열셋

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N.A. Solo quiero avisarles que en este cap haremos un viaje por el tiempo. Por fin sabremos quién era Sana antes de convertirse en cupido. Espero que les guste.


Cualquiera que la observara caería rendido a sus pies, pero no porque le amaran realmente. Más bien, la persona que cayera, lo haría obsesionado por poseerla aunque fuera solo un corto instante. Luego ella volvería a quedarse sola.

Esa era su maldición. Sana lo sabía.

En su séptima vida prometió que no le romperían el corazón, no volvería a pasar por aquella profunda decepción que la inundaba tras hallarse nuevamente abandonada. Incluso se obligaría a ser fría, cortante, indiferente. 

Sería lo suficientemente mala como para que una sola mirada alejara a cualquier posible cazador que fuera sobre ella. No volvería a ser la frágil e inocente presa de antes.

Atravesando la aburrida e insípida vida nuevamente se permitió ser solitaria y en busca de un lugar diferente decidió salir de Japón. Ante sus ojos, que nunca perdieron luz, Corea era el lugar perfecto para vivir de verdad.

Claro que eso no iba a durar demasiado porqué su maldición atacó de nuevo. Sana llamaba demasiado la atención sin siquiera pronunciar palabra. Una vez más alguien iba tras ella, pero decidió darle la vuelta al juego.

Ya harta de ser siempre la presa inocente que debe huir se propuso enfrentar al cazador. 

'¿Estás perdida? ¿Se te ofrece algo?'

Su pregunta tomó desprevenida a la joven que, después de una eternidad observándola, tomó asiento detrás de Sana en la cafetería.

'Ah...'

'Si ya tenías preparado algún ritual de cortejo, te aconsejo que lo omitas. Me los sé de memoria. ¿Qué quieres?'

Sana clavó sus ojos sobre los de la nerviosa chica y de inmediato cayó en cuenta de que ella parecía más la presa. De la nada se sintió mal por su actitud, pero no bajó la guardia.

'No pretendía incomodar. Asumo que atraer mucho la atención no te ha dado muy buenas experiencias, lo digo por tu reacción'

Aunque las palabras salieron atropelladas de su boca, Sana disfrutó la enorme calma que su voz producía. 

'Desafortunadamente así es. Me disculpo por ser grosera'

'Al contrario, yo me disculpo'

La rubia le ofreció una profunda inclinación, desesperada por el perdón de la japonesa.

'Descuida, estás perdonada...'

'Jeongyeon'

'Un gusto, Jeongyeon. Yo soy Sana'


*

Agarrense, porqué hoy hay doble capítulo.

𝐶𝑢𝑝𝑖𝑑... ℎ𝑖𝑡 𝑚𝑒! | 𝑆𝑎𝑖𝑑𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora