Cumpliendo sueños

343 57 53
                                    

Una semana más tarde, el presidente de la Agencia de Detectives Armados, Yukichi Fukuzawa, había llegado a Tokio acompañado de Yosano y Kunikida, quienes junto con Ranpo, se encargarían de cuidar a Atsushi mientras Chūya estudiaba.

El pelirrojo se sentía algo extraño de estar en una escuela después de mucho tiempo. Le gustaba. Ranpo le había dicho que se miraba bien con su uniforme blanco, similar al traje de doctor, y eso elevaba su autoestima.

Era la atracción de las chicas ¿Y por qué no? De los chicos también. Su coleta pelirroja al lado izquierdo, sus hermosos orbes azules y su personalidad seria, calmada y misteriosa, hacían juego con el traje blanco.

Se acercaban a él en la hora de descanso, mientras comía su obentō. Le irritaban un poco, pero no debía ser tan "Akutagawa" con ellos.

— Nakahara-kun. ¿De dónde vienes?

Preguntó una de sus compañeras de grupo. Chūya terminó de masticar para disponerse a responder.

— Yokohama.

Contestó.

— ¿Y por qué estás aquí?

Preguntó otra de las chicas curiosas.

— Asunto personal. Lo siento.

Desde luego que no iba a hablar de Atsushi. Mucho menos, si el niño ya tenía o estaba por cumplir los cinco años. ¿Qué dirían los demás? Él no iba a dar explicaciones de cómo sucedieron las cosas en realidad. Prefería evitar todo eso.

— Cuéntanos, Nakahara. Estamos curiosos.

Se acercó un chico de su grupo de clases. Chūya suspiró con cansancio y dejó un lado su obentō, mirando cómo sus compañeros se sentaban a su alrededor.

— Bien. Soy huérfano. Pero unas buenas personas me ayudaron y quieren que estudie dónde siempre he deseado, en este lugar. Ahora mi tarea es cumplir mi sueño y hacerlos felices con eso. Además, necesito ganar mucho dinero para poder mantenerme en el futuro.

Respondió. Todo lo que decía era verdad, omitiendo a la Port Mafia y a Atsushi. Le habían creído, y eso era lo importante.

— Debiste pasarla mal...

Comentó uno de ellos.

— Nadie me adoptó nunca, pero estar con esas personas es más que suficiente.

Sonrió. Volvió a comer un poco más de su obentō.

— Nakahara-kun. ¿Tienes a alguien a quien amas?

Esa pregunta lo sorprendió. En verdad lo hizo. ¿Debía responderla con sinceridad o mentir? No estaba seguro.

— P-Pues... Son tres personas... ¡Pero no significa que esté enamorado de tres personas! Sino que mi cariño hacia ellos es único y diferente para cada uno...

Estaba nervioso. Esperaba no más preguntas luego de levantarse del asiento y envolver lo que quedaba por comerse.

— ¿Te vas?

— Sí. Las clases empezarán pronto.

Contestó serio.

— Pero no nos dijiste como es ella.

— ¿Quién?

— La chica a la que amas.

— ¡¿Ah?! ¡¿Yo amo a una chica?! ¡¿Dije eso?!

Se sorprendió ante la aclaración. Él jamás dijo que estaba enamorado de una chica.

—¿Entonces es un chico?

Preguntó otra joven.

— Era. Ya murió. Ahora sólo le tengo mucho cariño. Creo que me he enamorado de una nueva persona...

Dejaba interesados en su historia a todos, querían saber más.

— ¿Es una chica?

Cuestionó un compañero.

— No. Lamento decepcionarlos, pero no tengo gusto por las mujeres. Estoy saliendo con alguien y es un chico cuatro años mayor que yo, muy dulce y cariñoso. Inteligente también. Él es muy lindo conmigo.

♥♥♥

Las horas en clase eran un maravilla para el ex mafioso. Prestaba mucha atención y se apasionaba cada vez más con la profesión. Conocer tantas cosas que alguna vez deseó aprender, era lo que más amaba.

Y sus compañeros de clase eran todos muy atentos, en especial algunos chicos que se interesaron en él luego de saber que era homosexual. Tanta amabilidad que Chūya no podía aceptar.

♥♥♥

Yosano tuvo la "grandiosa" idea de llevar a Atsushi al Instituto dónde su padre estudiaba. A la hora de salida.
El niño estaba fascinado con tantas personas vestidas de blanco. Buscaba con la mirada a Chūya, quería saludarlo y decirle lo mucho que se divirtió en el kinder con sus nuevos amigos.

— Anda, Atsushi-kun, busca a tu papá.

Decía la joven doctora de 21 años, Yosano. Traía de la manita a Atsushi, evitando que se perdiera entre la multitud de estudiantes de medicina que salían de la institución.

Yosano miró que Ranpo se acercó a Chūya antes que ellos, y no soltó la mano de Atsushi, ni siquiera le mencionó que había visto a Ranpo. No quería molestar ese reencuentro después de las clases, sabiendo que la relación entre Ranpo y Chūya se estaba volviendo mejor.

— ¿Viste a papá, tía?

Preguntó con esperanzas. Ansiaba ver a Chūya. Estar con su padre era lo hacía bastante feliz. Y ahora que el señor Detective estaba con ellos, su vida había cambiado a mejor. Pocas veces recordaba la tragedia de su madre, sus llantos de tristeza se habían convertido en sonrisas y lágrimas de alegría. Ranpo sin duda es un buen padre o quizás... ¿Madre? Nunca se sabe.

— No. Quizás ya esté en casa. Vayamos, Atsushi-kun.

Se dió media vuelta, y se alejó con el pequeño albino con destino a casa, por las transitadas calle de Tokio.

Mientras que Ranpo tomó la mochila de Chūya, y con su otra mano, sujetó una de las manos de su pelirrojo favorito. Caminando hacia la salida del instituto.

Chūya ya no se sentía tan incómodo con la compañía del detective. Comenzaba a apreciarlo, incluso estaba desarrollando otra clase de sentimientos hacia él. Aunque una parte de su consciencia decía que no debía dejar a Dazai por completo.

— Chūya, ¿cómo fue tu primer día? ¿Te divertiste?

Preguntaba tierno. Chūya se sonrojó.

— Oye, no soy un niño que va a su primer día de kinder.

Refunfuñó. Ranpo sonrió.

— Te ves muy bien siendo un doctor.

— C-Cállate. No hagas comentarios innecesarios.

Contestó nervioso, aún con sus mejillas sonrojadas.

— Bien, bien. Quiero que me acompañes a un lugar. Es un templo.

— ¿Templo?

Fue corto porque debo irme, pero quería dejarles avance ^^

En TikTok lo estaré subiendo resumido y por partes!

Muchos quieren Ranpo X Chūya
Otro Soukoku

¿Qué opinan ustedes?

EL HIJO DE CHUUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora