•CAPÍTULO SESENTA Y TRES•

772 137 58
                                    

"Me puedes"

Luego de cenar algo liviano, regreso a la habitación arrendada y prosigo a disfrutar de un baño de sales aromáticas que localizo al borde de la bañera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de cenar algo liviano, regreso a la habitación arrendada y prosigo a disfrutar de un baño de sales aromáticas que localizo al borde de la bañera.

Relajado mi cuerpo en el recinto, imagino desde lo más recóndito de mi mente, el como me gustaría disfrutar de esta inmersión junto a mi pequeño rubio indecente. Es que al realizar la acción de cerrar mis ojos, es como si lo estuviera viendo enfrente mío, agazapado y atacándome lentamente.

Y no puedo dejar de sonreír extasiado, rememorando cada situación con mi pequeño bribón. Sobre todo los recuerdos que retornan a mi mente teniendo como protagonista, la caliente escena en la bañera de mi departamento.

—¡Maldición pequeño! Ni de lejos me dejas de avivar entre pensamientos —me susurro a medida que deslizo mi mano apretando -suavemente- mi prominente entrepierna.

Unos minutos de intenso trabajo manual, sumado al bendito sistema conectivo neuronal que trabaja como un demente, me trasladan velozmente a otro plano sensorial. Y con la fijación mental de su culo en mi retina, me dejo llevar entre fuertes gruñidos y reiterados espasmos de placer...

Al cabo de unos minutos en donde recupero parte de mi oxígeno a nivel pulmonar, ya que parecía que algo me iba a dar en cualquier momento, me incorporo para secar cada parte de mi cuerpo.

Mi brazo se resiente un poco ante un movimiento brusco. Pero decido ignorar el tirón ya que el fisiatra Ho Seok fue muy claro con la cuestión de la recuperación.

Dijo explícitamente "Vamos a agregar paulatinamente algunos ejercicios de fuerza pero ojo con la prensión" Y me agarré (de tal manera) como capitán al timón que por calentón, ahora me duele todo el brazo.

Yo y mis benditas ocurrencias... ¿No podías simplemente tomar un relajante baño sin frotación Jeon?

No tiene caso alguno cuestionarme. Desde que conocí a mi sexi residente soy un manojo de hormonas en descontrol...

Ahora, me encuentro revisando el correo de mi Notebook sobre el amplio somier de la habitación, leyendo los mails acumulados en la bandeja de entrada. Y como ninguno es de mi importancia, enseguida me organizo para otra cuestión.

Aún destrozado, luego del extenso día de preparativos, de mi franeleo y con el pasaje de avión para bien entrada la mañana, me dedicaré a entrenar unos momentos.

Nada como unas series de abdominales, sentadillas y alguna que otra leve flexión de brazos, si es que puedo, para finalizar la jornada y descansar como todo un santo.

Sé que debería entrenar de mañana pero mis tiempos siempre fueron así. Cuando se puede se puede, y cuando no, lo lamento. Y entre acostarme a soñar con los jadeos provenientes de su pecaminosa boca y despertarme duro, prefiero quemar mis pocas baterías y descansar de un solo tirón como un niño al cual arrullan.

ʟǟ քǟֆɨÓռ ɖɛʟ ɢǟʟɛռօDonde viven las historias. Descúbrelo ahora