•CAPÍTULO SESENTA Y UNO•

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"Soy por ti"

Una semana ha pasado desde la incómoda cena con mis suegros

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Una semana ha pasado desde la incómoda cena con mis suegros. Mi pequeño bribón parece que se conecta a la toma corriente en cuanto se junta con mi suegro, son una ronda de chistes y sarcasmos a pleno y repartidos por doquier.

Ni siquiera el pobre Caracha se salvó de la repartija de bromas, porque el tema de conversación de la noche fue el paseo de los culotes de encaje por todos los ambientes del hogar.

Pero la frutillita del postre se dió cuando mi suegra cuestionó como nos conocimos, él y yo.

En ese momento mis manos sudaban como en mi primera operación, es que nunca imaginé que -nuevamente- transitaría por una sensación como la de aquel día.

Rogando al Dios que es grande, que dijera que nos conocimos al entrar él a trabajar en el hospital bajo mi mando, y no haciéndome una mamada en el baño de un bar sin ni siquiera conocer su nombre.

¿Y cuál creen que fue su confesión?

Por supuesto, y como era de esperarse, la atragantada que se dio mi suegra fue digna de toda la atención. Entre las risas de mi pequeño con su padre y mis nervios tratando de salvar la situación, terminé derramando vino encima del vestido de mi suegra. Así que en vez de arreglar la situación, se empeoró.

Creo que podría ser que de alguna manera le deje de agradar un poquito a mi suegra, solo tal vez, porque todo lo que no debía hacer lo hice y de mil maneras a la vez.

Pero aún así, no puedo dejar de enmarcar en mi rostro una pronunciada sonrisa, cuando rememoro los detrás de escena que he vivido a lo largo de este tiempo con las ocurrencias de mi hermoso novio.

Perdido entre pensamientos me encuentro, cuando mi teléfono comienza a sonar melodioso a medida que avanzo por la carretera rumbo a Tokio. "Mi pequeño y sexi rubio juguetón" se asoma intermitentemente en la pantalla y entonces, activo el manos libres para poder interactuar con él.

<¡Hola mi amor! ¡Te extraño tanto!>

Artículo rogando por volver a tenerlo entre mis brazos cuanto antes. Últimamente, me he vuelto un necesitado de su amor.

<¡Cariñooooo..! Cinco malditas horas y deseo estar ahí contigo, es que el interno Kim Tae me saca de mis casillas... ¿Puedes creer que me enfrenta delante de los otros internos cuestionando mis diagnósticos? ¡Ahhhh!.. ¿No puedes regresar por mí? ¿O es mucho pedir? ¡Mierda!>

Sonrío mientras escucho atentamente cada una de sus histerias. Esto de trabajar sobre la fecha de la boda lo estresa a sobremanera y sumado a la necesidad de conseguir urgente una niñera, no sabe para dónde agarrar sin encolerizarse por cualquier situación que se presente.

<A ver pequeño, primero lo primero... Respira tranquilo, inhala y exhala ¿quieres? Repite conmigo lentamente...>

Escucho sus refunfuños al otro lado de la línea mientras hace el esfuerzo de respirar siguiendo mi pedido, lo intentamos un par de veces más hasta que percibo el timbre de su voz amortiguarse un parvo.

ʟǟ քǟֆɨÓռ ɖɛʟ ɢǟʟɛռօDonde viven las historias. Descúbrelo ahora