Capítulo 10:

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Franco:

Un destello demasiado fuerte y que pega directamente a mis parpados cerrados me ha hecho despertar de manera perezosa, cuando decido que es momento de abrir los ojos, puedo ver el causante de mi abrupto despertar. Las cortinas del gran ventanal no se cerraron la noche anterior y eso es lo que ha hecho que la luz solar entre de lleno en la habitación, habitación en la que me doy cuenta de que no es la mía, es muy distinta a mis paredes totalmente negras y con objetos dorados alrededor, esta es con paredes blancas y demasiado iluminada para mi gusto personal.

Cuando soy mas consciente de lo que sucede, puedo sentir un peso ligero en mi costado derecho, volteo y mi primera imagen es Lia, esta recostada en mi costado derecho, esta demasiado tranquila que me lleva a comprobar si de verdad respira, y lo compruebo tomando su pulso en su cuello, cuando me aseguro de que si esta viva, soy capaz de dejar salir el aire que ni si quiera me había dado cuenta de que estaba reteniendo.

Examino más la habitación y en un sillón grande noto un bulto, cuando enfoco mas mi mirada soy capaz de ver la figura de Dante, durmiendo de forma verdaderamente incomoda en el sillón, ni si quiera recuerdo en que momento llego ahí. Entonces la realidad me hace recordar todo.

La noche anterior estuve con Lia, recuerdo que llegamos hasta las tres del mañana simplemente hablando trivialidades. Conocí muchas cosas de ella, me di cuenta de que sus colores favoritos son el negro y el purpura, recuerdo tomar nota mental de adecuar su nueva habitación con esos colores.

También me hablo de un exnovio que tuvo en la secundaria, al darme cuenta de como pasaron las cosas, desee en verdad estar en América para poder arrancarle los huevos al idiota que se atrevió a lastimar por primera vez el corazón de mi hermana.

Dante se nos unió a la platica luego de haber comprobado que la mansión estaba mas segura y de que no habría problema de poder pasar la noche aquí, Lia se dio cuenta de muchas cosas sobre nosotros, supo que Dante, a pesar de ser de buen aspecto nunca ha tenido una relación amorosa totalmente seria en su vida y por mi lado, estuve a punto de casarme algunos años atrás, pero las cosas no se dieron por motivos los cuales no desee profundizar, pues solo Dante sabe las verdaderas razones del por que mi compromiso no se dio en totalidad.

Sin embargo, no omitimos hacerle saber sobre cosas muy importantes, por ejemplo, de cómo llegamos a Europa, como entramos en este mundo y como hemos crecido con el paso de los años, le hicimos entender que debe de mantenerse segura y que es lo mas importante para nosotros.

Desde que Dante creció y tomo las riendas de la seguridad en nuestro trabajo, habíamos omitido muchas veces tener vida familiar, la noche anterior se había sentido muy bien, como cuando te juntas con familiares lejanos y hablan para ponerse al día sobre eventos que han sucedido en sus vidas... y es así como quedamos dormidos los tres en la habitación.

Tres golpecitos suaves me sacan de mis pensamientos, busco el reloj en la mesa de noche y puedo notar que son las ocho de la mañana, muy tarde en realidad. Como puedo dejo a Lia en la cama, haciéndola abrazar una almohada para que no despierte, los golpes vuelven a la puerta y respondo para que no hagan mas ruido.

Me acerco a Dante y con un golpe en la cabeza lo hago despertar.

- ¿Qué te pasa, idiota? Estaba cómodo durmiendo. – responde tocándose la cabeza y mirándome con notorio enojo.

-Pues estarás más cómodo sabiendo si tenemos respuestas de lo que paso anoche. – arregle mi traje dejándome solo la camisa blanca con las mangas arremangadas hasta los codos, debía en verdad tomar una ducha, la mancha de sangre aún permanecía en mi ropa.

Cuando estamos listos, Dante y yo salimos al encuentro con Artur quien es el dueño de los golpes en la puerta, no sin antes comprobar que Lia sigue durmiendo.

Los Hermanos RissoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora