Dante entra a la habitación con una pequeña maleta en mano.
-Lia, debemos irnos, el avión nos espera- sin reproches, me levanto de la camilla y camino hacia la puerta, el me tiende su mano y la acepto mientras caminamos fuera del hospital, miro hacia atrás y noto a dos guardaespaldas que han estado fuera de mi habitación todo este tiempo.
No hace más de un día que me dieron el alta, estuve internada por dos semanas, Dante estuvo aquí todo el tiempo, mientras me recuperaba, me explico con detalles y pruebas que somos hermanos, además de mandar a hacer una prueba de sangre aquí en el hospital, la cual dio positivo. Si, efectivamente somos hermanos.
Mis padres murieron y no tengo otros familiares aquí en los Estados Unidos, no tengo más remedio que irme con él, me asusta, más aún por la forma en la que los guardaespaldas no me dejaban salir sola de la habitación y siempre recibían ordenes de Dante, mientras el recibía ordenes desde su teléfono.
- Le uscite sono sicure? (¿Las salidas están seguras?) – pregunta Dante a uno de los guardaespaldas. No entiendo lo que dice, pero por el acento y por lo que me explico se que es italiano.
- Sì, mio Signore (Si, mi señor) – responde el guardaespaldas, Dante asiente.
Seguimos caminando y al salir diviso dos autos negros, en el primero nos subimos Dante y yo, mientras que los guardaespaldas en el auto de atrás, salimos de enseguida camino al aeropuerto. El teléfono de Dante comienza a sonar, molesto pone fin al tono de llamada y contesta, noto su semblante, está cansado. Mientras contesta revisa los pasaportes y demás documentos necesarios para poder salir del país.
-Merda! (Mierda) – saca su teléfono – Stiamo arrivando, calmati (Vamos en camino, cálmate)- escucho una voz masculina del otro lado, pero no entiendo lo que dice, Dante suspira cansado – E qui con me, prepara la sua stanza, deve restare a riposo (Ella está aquí conmigo, prepara su habitación, debe estar en reposo) – sin más cuelga la llamada.
Esto sera un largo camino.
(...)
Despierto al sentir que me ponen el cinturón de seguridad, noto a Dante ajustármelo, y luego él se sienta a colocar el suyo.
-Podía ponérmelo yo sola. - respondo ajustándolo mejor.
-No quería despertarte, pero veo que mi plan no funciono, discúlpame y por favor sujétate estamos por aterrizar- asiento con mi cabeza y miro hacia la ventana.
La vista de Italia es hermosa, hay mucho mar y estructuras majestuosas, no puedo esperar por ver más.
Al pasar los minutos siento como descendemos a tierra firme, es entonces cuando comienzo a ponerme nerviosa, porque he procesado lo que esta pasando, no estoy viniendo de vacaciones, en realidad vengo para vivir aquí, en un país muy diferente a lo que estaba acostumbrada, no sé qué esperar de esta nueva vida, a penas termine High School, en mis planes estaba ir a la universidad, pero no sé qué pasara conmigo desde ahora.
Me pregunto cómo sera mi otro hermano y sinceramente siento demasiado extraño llamar así a personas que no conozco del todo, y es aún más extraño saber de la noche a la mañana, literalmente, que tengo dos hermanos, no sé a qué se dedican ni cómo es que llegaron a Italia, no sé si tendré que trabajar o algo, pero sinceramente tener las facilidades que ellos poseen y más aun de tener guardaespaldas entre otras cosas me hace pensar que quizás invierten en bolsas de valores o algo relacionado con finanzas.
La voz de la azafata me saca de mis pensamientos y es cuando veo que ya estamos en una pista de aterrizaje.
-Es hora de conocer a nuestro hermano mayor- miro a Dante y sonríe. He notado que él sonríe todo el tiempo, me hace sentir cierta dulzura y cariño, a la vez de sentir paz hacia con él.
Me pregunto si mi otro hermano sera así.
Dante toma mi mano y con cuidado me acerca a la salida del avión privado, el sol y el calor de Italia es lo primero que me azotan al salir, cuando mis ojos se acostumbran a la vista, puedo ver muchas camionetas negras, además de unos 25 guardaespaldas o quizá más.
Dante me ayuda a bajar los escalones, sinceramente creo que el trato que me dan es demasiado, parezco una niña de cinco años siendo mimada y a la cual no la dejan hacer nada, pero también quiero pensar que es por todo lo que estaba pasando alrededor.
Dante se aleja un poco de mi mientras veo como unos hombres llevan nuestras maletas a las camionetas, el ya mencionado camina con paso seguro hacia la anatomía de otro hombre, este es un poco más alto que Dante, quizás por unos centímetros, su espalda es muy ancha, de cintura delgada al igual que Dante, lleva tatuajes en los brazos, a diferencia de Dante que lleva uno en su cuello. Su cabello es negro y un poco ondulado además de llevarlo un poco más recortado. ¿Él es mi hermano mayor?
-Hermano, hemos llegado, ella está aquí, no seas duro con ella, sabes que todo esto es nuevo. - escucho decir a Dante al otro hombre, este con seriedad asiente y camina hacia mí.
Pongo mis manos detrás de mi espalda en señal de tranquilidad, al acercarse lo veo mucho más alto o es que yo soy demasiado pequeña, su mirada transmite tranquilidad, pero a la vez dureza y frialdad, admito que me da un poco de temor como él pueda reaccionar y como yo pueda sentirme ante todo esto. Cuando ya está un poco más cerca de mí se aclara la garganta y sonríe de lado.
-Hola Lia, soy Franco Risso, tu hermano mayor, bienvenida a Italia.
Esto es extraño, aunque no puedo negar quetambién se siente incorrectamente correcto.
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Los Hermanos Risso
ActionLa familia lo es todo, pero, ¿que sucede cuando la familia no se conoce? ... - Lia, déjanos cuidarte por favor, somos tus hermanos, nuestra vida ahora eres tú, por favor - Franco ruega frente a mi, sus heridas en su rostro hacen que me duela el cor...