Capítulo 9

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FLUKE

Hace casi un mes que Ohm se ha ido, pienso en él todo el día. Anoche fue especialmente dura, Kao llegó muy enfadado del trabajo y entró en mi habitación como un vendaval. Me ató las manos y los pies en la cama y me obligó a acostarme con él. Él es el que me toca y me penetra porque yo solo pienso en Ohm y dejo que todo pase, ya no siento nada, estoy adormecido.

Estoy sentado en esta parada de autobús sin nada que hacer y con mil pensamientos funestos rondando mi mente. He cogido el libro de Agatha Christie que Ohm me regaló de su escondite en el fondo de mi armario. Esos tres libros son mi mayor tesoro, los he releído mil veces y siempre encuentro algo en ellos que me hace temblar el corazón. El autobús número 5 para y yo me subo en él, un paseo me vendrá bien supongo.

En este autobús soy una persona más, nadie sabe el infierno en el que vivo, nadie sabe las veces que he sentido el impulso de estar delante del autobús y no en su interior. Solo lo que Ohm me enseño y me hizo sentir impide que me rinda del todo.

Este autobús pasa por el barrio del restaurante de Sammy, me bajo enfrente de su local y miro hacia adentro, hoy es miércoles y no hay mucha gente, así que me decido a entrar.

-Buenas tardes- digo al entrar.

-Fluke, guapo cuanto tiempo- me saluda Sammy con su preciosa sonrisa.

-Mucho, es verdad. ¿La mesa preferida de Ohm está libre?- le pregunto.

-Sí, lo está. Ve y siéntate que ahora te llevo una infusión, ¿vale?- me dice.

-Claro, es perfecto, gracias- le respondo y entro a sentarme junto al escenario.

Dos minutos después Sammy llega con una infusión y una magdalena de chocolate. Cuando levanto el brazo para coger la taza que me tiende la manga de mi camisa se sube un poco y deja a la vista el hematoma de mi muñeca. Sammy lo ha visto estoy seguro, pero no hace ningún comentario.

-¿Has sabido algo de él?- le pregunto en un susurro.

-Me escribe cada semana o así, está bien. Le gustan sus clases y sus alumnos son muy divertidos según me cuenta.

-Seguro que se los ha ganado a todos, sus clases son muy amenas y te hace ver el mundo de otra manera- le digo recordando esos días en que yo mismo lo admiraba desde mi pupitre.

-Si lo amas Fluke, ¿por qué lo dejaste marchar?- me pregunta.

-Es complicado Sammy, pero todo lo que hago lo hago por él- le respondo.

-¿Esa complicación es la que te ha dejado ese hematoma en la muñeca?- me pregunta muy seria.

Me levanto rápidamente, no quiero involucrar a más gente en mis problemas. Le dejo dinero en la mesa para pagar mi bebida y me despido de ella.

-Fluke, cuando quieras hablar, estoy aquí siempre- me grita desde dentro del local.

Huyo de ella antes de que me acobarde y le cuente el infierno en que se ha convertido mi vida. Si Kao se entera la pondré en peligro también, así que corro lo más rápido que puedo y me subo al siguiente autobús que me lleve de vuelta a mi apartamento.

OHM

-Sammy cariño, no me interesa, no quiero saber nada de Fluke ni de su vida, él me dejó claro su elección. Lo siento pero tengo que dejarte, hablamos otro día, cuídate.

Tengo un día especialmente malo, no ha dejado de llover en todo el día y un profesor de la universidad no deja de invitarme a salir y yo no dejo de rechazarlo. Tengo un dolor de cabeza monumental que se acaba de volver brutal con la llamada de Sammy.

Sé que Fluke no es feliz, pero yo no puedo hacer nada por él. Lo echo de menos cada día, sueño con su cara de ángel y desearía poder verlo, pero no voy a dejar mi vida de lado, no puedo.

Solo deseo que algún día pueda salir de esa mala relación que tiene y se atreva a volar lejos, no puedo sino desear que sea feliz, yo intentaré serlo a mi manera.

Los días pasan todos iguales, pero he encontrado en mis clases una especie de serena felicidad. Mis alumnos son muy curiosos y siempre tenemos un buen debate con el que entretenernos.

Londres es una gran ciudad, muy ajetreada y colorida. Es muy diferente a Bangkok, pero a la vez tienen algo en común, todo va a cámara rápida. El otro día paseaba por la universidad y vi a varios alumnos leyendo en el jardín. Uno de ellos leía Cumbres Borrascosas, le he preguntado su opinión y me ha dicho que realmente no le ha encontrado sentido a esa relación amor-odio de los protagonistas. No ha entendido la esencia de esa novela, no como Fluke lo hizo. Me pierdo en los recuerdos de ese día cuando me llega un mensaje de Sammy, me dice que la llame urgentemente. Lo hago inmediatamente y lo que me tiene que decir me deja totalmente en shock.

FLUKE

Hoy es el cumpleaños de Kaownah, he decidido hacer que no me acuerdo y dejar que se vaya a beber con sus amigos. Y eso es lo que hace, sale a celebrar su cumpleaños y me deja en paz por una vez.

Hace un mes y medio que Ohm se fue, saco de su escondite uno de sus libros y lo acerco a mi nariz, su olor familiar me lleva hasta su apartamento y a su preciosa sonrisa. Son estos momentos los que evitan que caiga al abismo de la desesperación. Sus notas escritas con su perfecta y pulida letra tienen las puntas gastadas de tanto que las he leído. Tengo que encontrar una solución a mi vida, pero estoy tan brutalmente asustado que me paralizo por completo.

Llevo un rato dormido cuando oigo ruidos fuertes que vienen del salón, debe ser Kao que llega borracho, espero que lo suficiente para que se vaya a su cuarto a dormir. Pero no voy a tener tanta suerte, la puerta de mi habitación se abre de golpe y veo a Kao balancearse hasta mi cama.

-Kao, estás borracho, vete a dormir por favor- le pido.

-Hola niño bonito, hoy es mi cumpleaños, ¿no me vas a felicitar?

-Felicidades Kao.

-Eso no es forma de celebrar mi cumpleaños, ven aquí y quítate esa ropa.

-Por favor hoy no- le suplico.

De repente y por el rabillo del ojo veo que hay alguien más en la habitación. Cuando la luz ilumina su cara reconozco a su jefe en ella.

-Kao, ¿qué hace tu jefe aquí?

-Mi jefe es un hombre exigente y yo quiero ese ascenso, así que me ha exigido un pago en compensación.

-¿Un pago?- le digo sin entender.

-Tú eres ese pago precioso- me dice sin inmutarse.

-¿Qué?- le grito mientras me arrastro fuera de la cama intentando huir de esta casa.

Kao me agarra por el tobillo y me tira al suelo. Me dice que me calme y me relaje que será solo un segundo. La bilis se acumula en mi estómago quiero vomitar y creo que lo haré pronto.

Me revuelvo, salgo de debajo de su cuerpo y él vuelve a derribarme de un bofetón sobre la cama. Todo lo que pasa después es borroso y muy doloroso. Kao me arranca la ropa y me posee sin miramientos delante de su jefe. Lloro, pataleo e intento moverme pero me tienen bien cogido. Una vez que acaba es el turno de su jefe y también usa mi cuerpo para su placer. Intento morderle, patearle, cualquier cosa y Kao me da un puñetazo que me deja prácticamente inconsciente. Pasan minutos u horas, no le sé bien. Cuando están satisfechos se largan y me dejan en mi habitación hecho jirones, sangrando y llorando. Mi alma ha muerto en este instante, corro a la ducha y me lavo con fuerza, dejo que la sangre, el semen y mis lágrimas acaben en el desagüe. Mañana se acabará este tormento, mañana es el día en que mi vida deje de ser un infierno.

Rompe mis cadenas - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora