스물 둘

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Sana aguardaba en la habitación de Dahyun, después de caer en cuenta de a dónde irían ella y su familia a celebrar decidió marcharse. Era más doloroso verla con Eunha que simplemente saber que estaban juntas.

Siempre que se quedaba ahí se dejaba caer en la cama de la mortal. A pesar de no tener un cuerpo físico como tal, disfrutaba de la sensación de calidez que irradiaba el aura de Dahyun que se mantenía impregnada en las cobijas. Les gustaba pensar que era como si la azabache le abrazara.

'Esto es tan injusto...'

No se cansaba de decirlo porqué era la verdad. Todo había sido injusto para ella, pero aun más para Dahyun. ¿Cómo era posible que alguien tan dulce como ella nunca hubiera tenido la oportunidad de conocer al verdadero amor de su vida?

'Hey, ¿estás bien?'

En la ventana yacía Jihyo mirando con preocupación a Sana, que ya había derramado un par de lágrimas sin darse cuenta. 

'Unnie... sí, estoy bien. Estoy esperando a que vuelva Dahyun'

'Parece más que te estás torturando. ¿Por qué sigues esperando aquí? Eunha es quién se quedará con ella'

'Hoy he comenzado a dudarlo'

Jihyo frunció el ceño. 

'¿Por qué lo dices?'

'Vi algo que me dejó preocupada, por eso estoy aquí. Literalmente estoy rezando por equivocarme'

Su conversación se vio interrumpida de repente por el ruido de las llaves de Dahyun, seguido por el azote de la puerta principal.

'Eso no suena bien. Creo que me voy'

Dicho eso, el ángel partió de la casa dejando a Sana a la expectativa de lo que estaba sucediendo con Dahyun.

La mortal entró de golpe en su habitación tirando sus cosas al suelo y lanzándose a la cama, ignorando completamente la presencia de Sana.

'¿Hyunnie?'

'Ha fallado otra vez, unnie'

A pesar de que su voz estaba atenuada por la almohada, Sana la entendió perfectamente. Y estaba preparada para maldecir.

'¿Qué pasó?'

'Ha estado engañándome. Y no solo con una persona'

Las mejillas de Sana estaban comenzando a enrojecer de furia, y su corazón se rompía poco a poco con el llanto de la chica.

'La encontré con otra chica en los baños del restaurante'

'Shhh... tranquila, no necesitas explicarme'

El cupido depositó leves caricias en el cabello de Dahyun, conteniéndose y prometiéndose que levantaría a su mortal del suelo, otra vez más.

'Ya estoy harta, unnie. Solo queda una flecha...'

'Y esa última será la definitiva, ¿de acuerdo? No me importa lo que cueste, te pondré con la persona correcta'

'Estoy empezando a dudar que esa persona esté viva...'

Dahyun no estaba tan equivocada.

𝐶𝑢𝑝𝑖𝑑... ℎ𝑖𝑡 𝑚𝑒! | 𝑆𝑎𝑖𝑑𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora