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Una vez más, una más. Era la séptima vez y aún así no se acostumbraba a ese terrible final. Le consolaba saber que esa podía ser la última ocasión en que moriría para abandonar la vida terrenal, solo debía hacer bien el trabajo que le asignaran al llegar a ese lugar del que todos tanto hablan y poco saben.

Cuando dejó de sentir el agobiante dolor que aquel metal le provocó al atravesar su pecho supo que había llegado. Fue como si ante sus ojos cayera un fino velo blanco para revelarle aquel lugar tan iluminado, ruidoso y lleno de actividad. Ella sabía a dónde ir, así que inició su vuelo hacía las casillas de ingreso.

En la ventanilla estaba su vieja conocida, apurada y llena de trabajo.

'¿Nombre?'

'¿Qué? ¿Tan pronto te olvidaste de mí?'

La pelirroja levantó la vista y sonrió emocionada, quiso salir de su puesto e ir abrazar a la recién llegada.

'¡No puedo creer que estés de vuelta! ¡Por Dios, Sana! ¿Cuánto tiempo pasó esta vez?'

'23 años, y no preguntes más. No quiero discutir detalles. ¿Me das mi lista, por favor, Jihyo?

'Gruñona... Aquí la tienes. Ya sabes qué hacer'

La chica sonrió levemente, se despidió con un ademán y dejó a la pelirroja seguir trabajando. Mientras avanzaba entre la gente hasta el siguiente lugar fue leyendo su lista de pendientes, buenos actos y un resumen de su séptima vida como humana. Pasó todo rápido pues quería saber qué tendría que hacer esa vez para por fin pasar ese ultimo escalón.

"Trabajo asignado: cupido en la tierra de los vivos".

'Ay no...'

𝐶𝑢𝑝𝑖𝑑... ℎ𝑖𝑡 𝑚𝑒! | 𝑆𝑎𝑖𝑑𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora