendo que yo he muerto? No pude haber muerto, ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

— Papi, este lugar es muy raro—. Dijo Atsushi a Dazai. También notaba el lugar extraño.

Dazai se puso a la altura de mi pequeño y lo abrazó, creo que para darle ánimo pero ¿Qué estaba sucediendo en realidad?
Este sin duda era otro mundo.

— Este lugar es muy tranquilo, Atsushi-kun—. Le respondió con una sonrisa. — Mi pequeño, tienes que formarte de aquel lado—. Señalaba con su brazo.
— Tu papá Chuuya y yo estaremos por acá, esperándote.

Espera. Dazai envió a mi Atsushi a formarse... ¿Eso quiere decir que mi hijo... está muerto?
Esto es muy extraño y desagradable. Sólo quiero despertar de este confuso sueño tan real.

— Dazai, ayúdame a despertar—. Le suplicaba. Él sólo fingía una sonrisa, lo notaba triste y decepcionado.

— No estás dormido, Chuuya. Has conocido el otro mundo, pero no hay nada de qué preocuparse—. Respondió.

¡¡¿Ehhh?!! ¿Por qué yo conocí el otro mundo?

— ¿Y Atsushi-kun? ¿Él está bien?—. Era mi mayor preocupación en el momento. Dazai sonrió y me dió dos palmadas tiernas en la cabeza.

— Descuida, Chuuya. Gracias a tí, encontré una manera de trasladarnos a dos mundos y poder vernos cuando queramos.

Me contestó ¿Feliz?

POV. DAZAI.

Esto es malo. Chuuya y Atsushi-kun no lo saben, ¿De qué manera debería decirle a Chuuya que mi pequeño tiene una semana de muerto? Chuuya intentó cometer suicidio doble hace una semana, en el río... Lo que no recuerda es que esa misma tarde, él fue rescatado a tiempo del agua, pero mi Atsushi-kun... Murió.

Afortunadamente, Atsushi podrá ser visible en el otro mundo vivo cada vez que se sienta visible. Probablemente nadie notará nada, y no pienso lastimar a Chuuya con eso pero... El problema serán los niños pequeños que miren a Atsushi-kun... Ellos lo mirarán como un espectro...

Chuuya, ¿Por qué cometiste esa gran estupidez cuando te encargué muchísimo a Atsushi-kun? Estoy decepcionado.

EN EL RÍO...

Chuuya despertaba agitado, con rápida respiración y latidos muy acelerados. Sudaba.

— ¡¡Atsushi-kun!! ¡¡Dazai!! ¡¡Mi bebé Atsushi!! ¡¡¿Dónde estás?!!—. Gritaba aterrado. Volteaba a los lados y no miraba al pequeño peligris, hasta que...

— ¡Papá! ¡Me voy a morir! ¡Ayúdame, papi!—. Atsushi había ido a nadar mientras el pelirrojo dormía y tenía sus pesadillas.

Asustado y recién despertado, corrió hacia el río y se lanzó al agua, nadando a gran velocidad hasta llegar a donde se encontraba el niño. Finalmente lo sostuvo en sus brazos y pudo salir del río con él, vivo.

Tomó una toalla y comenzaba a secarlo, para después, besar una de sus mejillas mientras lloraba y lo abrazaba con fuerza, sin intenciones de soltarlo.

— Papá... ¿Estás bien?—. Preguntó confundido. Era extraña tanta "miel" de parte del ex mafioso.

— Tranquilo, Atsushi, lo importante es que tú estés bien. No vuelvas a entrar al río sin mi permiso, mucho menos si yo estoy dormido, ¿Lo prometes?—. Juntó su nariz con la de Atsushi, con ternura.

— Sí, papi. Pero yo no entré solo... Mori-san vino y me metió al río—. Dijo.

— M-Mori... San...

"Fue agradable reencontrarme con Dazai, pero si eso implica perder a Atsushi-kun... Prefiero quedarme con Dazai en mis recuerdos. Dazai ya no está en este mundo y sólo me queda cuidar a lo más preciado para él, que se ha vuelto mi motor de vida".